- La plaza del Castillo de Pamplona será testigo y escenario a partir de este viernes, día 25, y hasta el domingo 4 de octubre de la unión del sector profesional del libro de Navarra, con la celebración de una feria inédita hasta la fecha en la que se darán cita los editores (Editargi), los/as libreros/as (Asociación de Librerías Diego de Haro) y los libreros de antiguo (Asociación del Libro Antiguo). Todos a una con el propósito de remontar un año "muy complicado" en el que, sin embargo, la lectura ha sido compañía y consuelo para gran parte de la ciudadanía. Ciudadanía a la que se recompensará con la habilitación de bonos con descuento y se cuidará con las medidas sanitarias y de seguridad aprobadas por Salud Pública. Pamplona se convierte, así, en una de las pocas ciudades del Estado en celebrar feria del libro en 2020.

28 expositores, 31 participantes y más de 40 actividades, entre presentaciones, conferencias, mesas redondas y talleres. Son las coordenadas de la IV Feria de la Edición, Libro y Disco de Navarra. Toda la programación se puede consultar ya en la página www.editargi.com, con presencias como las de Irene Vallejo, Marta Sanz, Eloy Moreno, Patxi Irurzun, Regina Salcedo y Xamar, entre otros.

"Es una edición muy especial porque el sector del libro -editoriales, librerías, escritoras y escritores- ha encontrado una fórmula de colaboración para trabajar de la mano y poder celebrar una feria que tiene un carácter histórico", subrayó durante la presentación Rebeca Esnaola, consejera de Cultura del Gobierno de Navarra, que será un "agente activo" con un expositor donde presentará las publicaciones de este año, pero también con la participación del Servicio de Bibliotecas, que dará a conocer dos proyectos. Uno, Libros y Bibliotecas para construir el mundo que queremos, que consiste en la formación de lotes de unos 670 títulos para centros escolares y ciudadanía, y otro, la selección de obras de autoras/es navarras/os, que se destacarán en las bibliotecas. Además, traerá a Pamplona a Irene Vallejo, cuyo ensayo El infinito en un junco: La invención de los libros en el mundo antiguo va por la 18ª edición y se ha traducido a cuatro idiomas en un año.

Esnaola quiso, asimismo, "poner en valor" el camino de cooperación emprendido por los implicados en la feria de este año. "La lectura ha sido una de las mejores compañías estos meses. La ciudadanía ha recuperado la ilusión de leer y se ha mostrado ávida de consumo de libros. Pero también es verdad que la pandemia se ha llevado por delante importantes fechas como el Día del Libro, la feria de primavera o la presentación de nuevos títulos literarios", dijo. De ahí que las librerías de proximidad y las editoriales locales hayan tenido que "reinventarse y adaptarse" para "permanecer cerca del público". "No han dejado de intentar poner el libro de nuevo en la calle, si no en primavera, en otoño, y hoy, por fin, el objetivo se ha cumplido", explicó la consejera, que insistió en el "firme compromiso" del Ejecutivo con este sector, que calificó de "estratégico". Por todo esto, "no podemos fallar a esta cita, aunque sean necesarias dosis de paciencia para entrar en el recinto o para consultar libros", debido a los protocolos de seguridad. "Las editoriales y las librerías navarras y nuestros autores y autoras lo han dispuesto todo para mostrarnos lo mejor de sus fondos, para recomendarnos una lectura, para animarnos a conocer a un nuevo autor y para disfrutar de las actividades propuestas. Se lo debemos a este sector que nos ha acompañado y nos sigue acompañando en estos meses difíciles", defendió.

El presidente de Editargi (Asociación de Editores de Navarra), Aritz Otazu, agradeció el apoyo y la inversión en cultura del actual Gobierno foral e incidió en las medidas que se implementarán para garantizar la seguridad de los asistentes a la feria. "Habrá una única entrada y una única salida; con personas que se encargarán de controlar el aforo y en todos los expositores habrá gel y vaporizadores, de modo que se podrán tocar y consultar los libros sin ningún problema". Además, añadió, no se firmarán ejemplares en los puestos, sino en una carpa en la que se celebrarán todas las actividades y a la que, aunque tiene capacidad para 60 personas, solo podrán acceder 25.

Otazu se mostró "ilusionado" con una acción, como son los bonolibros. Y es que los puestos de los libreros harán un 10% durante la feria, cosa que los editores no pueden hacer por una cuestión legal, "pero por cada compra en nuestros expositores sí repartiremos unos bonos de 2 o 3 euros", que podrán canjearse hasta el 30 de noviembre en cualquier librería, siempre y cuando se compren publicaciones de editoriales navarras. Del mismo modo, el Servicio de Bibliotecas también va a sacar sus propios bonos, con los que adquirirá títulos en librerías y editoriales locales.

En cuanto a las actividades que ofrecerá Editargi estos días, Otazu citó la presentación de la unidad didáctica ¿Cómo se hace un libro?, realizada por Maite Mutuberria y Ana Ibáñez. "Muchos niños pasan tanto tiempo con dispositivos electrónicos que han olvidado qué es un libro". Pues bien, desde Editargi se lo explicarán en talleres que se celebrarán en la carpa de la Plaza del Castillo, pero también acudirán durante el curso a los centros escolares que así lo demanden.

Aunque no disponen de cifras todavía, Aritz Otazu sí compartió que este será un año de pérdidas para los editores navarros. "Hay que tener en cuenta que todos los libros que publicamos para marzo se quedaron en el almacén y que al reabrir las librerías ya no eran novedades. Además, a pesar de no haber ingresado durante meses, hemos hecho el esfuerzo de publicar títulos nuevos. La situación, sin duda, es muy complicada". En ese sentido, eventos como esta feria "sirven para poder sacar el catálogo y todo lo que no se ve en los escaparates".

Por su parte, Raquel Anocibar, presidenta de la Asociación de Librerías de Navarra Diego de Haro, comentó que los meses del confinamiento fueron duros, ya que "no pudimos celebrar ni el Día del Libro ni la feria", cifrando entonces las pérdidas anuales en un 30%. Sin embargo, "cuando la gente pudo salir respondió muy bien", y, aunque "no hemos recuperado lo perdido" y, pendientes de lo que suceda con esta feria, esperan que la facturación no sea tan mala a finales de año. Eso sí, la excepción serán algunos establecimientos que venden libros de texto, "que no se han vendido como otros años".

En nombre de la Asociación del Libro Antiguo, Kike Abarzuza indicó que, sin duda, esta feria "es una oportunidad muy buena" para las tres librerías de este ámbito que mostrarán sus productos en la Plaza del Castillo, con volúmenes antiguos, de ocasión y usados que van "desde el año 1500 hasta hace muy poco". Con su presencia se salva también una feria, la del Libro Antiguo, que lleva más de 40 años celebrándose en la capital navarra.

"Al final, vamos a mostrar todo el catálogo de que disponemos en una sola feria. Serán días históricos. Vamos a ver si entre todos logramos que el libro sea lo que tiene que ser, algo para educar, para leer, para soñar y una cosita para invertir de vez en cuando", concluyó Aritz Otazu.

"Es una edición especial; el sector ha encontrado una fórmula de colaboración para celebrar una feria histórica"

Consejera de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra