Alguien tiene que morir, serie de Manolo Caro que verá la luz el viernes, aborda la homosexualidad en el franquismo tomando la historia de dos jóvenes como excusa para poner el tema de la discriminación sobre la mesa, según contó a Efe su director. El creador de La casa de las flores ha elegido esta controvertida etapa (los años 50 en Madrid) para dar visibilidad a un tipo de discriminación que cree que “sigue ocurriendo” actualmente. “Para mí era primordial hablar de un hecho que pasa y que, si no le damos visibilidad, seguirá pasando”, explicó también a Europa Press. El guionista mexicano se ha documentado a fondo para dar su visión como extranjero de esta etapa de la historia española. “Me centré en la familia, esas paredes de esa casa y el momento histórico, cómo influía en sus decisiones”, cuenta.

Carmen Maura, que encarna a la matriarca de la familia Falcón, sabe de primera mano cómo fue aquella época. “El franquismo me lo tragué un buen tiempo. Recuerdo perfectamente lo que era Madrid en esa época. Era todo muy gris y difícil”, relata. “Lo ha retratado muy bien, aunque sea mexicano”, dice sobre la visión de Caro. “Me encanta que Madrid haya cambiado tanto. Antes no había fiestas ni nada, era todo muy negro”, apunta. Caro ha reunido un reparto estelar que incluye a jóvenes estrellas como Ester Expósito, Carlos Cuevas y Alejandro Speitzer y actores consagrados como Maura, Ernesto Alterio y Cecilia Suárez. Una combinación de dos mundos que aspira a enganchar a público de todas las edades.

momento apropiado “La historia está más vigente que nunca. Estamos viendo a nivel global el repunte de la extrema derecha, me parecía un momento muy pertinente, un recordatorio bestial de lo que no se debe repetir”, opina Cecilia Suárez, Mina en la ficción. “Me dan ganas de pensar que hemos avanzado mucho, pero está bien revisar ciertas partes de nuestra historia”, agrega Ernesto Alterio, que se mete en la piel de Gregorio.

Algo diferente es la opinión del joven Carlos Cuevas, encargado de dar vida a Alonso. “A mí me daba respeto porque hay que contar bien las cosas, es un periodo muy complicado, convulso y negro, y sobre el que todavía se tienen que aprender muchas cosas”, reconoce. “Fuimos muy responsables, y hablo por Manolo. Que un mexicano venga a contar esta historia, hay que tener valor para eso...”, destaca Alejandro Speitzer, actor que encarna a Gabino. “A mí me pareció un punto a favor, me motivaba mucho una historia así y además desde la perspectiva de Manolo. No me parece que se haya visto antes esta forma de hablar del franquismo”, apunta Ester Expósito, que en Alguien tiene que morir cambia de registro tras su paso por Elite y sorprende con su interpretación de Cayetana, “una chica con una educación muy machista” cuya familia pretende, en gran medida por los negocios entre ambos núcleos familiares, que contraiga matrimonio con Gabino. “Disfruté de hacer un personaje con tantas capas y de poder teletransportarme en el tiempo”, afirma.

La ficción también cuenta con el bailarín de ballet profesional Isaac Hernández, que interpreta a Lázaro en su segundo trabajo como actor. “No es una serie histórica. Ofrece una visión muy abierta que acerca estos temas a las nuevas generaciones”, dice el artista. “Llevar a una plataforma como Netflix el ballet clásico, poder hablar sobre el lugar del artista en la sociedad y poder hacer eso de una manera tan sutil como él lo hizo (Caro) es tan fundamental... No le pude decir que no”, detalló el artista, quien no sabía que se iba a encontrar con actores de la talla de Carmen Maura, Cecilia Suárez o Ernesto Alterio hasta que llegó la lectura de guión. Interpreta al amigo mexicano de Gabino, que también hace ballet.

documentación Muchos esperan conocer más de la historia que tiene a Gabino (Alejandro Speitzer) como protagonista, un joven de una familia acomodada que regresa a Madrid después de 10 años en México. Una vez allí, las libertades que había conocido en el país latinoamericano comienzan a resquebrajarse y cada personaje que aparece en la ficción tendrá algo que decir.

“Es muy importante la atmósfera. Se habla de un contexto familiar, un pequeño infierno entre las paredes de la familia, pero podría existir en cualquier parte del mundo, en otra época y con otra ideología”, dijo el director mexicano, quien explicó que fue muy importante el trabajo de documentación y que ha logrado contar lo que quería. “La ley de vagos, maleantes y homosexuales no se había abordado de esa manera, y nos tocó hacerlo”, dijo.

Speitzer coincide con su director, además de añadir que, por desgracia, vio situaciones en su personaje que siguen sucediendo hoy. “Recuerdo que durante el rodaje tuve una reflexión muy importante: todo lo que creemos que hemos evolucionado y lo mucho que nos falta. Moría de terror al pensar cómo lo pasaba esa gente pero luego agarraba un periódico o veía las noticias y también era aterrador. Entonces no sé si esta vida en la que estamos también es un thriller”, contó.

tres capítulos Caro ha estructurado la miniserie en tres capítulos a través de Netflix, pero las diferencias con La casa de las flores son notables: ahora se trata de un drama-thriller. Sin embargo, la estética del mexicano se reconoce y sigue haciendo hincapié en los secretos y en la doble moral. Un personaje que parece haber sido construido para eso es el de Cecilia Suárez (Mina, madre de Gabino), una mexicana que terminó casada con un español con conductas violentas y nunca pudo volver a su país natal, una apetencia que se despierta con el regreso de su hijo. “Mi personaje es interesante porque no deja de poner el dedo en la llaga: es una mujer que va contracorriente con lo que le dicen. Tiene mucho que decir sobre el contexto que se vive en nuestro país sobre el rol de las mujeres”, expresó Suárez sobre su México natal, donde cada día son asesinadas diez mujeres.

El estreno llega entre la polémica que se generó en Twitter sobre por qué Caro no incluye representación racial en sus proyectos. Pero el director, aunque dijo no querer entrar en controversias, aceptó que está aprendiendo de todo y siempre tratando de mejorar. “En lo que hago, estoy intentando hacerlo lo mejor posible, estoy aprendiendo igual que sucedió con la polémica de La casa de las flores con Paco León (que interpretaba a una mujer trans). ¡Ojalá se les exija tanto a nuestros políticos como a los que hacemos entretenimiento! No me deslindo de mi responsabilidad pero estoy en el trabajo de aprender”, concluyó Caro.