undación Caja Navarra organizó el pasado jueves una ponencia de Lola Almendros con el tema de Tecnopersonas, una cita sobre su propia visión de cómo las tecnologías influyen en las personas y los cambios a nivel social que el mundo ha experimentado por ellas. Esta conferencia se enmarca dentro del ciclo Perspectivas que se celebra en Civican, un espacio de pensamiento y debate en el que distintos protagonistas del ámbito científico, social y cultural comparten con el público los principales desafíos a los que se enfrenta la sociedad del futuro.

Lola Almendros es investigadora predoctoral del CSIC y doctoranda en Lógica y Filosofía de la Ciencia. También es autora, junto con Javier Echeverría, del libro Tecnoexistir: Tecnopersonas.

Para Almendros, las tecnologías digitales han transformado el mundo y han generado diversos tecnomundos, creando a su vez tecnopersonas que dependen de estas máquinas para desarrollar su día a día. "Nosotros partíamos de un giro computacional donde el uso de las máquinas era exclusivo para conseguir información. Pero tras el auge de las redes sociales en el año 2006, sufrimos un cambio muy grande, que sigue en proceso actualmente, el llamado giro informacional. Este giro ha supuesto un cambio a nivel de creencias, de valores y prácticas que dábamos por sentadas y, por eso, cada vez estamos más obligados a actuar de una manera determinada en base a las tecnologías", comenta Almendros.

Actualmente, se puede conseguir información sobre cualquier tema a través de infinitos medios en internet y esto ha generado que exista una sobreinformación. "Con el giro informacional hemos entrado en una espiral de estar mal informados y de no saber distinguir qué información es real y verídica y cuál no. Por eso, han crecido el número de tertulianos y grupos que se dedican a divulgar sobre temas sin tener conocimiento alguno. El problema de esto es que pueden estar un rato hablando de fútbol como de pronto te cambian de tema y se ponen a comentar sobre política sin tener ni idea, porque el que mucho abarca poco aprieta", agrega la ponente.

Uno de los pilares fundamentales del giro informacional es el cambio de vivencia del espacio-tiempo. Para Almendros, la concepción del tiempo ha cambiado de una idea de sucesión a una de simultaneidad. "Las redes sociales nos hacen estar en todos los sitios y a la vez en ninguno, vemos fotos de alguien en un concierto o tomando algo pero nosotros no vivimos esa realidad. El tiempo que vivimos no nos lleva a ningún lado, por eso, en la actualidad hay muchos jóvenes que se preguntan para qué estudiar y esforzarme, si siendo influencer puedo ganarme la vida. Todo esto nos ha llevado a una deslocalización del espacio-tiempo, que nos hace preguntarnos qué hacemos aquí. Un claro ejemplo de esto, es cuando en un grupo de WhatsApp entra una persona y no entiende el contexto ni por qué hay un ambiente cargado en el chat, y lo que no sabe es que antes de que le metiesen en el grupo dos personas habían peleado", explica Almendros.

Todo esto ha generado que "el espacio de pensamiento crítico propio se vea condicionado por la personalización de contenidos, que, detectando intereses en redes sociales, configuran masas. La esfera íntima no solo está siendo mercantilizada sino también politizada, condicionando la capacidad de poder situarse por encima de lo personal para construir, primero lo social y después lo político".

"Las tecnologías digitales han transformado el mundo y han generado 'tecnomundos'"

Investigadora