leno de humildad", agradeciendo el cariño a sus fieles fans y recordando el caso de un hombre que pasó 18 años condenado a muerte por un crimen que no cometió, Johnny Depp recogió anoche un Premio Donostia que reconoce una trayectoria repleta de "humanidad e historias por lo no corriente a las que ha dotado de corazón". Con música rockera de fondo y de manos del director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, el Premio Donostia más polémico de los 69 años de historia del festival llegó a las manos de Depp. "Quiero volver a agradecer la magnífica manera de saber controlar la situación que han tenido Rebordinos y el festival", apuntó el intérprete, tal y como había hecho horas antes en la rueda de prensa.

No obstante, a diferencia de la comparecencia ante los medios, Depp sí que quiso aprovechar el altavoz que le ofreció el certamen para, indirectamente, dejar bien clara su inocencia con respecto a los maltratos de los que le acusa su exmujer. Y lo hizo poniendo como ejemplo el caso de un hombre que pasó 18 años encerrado y condenado a muerte en Arkansas por la muerte de tres niños que no había cometido y en el que el actor intervino para demostrar su inocencia. "Cuando pudo salvarse, me enseñó que ante el gran monolito que se te pone delante y es tu enemigo, se puede cincelar y utilizar tu pequeña herramienta hasta derribarlo", señaló entre constantes gritos de sus admiradores desde la grada.

Antes de ese discurso, la encargada de enumerar la prolífica y excelente carrera por la que se le ha premiado a Depp fue Edurne Ormazabal, que recordó algunos de los personajes fuera de lo corriente que ha interpretado y a los que "ha dotado de corazón".

Inadaptados como quizás él lo ha sido siempre, más en estos tiempos que corren, y que han llegado a incontables seguidores por todo el mundo: "Estoy aquí por las personas. El cine es por las personas y, por mucha jerarquización que haya, son ellas las que cuentan".