- El actor y presentador de televisión Carlos Sobera bromea, al encarar su octava presentación en directo de las Campanadas de Fin de Año -este año con Paz Padilla en Telecinco-, con que no recuerda el número de veces que las ha dado: “Ya he perdido la cuenta”, asegura. En un fin de semana de gira teatral en Alicante con Asesinos todos, Sobera explica el “sacrificio” del tiempo perdido con la familia y amigos que implica trabajar lunes y viernes en la tele, y sábado y domingo en el teatro, aunque al mismo tiempo confiesa que es “un disfrutón” y que esta es la época de su vida en la que “más feliz” está, porque tiene gran variedad de formatos, “todos buenos”, asegura.

El actor destaca que su objetivo para realizar un programa o una actuación es “estar a gusto”, aunque cuando hace durante mucho tiempo un mismo formato tiende a “perder interés” y a aburrirse: “Pero en Mediaset tengo la oportunidad de hacer varias cosas al mismo tiempo, con lo que mentalmente estoy siempre fresco”.

“Llevo casi seis años haciendo a diario First Dates, pero luego llega La Caja de Los Secretos o Supervivientes y eso me alimenta profesionalmente, me entretiene y me permite crecer”, asegura Sobera, quien sostiene: “No he llegado a ese punto de decir buf, llevo toda la vida haciendo lo mismo y no puedo más”. Así, resalta que el objetivo “no es permanecer mucho tiempo, pero sí dejar buen recuerdo y disfrutar”, porque el barakaldarra se considera un “culo inquieto”.

Sobera, que relata durante toda la entrevista el momento de felicidad por el que pasa y los retos profesionales ante los que se enfrenta para “salir de la zona de confort y mantenerse ocupado”, expone que “innovar en algo como las Campanadas es muy difícil”. “Si te das cuenta, ninguna cadena innova, pero ni aquí ni en Sebastopol”, asegura Sobera, quien indica que “siempre se puede salir colgado de un árbol o montarse en un globo aerostático para darlas”, pero que “lo que quiere la gente es escuchar bien las doce campanadas para no atragantarse con las doce uvas”.

“El resto de cosas que pasan alrededor interesan menos y a veces nos empeñamos en llamar la atención de cualquier manera y a cualquier precio, y es mucho más sencillo”, señala el presentador de programas como First Dates, Supervivientes o Quién quiere ser millonario.

Sostiene que en su familia o él mismo cuando no las ha dado, no presta atención “prácticamente a nada” porque es un día en el que la tele “funciona como si fuera realmente una radio que te acompaña y se convierte en la banda sonora de tu vida”, a la par que expone que “solo prestas atención cuando empiezan a bajar los cuartos”, momento en el que “haces un acto de fe en el año nuevo”.

Preguntado por si la gente le cree como actor, después de más de veinte años compaginando esta faceta con la de presentador de televisión, afirma que el público es “tremendamente generoso”, un hecho que contrarresta con los profesionales y compañeros, “que lo somos muy poco, porque tendemos a crear etiquetas que luego nos cuesta mucho remover”.

“Si te conocen como actor, ya no te ven como presentador, pero el público es súper generoso de primeras, y luego por supuesto ya reaccionan en función de cómo trabajas, pero no tienen ningún tipo de prejuicio”, concluye. Sobera, Pepe en la obra Asesinos todos, indica que su personaje, que lleva trabajando 25 años en la Agencia Tributaria, es un tipo “bastante anodino, legalista y muy establecido”, en una comedia en la que comparte escenario con Neus Asensi, Ángel Pardo y Elisa Matilla bajo la dirección de Jordi Sánchez.

Elogia el ambiente de los teatros, un sitio donde pretende “recuperar un poco de alegría y libertad” tras la pandemia: “Notamos mucho las ganas de la gente según entra al teatro; están predispuestas a recibirlo todo con los brazos abiertos, a pasarlo bien, a divertirse y de olvidarse de los últimos casi dos años”. Explica que la comedia es “un vehículo para liberar tensiones y desahogarse”, algo que le parece “fabuloso” y que “se nota en el ambiente”, sobre todo tras la pandemia.

Profesor de Publicidad de la Universidad del País Vasco desde 1987 hasta 1997, antes de dar el salto a la pantalla a nivel nacional, Sobera (Barakaldo, 1960) dibuja paralelismos entre sus trabajos como profesor, actor y presentador, cuando se le pregunta si aún queda algo de ese profesor universitario en sus interpretaciones.

“Al final -como actor, profesor o presentador-, eres una persona en el mundo intentando convencer al mundo en que te sigan en algo, y hay muchas claves del lenguaje que incorporas en todas esas manifestaciones”, indica Sobera, quien señala que cuando trabaja como actor o presentador, procura “matizar y vocalizar mucho”, pero a la vez intenta ser “lo más divertido posible, entretener para atrapar al público”, algo que “hacía exactamente igual cuando enseñaba”.

“En Mediaset tengo la oportunidad de hacer varias cosas al mismo tiempo, con lo que estoy siempre fresco”

“Al final, eres una persona en el mundo intentando convencer al mundo en que te sigan en algo”

Presentador de televisión y actor