- A modo de crítica al ritmo de vida y a la sociedad en la que todo avanza tan rápido y donde las nuevas tecnologías absorben el día a día, el todavía joven colectivo artístico Mi Ti trae la obra No-Me-Ve, una pieza frenética, de la mano de la directora Irantzu Del Valle de Miguel. Esta obra multidisciplinar se alimenta de danza, performance escénica, música en directo, fotografía, vídeo y vestuario para entrar en un viaje sensorial y encaminar al público hacia ese mensaje inicial y hacia la reflexión.

La pieza se presentará los días 11, 12 y 13 de febrero a las 19.00 horas en la Escuela Navarra de Teatro (ENT-NAE), el centro que ha amparado con su residencia al colectivo Mi Ti y les ha permitido desarrollar y finalizar su trabajo. También han contado con la colaboración de los alumnos de la escuela en una parte de la pieza, con la idea de “crear una comunidad”.

“La pieza no invita en absoluto a conectar con las personas ni con una misma, ni a pararnos a escuchar. Es un reflejo de los dos contrapuntos de esta sociedad tan frenética, acelerada y mental; sin embargo, también mostramos la otra parte de conexión que surge, como una necesidad social”, explicó Andrea Loyola, una de las bailarinas del colectivo, añadiendo que estos dos “contrapuntos” se ven “claramente” desde un lugar artístico y creativo de muchas disciplinas que han trabajado en coordinación.

El título de la obra, como explicó la ayudante de dirección Estíbaliz Balda, hace referencia a que cada uno está en su “burbuja individual”, muy ocupado en el día a día y sin pararse a ver a la otra persona. “Desde dentro, la otra persona a mí no me ve; va sobre que no nos vemos unos a otros, estamos individualizados, con el móvil o con las cosas del día a día, y no nos paramos a ver el entorno y a los demás”, añadió. Además, contaron que la creación coreográfica se basa en unos textos antropológicos, en un poema y en un pequeño guion escrito por la directora en la que aparecen las palabras del título.

En esta pieza, el proceso creativo forma una parte tan importante como el resultado final, y el colectivo ha querido visibilizarlo en la propia obra, dándole importancia a “todo lo que hay detrás”, tanto el trabajo como el equipo. “Todo eso no se ve directamente en el escenario y es un trabajo a valorar, muy importante. El proceso forma parte de todo lo que es la construcción de la obra, el aprendizaje, y es tan importante como el resultado final”, puntualizó Estíbaliz Balda. De esa forma, han querido mostrar y dar valor a esa parte que se queda más oculta en las artes escénicas y que existe detrás de cada pieza. “Parece que es todo fácil, sencillo y bonito, el resultado final es lo que el público recibe y se juzga respecto a eso”, afirmó la ayudante de dirección.

Como relató Andrea Loyola, durante el proceso de creación de la pieza los diferentes grupos artísticos estuvieron muy en contacto unos con otros, creando la música y la danza en interacción mutua, de forma que todas las disciplinas trabajaron a la vez la creación. “Es bonito, como artista, poder ver cómo trabaja otro compañero de otro ámbito, y se encuentran paralelismos con tu disciplina”, explicó Loyola. “Se disfruta mucho estando en un equipo con otras disciplinas”, subrayó la intérprete.

Alaitz Mené, parte del elenco de la ENT-NAE que colabora con el colectivo, describió la experiencia como un aprendizaje en el que ver cómo se trabaja en una pieza profesional, qué compromisos requiere y qué responsabilidades conlleva. “Ha sido muy interesante para nosotros como alumnos el poder formar parte de una pieza profesional. Creo que ha sido muy bonito, nos han enseñado muchísimo y nos han dado clases maravillosas”, expresó. “El paso se me ha hecho muy fácil, porque nos lo han puesto fácil: no nos han exigido más de lo que podíamos hacer, nos hemos sentido muy arropadas, nos han cuidado y ha sido muy bonito”, relató la alumna. Por su parte, Loyola opinó que los alumnos les “alimentaron con su ilusión”.

De cara al futuro, a pesar de querer centrarse en la difusión y la presentación de esta obra para evitar “dispersarse”, la comunidad de artistas está abierta a nuevos planteamientos futuros. En palabras de Loyola, “hay ambición de seguir caminando”.