Enhorabuena por este premio de las librerías navarras. ¿Cómo lo acogen?

Estamos muy emocionadas. ¡Ugh!, un relato del Pleistoceno es la primera coedición entre Babel Libros (Bogotá) y Ekaré (Barcelona). Nuestra relación con ellas es muy estrecha y de larga data. Además de ser una editorial maravillosa, Babel es nuestro distribuidor en Colombia. Hemos compartido muchas luchas, así que nos resulta realmente especial haber logrado este reconocimiento.

¿Cómo surgió la idea de contar esta historia?

En 2018, Jairo Buitrago (autor) y Rafael Yockteng (ilustrador), le presentaron la idea a María Osorio (editora de ¡Ugh!, Babel), en un texto acompañado de bocetos. Aunque la historia estaba resuelta de principio a fin, la propuesta original era muy diferente al libro que publicamos. Era una historia mucho más humorística, basada en el recorrido y las aventuras de unos personajes chistosos, Los Ugh. Yockteng cuenta que su intención era ilustrar rápido, usando una técnica digital y con color. A María Osorio le gustó la idea y sin embargo, no estaba del todo segura de publicar el libro.

‘¡Ugh!, un relato del Pleistoceno’ es de alguna manera un homenaje al arte, el propio álbum ilustrado es arte y además alude a ese nacimiento de las pinturas rupestres. Arte puro, sin palabras. Y el libro es también un canto a esa necesidad de contarnos historias, de contarnos el mundo; de conocernos y reconocernos en él. Algo muy humano, primitivo y siempre universal, ¿no?

Absolutamente, fue justamente ese reconocimiento de la necesidad de contar lo que terminó de convencer a la editora de entrar en un proceso de trabajo para publicar el libro. El mismo día en que le presentaron el proyecto, por coincidencia, también la habían invitado a una charla sobre la prehistoria. Allí se habló de que fueron las mujeres prehistóricas las que seguramente imprimieron sus manos en las paredes y empezaron a pintar en las cuevas, debido a su capacidad de observación. Esta idea estaba planteada intuitivamente en el proyecto de Buitrago y Yockteng, donde la protagonista se convierte en la primera narradora a través de imágenes.

"Fueron las mujeres prehistóricas las que seguramente imprimieron sus manos en las paredes y empezaron a pintar en las cuevas, debido a su capacidad de observación"

En este tiempo de saturación de imágenes, y de velocidad, ‘¡Ugh!’ nos brinda la oportunidad de lo contrario: detenernos, posar la mirada, buscar detalles, gestos, interpretar el conjunto de la escena de cada página, degustarlas a fuego lento. ¡Qué necesario se ha vuelto!

Para nosotros en Ekaré es fundamental ofrecerle a los lectores títulos que brinden ese espacio de pausa, de descubrimiento, libros con imágenes ricas que se puedan leer y releer una y otra vez sin dejar de encontrar nuevos guiños. Los libros silentes siempre invitan más a esa mirada profunda y pausada, porque, en ausencia de palabras, hay que descubrir o construir la historia leyendo las imágenes y eso requiere observar de una forma diferente. En el caso de ¡Ugh!, esa posibilidad de degustar con detenimiento la historia, el recorrido y todo el universo de detalles, refleja mucho el trabajo tan laborioso que hubo detrás por parte de todo el equipo y en cierta forma ha sido posible gracias a la capacidad que tiene Buitrago para visualizar una historia de principio a fin, como si fuera una película.

Con el empleo del carboncillo para los dibujos, ¿también han querido los autores poner en valor lo artesanal, lo que fue primero antes de toda esta era digital?

Es gracioso porque los autores imaginaron un libro a color, “con mucho color”, decía Yockteng, y sin embargo el proceso en sí mismo, la fuerza de la ilustración y la sabiduría de María Osorio lo encaminaron hacia lo que vemos hoy, un libro monocromático e ilustrado a mano en su totalidad, todo eso a pesar de que en el mundo de los libros ilustrados infantiles es un reto publicar, y sobre todo vender, una obra en blanco y negro.

"Los libros silentes invitan a esa mirada profunda y pausada, porque en ausencia de palabras, hay que construir la historia leyendo las imágenes"

¿Cuál ha sido el mayor reto a la hora de crear esta obra?

No sé si podemos decir que ha sido el mayor reto, pero en medio del proceso de ilustración y con una fecha tope para acabar el libro, a Yockteng se le agotó el papel papel –lila Canson– y era imposible conseguirlo en Colombia por consecuencia de la pandemia. Todas las pruebas en otros papeles fallaron y no daban el mismo resultado. Afortunadamente, Pancha Mayobre (editora de Ekaré) pudo comprarlo en Nueva York y enviarlo a Colombia para que el libro se pudiera terminar.   

'¡Ugh!' es un canto a la comunidad, a la tribu, en un tiempo en que tendemos al individualismo.

De eso se trata, de celebrar la comunidad. Es muy especial porque así es como hacemos los libros en Ekaré, en equipo, y justamente con la publicación de ¡Ugh! se juntaron dos comunidades, Babel y Ekaré, para formar una comunidad más grande.