Iban Sánchez, Javi Janices Cordobés, Íñigo Idoate, Íñigo Álvarez, o lo que es lo mismo, Cobardes, hablan con este periódico de su nuevo trabajo.

Por si alguien no conoce el grupo, cuenten cómo fueron sus inicios.

(JAVI) Somos cuatro chavales de San Martín de Unx, Zizur, Barañáin y Ribaforada. Nos conocimos por una aplicación que se llama SoloMúsicos. Yo tenía unas canciones y quería tocarlas con una banda. Eso fue en 2018. Empezamos a ensayar y nos presentamos a un par de certámenes, el Avetoro Fest de Pitillas y los Encuentros de Jóvenes Artistas del Gobierno de Navarra. Ganamos los dos. Ya no quisimos presentarnos a más para no romper la estadística (risas).

Lo siguiente que hicieron fue publicar el primer disco, ‘Ceniza y viento’, pocas semanas antes del confinamiento.

(Íñigo Álvarez) El disco salió en febrero. Dimos un par de conciertos en marzo, en Madrid y Burlada, y un día estábamos cargando la furgoneta para ir a tocar a Gijón y nos dijeron que nos confinaban.

(J) Teníamos un montón de conciertos programados con Bocanada. Yo, de hecho, tenía un buen trabajo y lo dejé porque no iba a poder compaginarlo con la gira. Parecía que iba a ser un año para enmarcar, y mira… Bueno, al final fue para enmarcar, pero en otro sentido.

¿Cuándo compusieron este nuevo disco?

(J) Empezamos en pandemia. Cuando estábamos encerrados, compusimos una canción on line, aunque al final no la hemos incluido en el disco.

(Iban Sánchez) Luego ya, con los primeros permisos que dejaban salir de casa, llamamos a la policía para preguntar si podíamos ir al local a ensayar, y ahí empezamos.

Lo grabaron en verano del año pasado en los estudios de Kolibrí (Marea), pero lo han producido ustedes.

(Íñigo Idoate) Sí, en junio del año pasado.

(J) En el primero, Kolibrí metió más mano y nosotros aprendimos mucho. En este, con la pandemia, también hemos tenido más tiempo para trabajar. Cuando le mandamos la maqueta con las canciones, no nos propuso ningún cambio, en el primero sí que sugirió más cosas.

(I.I.) La experiencia de Kolibrí siempre suma, pero las cosas que ha propuesto esta vez han sido más leves.

La música es claramente rockera; rock urbano, diría yo. Pero las melodías son muy pop. ¿Cómo se definen?

(J) Algunos dicen que es pop rock. Yo creo que es rock melódico. A la hora de hacer las canciones, me preocupo de que las melodías sean bonitas, de que todo respire… Le doy mucha importancia a eso. Las guitarras de Iñigo son un poco atípicas, no tanto de riffs, sino más melódicas a la hora de los arpegios y las melodías de detrás.

(I.A.) En estos estilos, marca mucho la voz. Lo que creas va encaminado a acompañar la voz. Yo soy de la escuela de Juan Valdivia, de Héroes del Silencio. No es algo que piense intencionadamente, sino que me sale así.

Menciona a Héroes. ¿Qué otros grupos les han marcado?

(Todos) Lo que más, Marea. También Barricada, Extremoduro, La Fuga… Eso es lo que más hemos mamado.

Las letras abordan relaciones personales. Están muy trabajadas.

(J) Casi todo son vivencias. Escribo sobre sentimientos. Amor, desamor…

(I.A.) Hay letras que tocan por dentro. La de Solo tú, por ejemplo.

(J) Solo tú habla sobre un nacimiento y Otra noche habla sobre la muerte. Escribo de lo que me va tocando en el día a día. Cuando hablo de amor, no tiene que ser necesariamente amor de pareja. Puede ser amistad, decepciones…

"La gente manda. Tú puedes decir lo que quieras, pero si no te escuchan, no tiene sentido"

‘Solo tú’ me parece muy especial, con la voz de Selva Barón, el piano… ¿Habla de su hijo?

(J) Sí, eso es. Y el piano lo grabó el batería.

(I.I.) Mi primer instrumento fue el piano. Luego me pasé a la batería y abandoné lo clásico. Me pidió Javi que lo tocase, y lo intenté.

(J) Ha quedado muy bien. No sé si simple o compleja, pero ha quedado bonita. Y tiene la gracia de que todo lo hemos grabado nosotros. Evidentemente, si hubiesen venido músicos profesionales, sonaría todo mejor, pero no seríamos nosotros.

El segundo adelanto, ‘Quinientas mil mañanas’, alcanzó más de cien mil reproducciones en tres días. ¿Cómo lo vivieron?

(I.S.) Lo disfrutas, pero enseguida te pones a pensar en el siguiente paso. Tienes una emoción muy grande, pero al día siguiente sigues con las fotos, el calendario, los ensayos…

El primer adelanto, ‘En llamas’, fue un poco más lento, pero también ha sobrepasado las cien mil reproducciones.

(J) Para un grupo como el nuestro, son números que no esperábamos.

También han agotado las entradas para Madrid con mucha antelación.

(J) Teníamos miedo de cómo iba a ir la venta de entradas. En El Dromedario siempre nos insisten en que mantengamos los pies en el suelo.

(I.A.) Muchas veces compras la entrada en el último momento, así que ver que la anticipada está funcionando tan bien…

En la línea de lo que les dicen en El Dromedario, y jugando con una de sus letras, la música no siempre es un camino de algodón. ¿Tienen los pies en el suelo?

(J) Sí, totalmente. Queremos tocar todo lo que podamos, donde sea. Nos están pasando cosas bonitas, pero tenemos los pies en el suelo. Sabemos lo difícil que está la venta de entradas. Hay un montón de grupos nuevos y nosotros no hemos descubierto nada, somos un grupo más.

(I.A.) Es lo que decía Iván, estamos tan metidos en el trabajo que tampoco pensamos mucho. Igual lo disfruta más las familias, desde fuera, que nosotros.

Hablemos de sus expectativas. ¿Qué sería un fracaso para ustedes? ¿Y un éxito?

(J) El fracaso, para mí, que cuando salga el disco, la gente diga que no le ha gustado, que prefiere el anterior. Las canciones las hacemos para nosotros, pero quien diga que no le importa la opinión de la gente, miente.

(I.I.) La gente manda. Tú puedes decir lo que quieras, pero si no te escuchan, no tiene sentido.

(J) Y el éxito, poder hacer todos los conciertos que tenemos programados. Independientemente de que haya más o menos gente, ya solo el hecho de hacer esta gira, para mí ya sería un éxito. Los conciertos, las risas, los nervios de antes, las tonterías que hacemos… Todo lo que nos perdimos con el anterior disco.