Lleváis solo tres años funcionando como grupo, pero llenos de actividad.

Has dicho tres años y nos hemos quedado flipando, no parece que haya pasado tanto tiempo. En realidad, ha sido después de la pandemia cuando nos lo hemos tomado más en serio, antes no sabíamos muy bien qué iba a pasar. Ha sido todo experimental, incluso para nosotras mismas. Nos hemos ido adaptando a las cosas: a tener un grupo en pandemia, a tener un grupo en la vida normal… Ahora es cuando estamos disfrutando más de vivir esto en plena normalidad.

Os estáis adaptando incluso a la dimensión que está cogiendo el grupo, porque lo montasteis como un mero divertimento, sin ninguna pretensión. 

Sigue siendo así. Ante todo, tenemos que pasárnoslo bien; si no, no tendría ningún sentido. No queremos hacernos ricos ni famosos. Lo que buscamos es desahogarnos, hacer cosas juntas… Si pudiésemos vivir de ello sería increíble, por eso de no tener que compatibilizar el trabajo del grupo con jornadas laborales y poder dedicarnos enteramente a la música. Pero la máxima pretensión es esa: pasarlo bien y disfrutar, sobre todo ahora que tenemos la golosina en la boca de los directos y sin restricciones sanitarias.

Vuestro estilo es un pop rock muy guitarrero, con mucha melodía, pero con el descaro del punk. 

Totalmente. El punk es la emoción de la rabia y del desdén. Musicalmente no somos nada punkis, pero conectamos en que somos espontáneas y rabiosas. Tenemos mucha conexión por ese lado, aunque luego utilicemos melodías más pop. Somos muy viscerales.

Ese descaro me recuerda a algunos grupos de la movida madrileña. Kaka Deluxe, Alaska y los Pegamoides, los primeros Radio Futura… Por edad está claro que no vivisteis esa época, pero no sé si los habéis escuchado.

Los conocemos, aunque nunca han sido influencia directa. Tienen temas que nos flipan, pero nunca hemos querido hacer un rollo similar. Puede tener más que ver con que ahora también hay muchos grupos en Madrid, mucha revolución sexual, de movida loca, fiesta… Ahora nos hemos juntado en Madrid gente que viene de mil puntos de España y nos influimos unos a otros, aunque hagamos estilos diferentes. Vienen muchos grupos a tocar también… Estamos en contacto con mucha gente que hace música.

Es cierto que empieza a haber grupos de guitarras que revitalizan la escena: Carolina Durante, Cala Vento, Ginebras, Mujeres… Y eso que dicen que a la juventud solo le interesa la música urbana…

Siempre hay gente punki, gente rockera… La gente que conocemos escucha trap, pero también rock. Tenemos influencias muy diversas, escuchamos de todo. Antes igual era más complicado; no había Spotify, no podías escuchar tantas cosas… Ahora te gusta un poco todo.

Las letras de vuestras canciones tocan temas muy cotidianos, relaciones personales, casi siempre desde el punto de vista del despecho.

Sí, eso se nota mucho (risas).

"Nos propusieron grabar una versión de 'Toro', de El Columpio Asesino, y dijimos que sí. Es una canción mítica, la hemos escuchado mil millones de veces, nos hizo mucha ilusión.

Y utilizáis muchísimo la ironía.

Cuando estás muy jodido, llega un punto que te vuelves un poco loco, como cuando estás muy cansado y te acabas riendo de lo cansado que estás y ya no sabes ni lo que dices. Nuestro punto es ese: “esta situación me sobrepasa tanto que ya me descojono”. Los temas de los que hablamos nos han afectado mucho, pero cuando hacemos las canciones ya ha pasado el tiempo suficiente como para tomar distancia y reírte de ello, que es una buena técnica para superar los traumas. Además, el humor está muy presente en nuestra manera de ser y de comunicarnos.

¿Cómo valoráis iniciativas como este programa Girando Por Salas que os está permitiendo girar por todo el país en buenas condiciones?

La clave es lo que has dicho de todo el país, que no sea solo Madrid, Barcelona y Valencia. Hemos ido a Tarifa, Jaén, Mallorca… Son sitios a los que igual es más difícil ir porque hay menos escena, nunca habíamos estado antes y ha sido genial. Y la gente lo agradece muchísimo. Nosotras hemos crecido en sitios pequeños y sabemos lo que es que apenas haya conciertos guays. 

¿Se apoya lo suficiente a las bandas jóvenes?

Haría falta más, sobre todo para incentivar que los chavales monten sus grupos. Que haya más locales de ensayo. Nosotros ya llevamos tres años y no nos consideramos un grupo emergente, pero habría que ayudar más a la gente que empieza. La música no se considera un trabajo, todo el mundo de la industria está puteado, los técnicos, los grupos… Hay pueblos en los que la gente no tiene dinero para comprarse un instrumento y tocar la guitarra o la batería es un privilegio. Todas las cosas que se hacen autogestionadas y gratis, aparece la policía y las cierra. Tendrían que hacer la música más accesible, tanto para los oyentes como para los grupos. 

Acercándonos ya al concierto de Pamplona, recientemente habéis grabado una versión de ‘Toro’, de un grupo navarro, El Columpio Asesino.

Sí. Era el aniversario de Mushroom Pillow, el sello de El Columpio, y a través de nuestro productor, Carlos Hernández, nos propusieron grabar una versión de Toro y dijimos que sí. Es una canción mítica, la hemos escuchado mil millones de veces, nos hizo mucha ilusión. 

Sobre el concierto de Pamplona, ya sabréis que coincide con la final de Osasuna en la copa del Rey, pero hay que decir que el concierto es antes, así que la gente podrá asistir a vuestra actuación y luego ver el partido.

Claro. Pero tampoco creo que nuestros fans sean los más futboleros. Creo que nuestro target no es el target del fútbol. O tal vez sí, quién sabe.

Ya lo decís en vuestra canción: ‘Niños furbito y niñas lo que sea’.

(Risas). Sí, a nosotras nos han despojado del rollo del fútbol (risas). Igual tenemos esa percepción un poco contaminada del deporte. Pero los futboleros también serán bienvenidos. Va a ser un calentamiento, primero el concierto y luego, el que quiera, el partido.