¿De dónde surge esta novela, cómo nace la idea y cuánto tiempo llevas trabajando en ella?

–No sé muy bien de donde surge. De donde surgen todas, supongo. De una especie de agujero giratorio con sombras que creo que tengo dentro de la cabeza. A veces, basta una frase o un pequeño párrafo para arrancar y tirar para adelante. Yo siempre he escrito así, tirando para adelante, sin plan. Supongo que se nota. Espero que para bien. No obstante, esta es una novela breve. Tardé en escribirla un año, pero se puede leer en un día. Creo que a partir de ahora solo voy a publicar libros que se puedan leer en un día. Me preguntas por la idea y bueno, la idea es contar con ciertas dosis de humor vidrioso el modo en que Ferdy, este personaje, empieza a comportarse y a relacionarse con la gente en ese momento de la vida en el que tantas pérdidas hay ya acumuladas por todas partes.

¿Qué historia nos cuenta Ferdy el Viejo, y hasta que punto este personaje tiene que ver con Fernando Chivite?

–Sí, claro que tiene que ver conmigo: Ferdy es una proyección de mí mismo, algo espectral, supongo. No obstante, Ferdy ya tiene 73 años, es decir, diez más que yo ahora. Así que podríamos decir que se trata de una proyección de mí mismo, pero más viejo, tal como me imagino dentro de diez años. Creo que me he inventado un subgénero narrativo: yo lo denomino anticipación biográfica. Se trata de contar cosas que aún no me han sucedido, pero que me sucederán pronto. Naturalmente, esto tiene que estar escrito en clave de comedia absurda, me temo. Yo he andado merodeando mucho por los descampados de la literatura y he acabado en la comedia absurda, qué le vamos a hacer. En cualquier caso, no lo lamento.

¿Qué personajes nos encontramos en la novela y de dónde nacen?

–Los personajes nacen de la vida. De la mía. Son siempre los mismos. Algunos son reales, no obstante son personajes, claro. Lo que quiere decir que están muy mediatizados por el lenguaje, o sea, muy adornados, muy exagerados, muy cómicos en un momento o trágicos en otro. Eso es literatura. La comedia y la tragedia son intercambiables. Los personajes lo son todo. Los personajes tienen que ser creíbles porque te tienen que emocionar.

"Creo que a partir de ahora solo voy a publicar libros que se puedan leer en un día"

¿Qué tiene que ver esta novela con sus novelas anteriores?

–Creo que mucho. Creo que yo siempre escribo de lo mismo, de las mismas cosas. Del paso del tiempo, las imágenes del pasado, la arena que se desprende de las relaciones humanas. No obstante observo que, con el paso de tiempo, el tono de mi voz ha ido deslizándose hacia una especie de surrealismo autoirónico.

Respecto a la escritura propiamente dicha, ¿qué me puede contar de nuevo? ¿Hay algún cambio o prueba, alguna novedad?

–Sí, eso que te decía. Que mi voz es cada vez más irónica. Tienes que tener una voz para hablar contigo mismo. Mira, últimamente he descubierto por qué escribo. 

Cuente.

–Yo antes creía que escribía porque no podía evitarlo. Porque era lo que más me gustaba. Y ahora he descubierto que escribo para hablar conmigo mismo en el tiempo. Para leerme en el futuro. Para entender mi vida. Me estoy contando mi vida a mí mismo todo el tiempo. Ahora leo lo que escribí hace treinta años y entro en diálogo conmigo mismo, es de locos.

¿A quién cree que puede interesar especialmente esta historia?

–Naturalmente, me gustaría que interesara a los jóvenes. No a todos, claro, no estoy loco. Pero sí a esos a los que les gusta la literatura. Como era yo cuando era joven y me compraba libros. Esa cuota generacional no ha menguado. La gente de mi edad que me lee me conoce perfectamente. Y yo a ellos. Antes he dicho que escribo para hablar conmigo mismo en el tiempo, pero no es exactamente así. Ese otro yo con el que hablas es el yo de la especie: la suma de todos en uno solo, ese es tu interlocutor. Y hablas con él de igual a igual. No importa la edad que tenga. Doscientos cincuenta mil años, aproximadamente.

¿En que punto de su trayectoria literaria dirías que está?

–Eso no lo sé. En el último, supongo. Al menos, de momento. Aunque una cosa te digo: cada vez sonrío y me divierto más escribiendo. Y considero que eso es un logro para mí. Así que estoy en ese punto, en el más divertido. No sé cuánto durará.

¿En que otros proyectos trabaja?

–Bueno, ahora estoy escribiendo la segunda temporada: Ferdy el Fatalista. Voy por la mitad. También habrá una tercera, si no pasa nada malo. Va a ser una serie. No de televisión, claro. Una serie de novelas, quiero decir. Avanzando en el tiempo. Supongo que tendré que buscar nuevos editores porque no creo que el de ahora, Imanol Bértolo, quiera seguir fingiendo que le encanta todo lo que escribo. Pero bueno, no tengo más proyectos, creo. Eso espero.