Carolina Maria de Jesus, en la favela, en la calle

Gracias al periodista Andálio Dantas, quien publicaría sus diarios como Cuarto de desechos, conjunto de textos probablemente escritos como buenamente podía y cuando contaba con papel recogido en la basura o en circunstancias similares. Buenas noticias: Cuarto de desechos y otras obras es el nombre de un reciente libro cuyo contenido son esos diarios y otros relatos que ahora presenta en castellano Txalaparta.

A lo largo de estos diarios, la escritora brasileña nos narra (¡y cómo!) buena parte de su existencia y nos muestra los esfuerzos de una mujer como ella por cumplir su sueño:

“15 DE JULIO DE 1955

Cumpleaños de mi hija Vera Eunice. Pretendía comprarle un par de zapatos. Pero el costo de los géneros alimenticios nos impide la realización de nuestros deseos. Actualmente somos esclavos del costo de vida. He encontrado un par de zapatos en la basura, los he lavado y remendado para que ella los use”. ¿Y los relatos?

Por otro lado, ¿Dónde estás, Felicidad?, Favela... son algunos de los nombres de esos y otros textos, los que en la actualidad diferentes responsables literarios están recuperando, algo importante, muy importante... a la hora de dar a conocer la obra de la escritora de Sacramento: “No existe, en este mundo, quien no albergue un sueño íntimamente. Quien no aspire a poseer algo que le proporcione una existencia exenta de sacrificios. Y José de los Ángeles era realmente angelical en los modos de hablar y de tratar al prójimo. Era piadoso, antes de tomar una resolución reflexionaba profundamente”.

Como se indica en el prólogo, el título de este libro “se refiere a una metáfora empleada repetidamente en los diarios para definir la favela” y, en él, “Carolina propone pensar la ciudad de Sao Paulo como una casa”, una de las originales ideas y decisiones que llevan al lector de Cuarto de desechos y otras obras al mundo y a la obra de una autora relegada el olvido. A un injusto olvido:

“Me he levantado. He obedecido a Vera Eunice. He ido a buscar agua. He hecho el desayuno. Les he dicho a los niños que no había pan, que tomaran solo café y que comieran carne con fariña. Yo estaba indispuesta, he decidio santiguarme”.

Igualmente... en el prólogo: “Investigadores más recientes (...) han demostrado la importancia de que se estudien y divulguen los cuadernos manuscritos que dejó Carolina, pues a partir de ellos se amplía y modifica radicalmente la perspectiva sobre su producción, que permenece en su mayor parte inédita. Además, la parte publicada fue definida, casi en su totalidad, por los editores, sin considerar la opinión de la autora”.

Es hora de ir conociendo la obra de Carolina Maria de Jesus: “Era finales de 1948, apareció el dueño de la calle Antonio de Barros donde estaba ubicada la favela. Los dueños exigieron y apelaron que querían el terreno desocupado en un plazo de 60 días. Los favelados se agitaban. No tenían dinero. Los que podían salir o comprar un terreno salían. Sin embargo, era la minoría la que estaba en condiciones de salir”.

Cuarto de desechos..., testimonio imprescindible.