Las periodistas Bertha Gaztelumendi y Rosa Zufía se han unido por primera vez para ponerse tras la cámara y reivindicar en un documental el cine hecho por mujeres, el de las de ahora y el de aquellas que han sido olvidadas. Y para celebrar “que su voz empieza a ser escuchada”.

El filme, Arnasa betean, emakume zinegileak/A pulmón, mujeres cineastas, cuarto documental de Gaztelumendi y el debut de Zufía como directora, se ha presentado este martes en la gala del cine vasco del 71º Festival de San Sebastián.

Enfocando una visión "universal"

“Queríamos recuperar a todas aquellas mujeres cineastas que no aparecen ni en los libros de cine ni entre las películas clásicas. No es que hubiera pocas mujeres, el escándalo es que no se les prestase ninguna atención, porque ese es el peligro”, explica Rosa Zufía a Efe.

Las dos comentan que esa visión es “universal”, pero que ellas la han focalizado en cineastas de la CAV, Navarra y el País Vasco francés, dado los medios y el pequeño equipo con el que contaban. Las primeras conversaciones sobre el proyecto las tuvieron hace dos años, pero el trabajo a fondo comenzó hace dieciocho meses con el visionado de películas en la Filmoteca Vasca, que luego dio lugar a un trabajo concienzudo de selección de escenas para componer el puzle de un filme que no querían plantear como un mero “catálogo cronológico”, señala Gaztelumendi.

El mar como metáfora

Durante esas sesiones comprobaron que muchas cineastas utilizan el mar “cómo metáfora para expresar ideas y emociones de modos muy diferentes”. Alauda Ruiz de Azua dice al comienzo del documental que para ella el mar es “como la vuelta a casa”. La autora de Cinco lobitos añade que “lo bueno que tiene además es que es muy versátil”.

“Flaco favor hacemos a las mujeres cineastas etiquetándolas; se trata de hacerles caso”

Rosa Zufía - Codirectora de la película ‘A pulmón, mujeres cineastas’

Esa coincidencia del uso del mar les sirvió a ellas de inspiración para crear el hilo conductor de A pulmón, en el que tres buceadoras guían al espectador por la temática de sus películas, por “su mirada, sus sueños, sus esfuerzos por salir adelante y, sobre todo, su aportación al cine y a la sociedad”. Son imágenes submarinas que rodaron en Menorca porque en el Cantábrico iban a tener problemas de visibilidad.

Jóvenes realizadoras como Estíbaliz Urresola, directora de la exitosa 20.000 especies de abejas, intervienen en esta cinta junto a veteranas como Ana Díez y Helena Taberna, aunque la película incluye escenas de filmes de cineastas fallecidas, como Yannick Bellon, nacida en Biarritz en 1924, que ha sido para ellas “el gran descubrimiento” durante su trabajo de investigación.

También con las cineastas de animación

Leire Apellaniz, Maddi Barber, Arantxa Echevarria, María Elorza, Iratxe Fresneda, Mireia Gabilondo, Lara Izagirre, Marina Lameiro, Ana Murugarren, Maider Oleaga y Arantza Santesteban son otras realizadoras que participan en el documental, aunque incluyen escenas de películas de muchas otras.

No olvidan a las mujeres que se han dedicado al cine de animación, como Bego Vicario, Izibene Onederra, Isabel Herguera, quien este año compite en la Sección Oficial del Zinemaldia con El sueño de la sultana, y la alavesa Maite Ruiz de Austri, la primera mujer en dedicarse a este género en España.

“Fue muy doloroso dejar a gente fuera. Las que no están no es por una cuestión de calidad, sino de guion. El primer criterio fue que hubiesen rodado un largo, salvo en el caso de la animación. Hemos buscado también que estuvieran presentes todas las generaciones y el equilibrio territorial”, indica Gaztelumendi.

Zufía señala que las mujeres cineastas pueden tener cosas en común, “pero flaco favor haríamos si las etiquetamos porque no se trata de eso”. “Lo que hay que hacer es hacerles caso”, subraya.