Autodidacta e inconformista, Benito Lertxundi (Orio, 1942) ha recorrido su propio camino de casi 60 años sin someterse a modas ni ortodoxias. Un camino guiado por su instinto y por la búsqueda de libertad. Ospakizun gauean es su último trabajo (2018), que interpreta en directo entre algunas de sus canciones más emblemáticas. En el concierto de mañana en Iruña ofrecerá además dos temas inéditos, compuestos durante la pandemia, junto a los músicos que le acompañan habitualmente: Juantxo Zeberio (piano y sintetizadores), David Gorospe (batería), Amaiur Cajaraville (bajo y contrabajo), Gurutz Bikuña (guitarra), Angel Unzu (guitarra, bouzuki y percusión), Xabier Zeberio (violín y nyckelharpa), Pello Ramirez (violoncello y acordeón), Intza Unanue (coros) y Olatz Zugasti (coros, arpa y teclados).

¿Cómo está viviendo la vuelta a la gira de ‘Ospakizun gauean’, después dos años de interrupción por la pandemia?

Al principio debo confesar que tomar de nuevo el pulso a lo que antes era habitual me costó un poco, ahora ya estoy otra vez más o menos en mi ámbito natural. 

¿Hay motivos para celebrar? 

No soy de celebraciones, lo mío es vivir el instante y descubrir la naturaleza de ese instante. Si titulo una canción como “noche de celebración” es porque cuento una experiencia vivida hace muchos años en un acto de celebración. 

Nos hemos desconectado los seres humanos de nuestra esencia: de la naturaleza, de nuestras raíces, cada vez confiamos menos en el tiempo pausado y en el silencio… Vivimos en gran parte alienados, esclavos de la prisa, del producir, de lo que nos dictan que tenemos que pensar, generalmente hacia un extremo u otro… ¿Cómo liberarnos? En su nuevo disco propone ‘desaprender’. 

Cuando todo lo aprendido resulta conflictivo la cuestión es percatarse de ello, bueno sería tratar de buscar qué es lo que estamos cultivando. Y si uno tiene la conciencia de que lo cultivado es precisamente la causa del conflicto, no queda otra que desaprender. Si no se lleva a cabo el proceso de desaprender, jamás podremos aprender nada. Lo realmente primordial es percatarse o tomar conciencia de la naturaleza de ese conflicto. Pero ese ejercicio es absolutamente intransferible y no hay doctrina que pueda enseñarlo, sencillamente es consecuencia de una investigación personal.

“Es necesario desaprender para poder aprender; y es un ejercicio personal e intransferible, no hay doctrina que pueda enseñarlo”

Lo importante, dice, es tener la mente libre, emancipada. ¿Cómo lograrlo? ¿En el terreno de la música se siente así, libre?

La libertad es la ausencia del conflicto, es fruto de saber en qué consiste el conflicto y de qué manera se construye. Una vez comprendido esto aparece una nueva conciencia, y es ahí donde reside eso que llamamos libertad; sin olvidar que estamos hablando de libertad psicológica.

Quizá hay que tener también presente, como dice Pessoa, que ‘la vida pasa’, que no somos tan importantes…

No se trata de darle importancia, ya en sí la vida, sin adjetivos, es suficiente, somos ella misma. Sin necesidad de preguntar por qué vivimos. No se trata de valorar la vida, la vida no hay porqué celebrarla ni valorarla, es suficiente con vivirla.

¿Qué encuentra en las poesías de Pessoa que son fuente de inspiración de sus canciones?

En Pessoa vi un refinado salvaje, su manera de mirar al mundo y revisar todo lo establecido a través de su conciencia me atrae, pues me sugiere que es un ser en constante ebullición y crecimiento.

¿Cómo ve la situación actual del euskera? Habla en uno de sus temas de la mansedumbre del pueblo vasco, y dice que no hay lengua libre de política…

Escuchaba mucho en las tertulias mediáticas que había que cuidar el euskera y para ello había que desvincularlo de la política, como si una lengua no tuviera nada que ver con la política. Ante semejante falta de conciencia de la naturaleza del conflicto de nuestro País quise hacer esta canción. 

“Decir que cuidar el euskera pasa por desvincularlo de la política refleja una falta de conciencia de la naturaleza del confilcto de nuestro País”

También hay en este disco reflexiones sobre la paz, siempre un anhelo, porque, dice, ‘el mundo no conoce la paz’...

La paz es, como la libertad, la ausencia del conflicto. Pero en el mundo que conocemos hay mucha cultura imperialista, dominante, totalitaria que siempre trata de diseñar una “paz” que les conviene. Quieren convencernos de que los pueblos sojuzgados acepten “la paz” diseñada por ellos. Y sólo puede haber paz en un ámbito no conflictivo.

¿Cuál es la esperanza? ¿Qué representa ese brote que nace en un árbol en pleno crudo invierno al que canta en el tema ‘Kimu bat zuhaitzan’?

Es una canción que me trajo como regalo el bertsolari Jon Maia cuando hicieron una travesía a Terranova; me comentó que una vez en tierra escuchó una canción y que se acordó de mí. Adaptó el texto de la canción al euskera y yo la introduje en mi repertorio en agradecimiento a él.

En otra de las canciones dice que no quiere anclarse en el pasado ni en la pena. Quiere vivir el presente.

Otro texto de Pessoa que me gustó por su talante de no apegado a lo vivido, y de vivir plenamente sin ningún sentido de pérdida de lo que el presente le ofrece.

¿Qué siente cuando ve que la cultura se reduce muchas veces a un mero adorno, o a un ocio ligero engullido por el capitalismo para sus fines?

La cultura es todo lo que en vida cultivamos desde que nacemos y no siempre cultivamos bien, todos los conflictos que existen y que han existido son el resultado de una mala cultura. Entonces cuidado con el término, que no todo es brillo y prestigioso, podemos destruir la vida por la cultura, y podemos hacerla también rica por la cultura. 

“Cuidado con el término cultura; podemos destruir la vida por la cultura y podemos hacerla también rica por la cultura”

¿Ha conseguido resumirlo todo en una canción, o ese reto siempre está ahí? 

Las canciones suelen ser resultado, al menos en mí, de querer transmitir una inquietud que en ese momento me embarga, pero no se trata de un ensayo sino de una sugerencia, una chispa que en ese momento salta puntualmente.

Suele decir que siempre se reconoce en las letras de sus canciones, porque nacen de ahí, de la necesidad de decir algo. ¿Y la melodía, qué papel juega en este proceso? Porque transita estilos diversos aunque en todos está su sello, una sonoridad común.

Yo generalmente he partido del texto, rara vez he iniciado una canción desde la música. Entonces me fijo en la naturaleza de la letra para que me indique el camino, y ensayo una iniciación; si esa iniciación me causa una impresión positiva, lo visualizo como la punta de un hilo al que voy tirando…, si en un momento dado el hilo se rompe es señal de que no me funciona, y si sigo tirando y va saliendo el hilo, empiezo a ver que la canción se va a llevar a cabo.

Aunque no le gusta hacer planes de futuro, ¿vendrán nuevas canciones, vendrá un nuevo disco?

Durante la experiencia que vivimos en el confinamiento tuve sentimientos nuevos en mi vida. Cuando, encerrado en casa, abría la ventana y en aquel silencio oía los pájaros, una presencia inusual, sentía que por primera vez en la vida nadie me esperaba fuera, era una vida hacia dentro, y de pronto empecé a escribir algo, me salía fluidamente. Me dí cuenta de que en ese momento estaban saliendo todas las ideas y sentimientos de años atrás, y las traía arrastrando. Cuando vi el texto terminado, hice cinco canciones diferentes, puesto que el tiempo no era un problema, me dediqué a jugar con él. Una vez definido con qué melodía iba a cantarlo introduje esta canción en mi repertorio con la idea clara de que inevitablemente era para el cierre de los conciertos. Esa idea del cierre no sé si ha llegado también al campo de la creatividad: nada está cerrado y tampoco hay promesa.

EL CONCIERTO

  • Dónde. Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte (Sala Principal). 
  • Cuándo. Mañana, domingo 26 de noviembre, a partir de las 19.00 horas.
  • Músicos. Benito Lertxundi, voz y guitarra, se acompañará en este directo de Juantxo Zeberio (piano y sintetizadores), David Gorospe (batería), Amaiur Cajaraville (bajo y contrabajo), Gurutz Bikuña (guitarra), Angel Unzu (guitarra, bouzuki y percusión), Xabier Zeberio (violín y nyckelharpa), Pello Ramirez (violoncello y acordeón), Intza Unanue (coros) y Olatz Zugasti (coros, arpa y teclados).
  • Entradas. Salieron a la venta a precios entre 32 y 35 euros, y hace días que ya estaba prácticamente todo el aforo vendido, solo quedaban algunas butacas de palco.
  • Organiza. In&Out Music Live.