Los estudios navarros de arquitectura Pereda Pérez y MRM Arquitectos, formados por los arquitectos Carlos Pereda Iglesias, Oscar Pérez Silanes, Miguel Alonso Flamarique, Roberto Erviti Machain y Mamen Escorihuela Vitales, han resultado ganadores del concurso para la rehabilitación del edificio Siemens para Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de Vigo.

El proyecto navarro se ha alzado con el primer premio con el lema O PATIO E AS PEZAS, entre las 17 propuestas presentadas. Este reconocimiento supone, además de una cuantía en metálico, la adjudicación del contrato de servicios para la redacción del proyecto básico, de ejecución y dirección de obra.

El objetivo fundamental de este Centro de Investigaciones Marinas es contribuir a la conservación y uso sostenible de los océanos, mares y recursos marinos a través de la generación y transferencia de conocimiento basado en la ciencia, la tecnología y la innovación. El programa de necesidades del futuro centro incluye laboratorios de investigación de distintas necesidades, junto con sus espacios auxiliares, almacén y una zona administrativa de gestión del centro.

El edificio Siemens es una obra de gran valor histórico y artístico con carácter patrimonial perteneciente a las antiguas instalaciones de la Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada (ETEA).

Su recuperación implica mucho más que la remodelación del edificio histórico, significando también la recuperación y valorización de una zona abandonada de fuerte vinculación con el mar.

Cabe recordar que esta edificación se sitúa junto al Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, cuyo concurso ganaron los mismos estudios y cuyo proyecto se encuentra ahora en fase de redacción. La construcción de ambos edificios supondrá la creación de un polo de centros científicos dedicados a la investigación marina.

La propuesta de los estudios navarros recoge estrategias de diseño, construcción y mantenimiento encaminadas a la polivalencia y versatilidad, y con ello adaptabilidad y flexibilidad geométrica para cambios que puedan surgir y redistribuciones.

Además, contempla medidas de sostenibilidad y eficiencia energética: la optimización del rendimiento energético, la eficiencia en el uso del agua, la reducción de las emisiones de CO2, el incremento de la calidad del ambiente interior o el empleo sostenible de los recursos.

El jurado ha valorado en mayor medida la calidad arquitectónica, de la que ha destacado “la innovación y el tratamiento del lenguaje formal y sencillo, sin contradicción con lo preexistente y con composición final del edificio, de alta calidad volumétrica y compositiva”; “la muy adecuada funcionalidad y adaptabilidad del edificio en cuanto a forma y programa de necesidades, diferenciando usos y necesidades y consiguiendo una muy adecuada organización del edificio en general y, particularmente, en el original”. Asimismo, se ha referido a la “adecuada integración en el tejido urbano”.