Con la intención de ser un lugar de encuentro con citas puntuales en torno al arte contemporáneo, Félix Ortega y Juan Moreno abren al público su taller de trabajo, ubicado en el número 24 de la calle San Francisco, en pleno casco viejo de Iruña.

Lo hacen en estas fechas de despedida de 2023 y bienvenida del nuevo año con una exposición colectiva de once creadores muy diversos y vinculados por la amistad.

Reencuentros

Juan Belzunegui, Florencio Alonso, Peio Izkue, Patxa Ibar, Arantxa Urdaniz, Jose Luis Mayor, Ángel Arbe, y dos artistas ausentes, Elena Asins y Fernando Iriarte, componen junto a los propios Félix Ortega y Juan Moreno esta muestra, inaugurada el pasado 22 de diciembre y que permanecerá visitable durante un par de meses.

En estas vacaciones de Navidad está abierta con un horario concreto: de 11.00 a 13.00 y de 18.00 a 21.00 horas los días 26, 27, 28, 29, 30 de diciembre y 2, 3, 4 y 5 de enero. Desde ese día en adelante, “quien se acerque puede tocar la puerta del taller, y si estamos trabajando, le abriremos con mucho gusto”, dicen Ortega y Moreno.

Un espacio de exposición y diálogo

Hace ya tiempo que estos dos creadores, que durante años compartieron este estudio también con el artista navarro Koldo Sebastián, sentían la necesidad de conectarse con otros artistas, de abrir las puertas de su lugar de trabajo al público, “porque ofrece unas posibilidades expositivas que queremos aprovechar”, dicen, apuntando que también les gustaría que fuese “un lugar de encuentrosdebates, por ejemplo entre sociólogos, artistas, filósofos…, y tanto de propuestas nuestras como de gente que tenga algún proyecto que quiera dar a conocer; el espacio está abierto a eso, a ser un lugar donde encontrarse y dialogar mientras nos tomamos un vino”, cuentan Ortega y Moreno, quienes reconocen que “faltan espacios de este tipo en las ciudades”.

Tras unos cambios que han llevado a cabo en el taller, y que han supuesto la reorganización y mejora de las condiciones del lugar, han visto el momento de iniciar esta etapa. “Es la primera exposición de las que vengan”, comentan al hilo de esta colectiva que da la bienvenida al visitante con la pintura expresiva y llena de color de Juan Belzunegui.

A su lado, la obra más conceptual de la muestra, que firma Peio Izkue: Esperanza, un libro con gráficas de la esperanza de vida de 200 países del mundo, desde el año 1974 hasta 2014. Una pieza que abre una reflexión sobre la capacidad de los datos para representar este sufrimiento humano.

Ausencias muy presentes

El arte del pintor navarro Fernando Iriarte, fallecido el pasado mayo, luce en esta colectiva en dos de sus cuadros de la década de los 90 a modo de “pequeño recuerdo cariñoso de presencia-ausencia”, dice Félix Ortega.

Otra ausencia se hace presencia imponente en esta exposición colectiva: la de la artista Elena Asins, la escultora de Azpirotz, referente del arte conceptual y una de las pioneras del arte digital. Ocho de sus menhires reposan como un signo, como un hito que nos habla de la existencia de una fuerza arcaica y telúrica en las malloas del entorno de Azpirotz.

El recorrido continúa con la propuesta de Jose Luis Mayor, un homenaje a la memoria y la necesidad de preservarla a través de la figura de Salvadora Catà Verdura, la primera mujer española republicana condenada a muerte por el franquismo y fusilada en Gerona.

"Faltan en las ciudades espacios de diálogo y debate en torno al arte y la cultura"

Félix Ortega y Juan Moreno - Artistas plásticos

La pintura informalista de Arantxa Urdaniz, artista nacida en Pamplona y afincada en Zaragoza, se muestra junto al collage conceptual de Ángel Arbe, las proyecciones en el espacio pictórico que propone el artista estellés Florencio Alonso, y una singular instalación de la artista pamplonesa afincada en Londres Patxa Ibar: un alfabeto inventado en torno a un motivo, la casa, a modo de escritura jeroglífica y que se acompaña de una pieza tridimensional que ofrece distintas posibilidades espaciales.

Juan Moreno presenta en su estudio una escultura nueva y seis fotografías, todas piezas de su proyecto Fragmentaciones, que estudia la descomposición del cubo siguiendo la pauta de la sección áurea (o divina proporción). Y el arte del otro anfitrión, Félix Ortega, se hace presente en tres de sus Maclas y varias esculturas de Corazón de Tokio, poemas visuales con ausencia de color en los que el artista vuelca su preocupación por la deriva que han tomado las ciudades y los espacios públicos.

EL APUNTE

  • Un paisaje de Joseba Elosegi. En la exposición colectiva luce un paisaje de Azpirotz con una extraordinaria historia detrás: es una pintura de Joseba Elosegi, político del PNV que el 18 de septiembre del año 1970 se quemó a lo bonzo ante Franco en el antiguo frontón Anoeta para llevar ante los ojos del dictador el fuego con el que destruyó Gernika. “No sabíamos que Joseba Elosegi pintara. Este cuadro ha llegado por casualidad a nuestras manos justo cuando preparábamos esta exposición, y nos ha parecido interesante mostrarlo”, cuentan Félix Ortega y Juan Moreno.