Lo primero de todo, ¿qué puede esperar quien vaya a ver Mi vida es una anécdota?

El espectáculo que hago, que no es una conferencia, es muy divertido, con pantallas, canciones y muchos testimonios, trata más de que nos riamos de nuestras anécdotas conjuntas que de que yo diga “miren ustedes qué vida tan interesante tengo”. Es una amalgama de anécdotas donde hay políticos, actores, empresarios, futbolistas... y me han ocurrido muchas cosas con ellos que yo cuento, canto, parodio y comparto. 

¿Podría contarme una anécdota de su vida en clave de humor?

Hombre, entonces haríamos un spoiler. Por ejemplo, explico cómo se compró un caballo que le regalé a Estefanía de Mónaco, hay muchas cosas de la censura franquista, historias que me han ocurrido con personajes del fútbol como Zidane, Cruyff... Cuestiones con los reyes, tanto con el emérito como con el actual, con presidentes del gobierno, con cantantes de primerísima fila....

El anuncio de su espectáculo dice que este es el mejor guión que ha escrito hasta la fecha, ¿qué lo hace el mejor?

Que es verdadero. Que todo lo que cuento es verdad, no se habla mal de nadie y te pone en la tesitura de darte cuenta de que, por mucho poder que tengas o por muy famoso que seas, te pasan las cosas que les ocurren a los demás. El espectáculo es muy variado, divertido, sencillo y sobre todo, verdadero. Al final admito con mucho gusto que el público me pregunte cosas, convierto el patio de butacas en el salón de mi casa.

Es productor, comunicador, escritor, cantante... De entre todas estas disciplinas, ¿tiene una preferida?

A mí lo que más me gusta es inventar. Me gusta más el rato de crear un espectáculo, una película, una canción. Luego repetir es lo que menos me gusta. Como este es un espectáculo abierto, cada día es diferente. Dentro de que yo sé muy bien qué es lo que voy a contar, se produce de un modo distinto porque hay una interacción permanente con el público. A mí lo que me pone de mejor humor es tener una buena idea. Escribo todos los días poesía, compongo canciones, voy al cine cinco veces por semana y voy a ver otros espectáculos porque creo que me nutro de otra gente. 

¿Cómo considera que tiene que ser un programa o un espectáculo de entretenimiento?

Yo ahora no quiero formar parte ni del lío, ni del barullo, ni de la telebasura, ni del enfrentamiento. Creo que el espectáculo tiene una función importante, y es que la gente pase un buen rato sin ensuciarles la vida y que no les crispes, que para eso ya está la política, que yo creo que de la política no se puede decir nada. Está toda explicada viendo La vida de Brian, después de eso ya no se puede decir nada más. No hay nada más revolucionario últimamente que el respetar. Ir a un teatro, a un cine, y salir dos horas después con mejor talante del que has entrado es el propósito mejor que podemos tener los artistas.

Sin embargo, a lo largo de su carrera, ha combinado humor con actualidad, ¿resulta difícil con la situación de hoy en día?

Ya no hago caso de la actualidad, porque la actualidad es un secuestro de nuestra vida. Te levantas por la mañana y tienes unos planes, entonces pones la radio, ves la televisión... y la actualidad te secuestra de tu propósito para meterte en un rollo que no es el tuyo. Además, si le das vueltas a la historia, te das cuenta de que lo que le pasó a Pepe Pérez en el siglo XIV también pasará en el siglo XXII. La actualidad es repetitiva.

“Hace 14.000 millones de años que existe el universo y estamos discutiendo por lo que alguien ha dicho en Tik Tok. Somos ridículos”

Usted es un filósofo irónico, ¿Se identifica con estos términos?

Sí, no está mal. Yo creo que de toda esta gran panoplia de la actualidad, solo nos salvamos con dos cosas, con el amor y con el humor. El humor lo relativiza todo y al amor lo acaricia. Pero, nos pasamos la vida discutiendo y ya que vamos a morirnos, no muramos enfadados, porque hay asuntos y problemas que realmente no caben en una vida. Nos obstinamos en tener razón, en discutir... naturalmente es fruto de la ambición, que para mí es un cáncer del alma. La vida es muy corta, estamos aquí de paso, hace 14.000 millones de años que existe el universo y estamos discutiendo por lo que alguien ha dicho en Tik Tok. Somos profundamente ridículos.

Su trayectoria es muy larga, como todo el mundo sabe, pero, ¿queda algo del Pedro Ruiz de los primeros años?

Queda lo mismo. La única diferencia entre los niños y los mayores es el precio de los juguetes, de pequeño se discute por la play station, por el balón o por la muñeca y de mayores se discute por los parlamentos y por las empresas. No da tiempo en una vida para aprender casi nada. Nos encharcamos en el ego y el ego es un gran tirano, si no lo domesticamos, se nos come.

¿Usted se considera políticamente incorrecto por decir todo esto que nadie se atreve a decir?

Yo siempre he creído que ser políticamente correcto es ser vitalmente incompleto. No creo en la correción de los partidos ni de los dogmas. Me quiero conducir sin dañar a los demás y sin cercenarme a mí, y como no pretendo el mal de nadie, no tolero que me impongan cosas que a mí no me interesan.

¿Y esto le ha traído problemas?

Nos cargan de necesidades, de deberes, y de apariencias y en el fondo lo que pasa es que somos unos seres vivos muertos de miedo por el qué dirán, por el mañana... Y el 90% del tiempo lo tiramos en recados y solamente el 10% en sentimientos.

“Estamos necesitando un 90% de cosas que no nos hacen puñetera falta para tener el alma en paz”

¿Qué consejo daría a una persona que quiera vivir su vida mas auténticamente?

Que cuanto más sencillamente lo haga, menos compromisos tendrá. Tener cosas es ser tenido y en la vida no se es lo que se tiene, solo se tiene lo que es. Estamos necesitando un 90% de cosas que no nos hacen puñetera falta para tener el alma en paz.

¿Dónde encuentra la inspiración?

En cualquier paso que das. En la calle, en la mirada de una señora mayor, en un señor que te saluda amablemente. Todos somos prisioneros en estas circunstancias y si te compadeces de los demás tienes momentos de ternura. Somos un chimpancé con un altavoz, la evolución no ha dado para más, y dentro de eso hay que tener un punto de desprecio y uno de ternura.