Juan Sukilvida ha iluminado la sala expositiva de Zizur Mayor con un arte colorista y vital, repleto de simbología, formas orgánicas que fluyen con libertad y espíritu alegre y juguetón. Es la “ofrenda” que el pintor hace a quien quiera recoger algo de lo que respira su obra. Y respira un aliento reparador.

“Es mi manera natural de hacer, pero también creo que, yo el primero y en general la gente, sí estamos necesitados de un poco de alegría y vitalidad. Y esta es mi pequeña aportación. Así como otra gente hace un trabajo de militancia o se involucra en un trabajo social, yo creo que mi pintura a algunas personas les ayuda y les alegra en alguna medida”, cuenta el artista navarro, que ha cambiado su apellido artístico Sukilbide por Sukilvida: “Quería hacer algo nuevo, me gusta la palabra vida, y mis cuadros creo que tienen algo de esto”, dice.

Iconos y signos en armonía

Illusions of illumination es el título de la exposición que puede disfrutarse hasta el 26 de este mes de mayo en la Casa de Cultura de Zizur Mayor.

Un recorrido por casi una veintena de obras, la mayoría de ellas de reciente creación, en las que se intuye algo nuevo en la trayectoria de Juan Sukilvida: las series. “Hasta ahora no trabajaba por series, y aquí pueden verse algunas, por ejemplo de cuadros que tienen que ver con las montañas, con las cumbres, con apuntar a lo alto”, cuenta, añadiendo que las obras que ahora expone “surgen de una iconografía y simbología anterior, que llevo ya bastante tiempo trabajando”.

Ojos, caras, siluetas humanas, árboles, flores, casas, montañas que se elevan por encima de las casas... Iconos y signos significativos en este momento para el artista se van añadiendo a una “pequeña familia iconográfica” que le acompaña desde hace ya tiempo y que sigue queriendo desarrollar.

“Son formas orgánicas, sencillas, fáciles de reconocer, y trato de conjugarlas en las leyes de la pintura a las que más o menos nos atenemos todos, que es con el equilibrio, con el color; intento hacer algo armónico”, asegura Sukilvida.

Apuntando a lo alto

Sobre la presencia de las montañas en series nuevas, comenta que “en general, siempre he pintado y pinto muchas formas en vertical, hacia lo alto; han podido ser cohetes, han podido ser aviones, manos, figuras que extienden sus brazos hacia lo alto... Para mí el lienzo es muchas veces una línea que suelo leer de abajo arriba, y esa inclinación vertical es para mí algo estimulante y algo alentador, y apunta a espacios abiertos, a cielo, a un espíritu que quiere ser abierto, que quiere compartir”, dice.

“En estos tiempos difíciles para muchas personas, cada vez más pienso la pintura como una ofrenda”

Juan Sukilvida - Pintor

Crea así el artista navarro lugares y composiciones desde donde respirar, coger aire y tomarse un descanso, por ejemplo del ritmo frenético que impone la vida en la ciudad. “Sí, algo de esto hay ahí. Y en términos pictóricos, de composición y de formas, para mí la tendencia a dejar cielo y dejar espacio abierto es una dirección a la hora de no completar la pintura con formas que lo llenan todo y convierten el cuadro en una cosa bulliciosa. El hecho de dejar cielo, o copas de árboles o nubes, es una forma de dejar aire y con ese aire algo de respiración, de buen aliento”, apunta sobre estas obras que suele comenzar con pintura acrílica, y en las que luego emplea sobre todo óleo y, también últimamente, rotuladores permanentes que pintan sobre óleo.

“Me gustan los resultados que ofrecen; me permiten hacer una línea o filamentos más finos de los que suelo conseguir con pincel, y en según qué casos rectos, ángulos en formas que aparecen en geometrías, de edificios, de cúpulas, de torres, pero también en lo orgánico. Así como me atrae mucho la construcción por lo que tiene de acoger el espacio donde uno vive, trabaja y está con las personas con las que quiere estar, me atrae mucho el crecimiento orgánico, particularmente también en esta primavera tan espléndida que estamos teniendo en estos días: el follaje, las plantas, las plantas enredadas..., todo eso lo hago con pincel y a veces también con rotulador en los detalles pequeños”, explica el pintor navarro.

Necesidad de compartir

Juan Sukilvida crea “por una necesidad vital, y también por una necesidad de compartir y enseñar; y, últimamente más, por estos años tan difíciles y convulsos para muchas personas, entiendo el arte como una ofrenda, pienso la pintura muchas veces de esta manera”, reconoce el artista, que también expone estos días junto a otros pintores en una colectiva en el Parlamento de Navarra en torno a Palestina”. “Esa situación y ese sufrimiento los tengo en la cabeza, y esta es mi manera de intentar aportar algo”, dice.

“No basta con tener ojos para entender todo lo que tienes delante, hay que poner más”

Juan Sukilvida - Pintor

En cuanto al potencial de la pintura para dialogar con el público, él habla desde la certeza de que este y no otro es su lenguaje. “Yo no sé cantar ni hacer danza ni soy actor, de entre las distintas artes me gusta la pintura porque tengo una pequeña cualidad para hacerla, pero también porque la pintura es discreta, no es algo que suena, no es una escultura que te guste o no se impone en el espacio público o privado. La pintura es algo que colocas en una pared y te puede acompañar, la miras si quieres. Es delicada, es discreta, y por eso me gusta también, porque está ahí sin imponerse”.

La pintura como ofrenda y como idioma

Ha titulado su exposición en inglés, Illusions of illumination, por una cuestión de gusto en la sonoridad, “porque es menos rotunda que en castellano, Ilusiones de iluminación. ¿Y por qué Ilusiones? “En este tiempo de sobreabundancia de imágenes, hay muchas que son no sé si engañosas, pero precisamente por haber tantas, son difíciles de entender o de participar con ellas. Y a veces no sé si entendemos mal lo que nos muestran, o nos confunden. Por eso lo de las ilusiones, porque hay tantas imágenes y las consumimos de forma tan frenética, que muchas de ellas las malinterpretamos como iluminación, como algo que parece que nos va a decir algo pero quizá no es lo que está ahí”.

Pero el artista tiene claro que si haces un trabajo creativo, en su caso con la pintura, “de elaborar de la mejor manera que sabes esa composición, y como persona particular que lo mira haces un trabajo de entenderla, de penetrarla, de estar con ella, si lo haces con la serenidad o con el ánimo que requiera cada imagen, puede ser muy reveladora y muy valiosa”, afirma, matizando que para eso, claro, “hace falta un propósito y una actitud”.

“La pintura se puede entender como un idioma. No basta con tenerla delante, hay que tener un ánimo de compartirla, y para según qué pintura, a lo mejor también una preparación o un tiempo de experiencia, una dedicación, una actitud. No basta con tener ojos para entender todo lo que tienes delante, no solo la pintura sino cualquier hecho, cualquier encuentro. Hay que poner más”, concluye Sukilvida, reconociendo su deseo de exponer más a partir de ahora. De hecho, está en busca de una sala donde sus cuadros de mayor tamaño “respiren bien”.