La asociación de mujeres cineastas CIMA presentó una ‘Guía de respuesta urgente ante casos de violencia sexual’ en la que queda patente la soledad y el miedo de la víctima, y la necesidad de posicionarse junto a ella y darle un apoyo que asegure su bienestar y garantice su intimidad y confidencialidad. Elaborada por las expertas Bárbara Tardón, Isabel Soriano y Cristina Mateos, la Guía se hizo pública en el marco de una jornada organizada por CIMA, que se desarrolló en Madrid.

Tras la presentación del Informe Anual de CIMA 2023, que concluye que se ha producido un ligero avance respecto al año pasado en cuanto a la presencia femenina en la industria cinematográfica -del 37 % al 38 %-, el turno fue para el debate sobre los argumentos que han concluido en esta ‘Guía’, que ya se puede consultar en la web de CIMA.

En ella, además de protocolos específicos para prevenir, eliminar y perseguir este tipo de violencia y acompañar a las víctimas, hay un listado completo de recursos y servicios de atención especializados, “gratuitos, seguros, anónimos y confidenciales”, y la referencia obligada al primer paso: el teléfono de ayuda 016 (WhatsApp 600 000 016).

Tardón, experta en violencia de género y Derechos Humanos, recordó que esta violencia se ha ejercido contra la mujer “a lo largo de los tiempos”, pero no fue hasta 2016, cuando “coincidieron varios vectores” -movimientos feministas más activos, el #MeToo, o decisiones institucionales y políticas que contribuyeron a ello- y se empezó a hablar de ello, tras “cuatro décadas de silencio, sin exagerar”.

En 2019, recuerda, se publica una primera macroencuesta de violencia contra las mujeres, que lanza un mensaje evidente: sólo pide ayuda el 8 % de las víctimas. “Hay una terrible oscuridad, mujeres que no pueden revelar, ni solicitar ayuda”. “Las mujeres no confían en la justicia, y es normal; en el caso (...) tuvo que pasar 32 obstáculos hasta la obtención de justicia. Hoy las supervivientes, las víctimas, tienen que seguir”, por eso, esgrime Tardón, tanto esta guía como los protocolos ad hoc, como el catalán que lleva la delantera, “son herramientas que salvan vidas”.

Así, la lucha contra la impunidad, que ayude a desvelar la cara de los monstruos, la denuncia que los señale y, a la vez, la protección personalizada de la víctima, a la que se asegure desde todos los puntos de vista su bienestar y seguridad y garantice su intimidad y la confidencialidad de su caso son los ejes centrales de esta guía.

El informe contiene una primera explicación jurídica de qué son la violencia sexual y el consentimiento y qué tipos de agresión existen, desde la violación al acoso laboral o callejero, y del ciberacoso a nuevos conceptos reconocidos como tales, como son la sextorsión, la pornovenganza, las grabaciones ilícitas (molka), el ‘stealthing’ (quitarse el preservativo sin consentimiento), la trata o el feminicidio.

Reversible

Otro epígrafe informa de los derechos que asisten a las mujeres, sobre todo desde la entrada en vigor de la ley del ‘Sí es sí’ en septiembre de 2022, y que se refieren a la atención sanitaria y psicológica, el acceso a recursos especializados, o el derecho a la reparación y recuperación, física, psíquica y social, entre otras importantes novedades.

Hay también información sobre cómo identificar las consecuencias de la violencia y se asegura que “son reversibles”. Es quizá, el punto más íntimo y sensible, ya que trata de transmitir cómo neutralizar los sentimientos de culpa y que “es más fácil” con ayuda de profesionales especializados. Cuáles son los pasos a dar si se ha sufrido violencia sexual y cómo es el protocolo que mejor ayudará a su defensa ocupa un lugar importante de este estudio, que prioriza desde todos los puntos de vista el bienestar y la seguridad de la víctima, su intimidad y su confidencialidad. También hay espacio para las personas que guardan esa agresión desde el pasado, con instrucciones sobre cómo proceder. Durante la presentación de la guía, se ha evidenciado la necesidad de que cambie la prescripción del delito, puesto que los traumas que conlleva la agresión hacen “olvidar para sobrevivir”, y cuando pueden denunciar, ha prescrito. La última recomendación es también otra clave novedosa de ayuda: “No necesitas haber interpuesto una denuncia para poder recibir la ayuda que necesites”.