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'Película Nº 1', diario de un fracaso

La aventura, o el cine, en este caso, comienza cuando todo sale mal. Lo sabe el director pamplonés Telmo Ibarburu cuando realizaba su ópera prima en el Amazonas. La película se estrena en unos días en el International Film Festival of Kerala (India).

'Película Nº 1', diario de un fracasoArena Comunicación Audiovisual

"Tenía tantas ganas de hacer una película, que empecé a hacerla sin tener idea de qué estaba haciendo”. Es un fragmento de la nota con la que Telmo Ibarburu acompaña el material promocional de Película Nº 1 (Film#1), su ópera prima. Y es que, en su caso, sí dejó que la realidad le estropeara la buena historia que llevaba ya en la cabeza. Aguzando los sentidos, aprendiendo a esperar y respetando la idiosincrasia de los Taromenane, comunidad indígena que vive en la cuenca amazónica ecuatoriana, con los que compartió vida durante casi un año, el director pamplonés sintió que la película estaba naciendo y de algún modo, confirmando la “firme convicción” que llevó de equipaje: “La vida misma, en su normalidad, puede ser excepcional si sabes dónde y cómo mirar”. Y el humor, claro, porque la autoparodia es lo que hace especial este proyecto que ha contado con el respaldo de la productora navarra Arena Comunicación Audiovisual antes y después del viaje. Estos días, el cineasta vuelve a viajar, esta vez a la India, para asistir al estreno internacional de su trabajo en el Festival de Kerala.

Experiencia y entusiasmo

Pablo Iraburu, director creativo de Arena Comunicación, cuenta cómo se vincularon a esta idea. Telmo había hecho prácticas con nosotros hace años, “y, cuando partió para Ecuador, le dimos algún consejo técnico y le recordamos que lo más original de ese viaje era el viajero, él mismo”. Poco más de un año más tarde, y después de que, “francamente, nos olvidaramos de él”, Ibarburu regresó “con muchos menos kilos de peso y un montón de horas de material filmado”. Juntos lo visionaron y “vimos que había material muy original, único”, indica Iraburu. “Decidimos entonces ayudarle a contar esa historia. Nosotros tenemos ya 25 años de experiencia haciendo documentales, éramos el complemento perfecto para su entusiasmo”, agrega.

En ese sentido, Telmo Ibarburu no tiene más que palabras de agradecimiento para la productora por animarle cuando les presentó todo el material que había grabado y por “poner en marcha todo el proceso de ensamblaje”, con el guión, la postproducción de imagen y sonido, etcétera. También siente enorme gratitud hacia Suakai, responsable de la banda sonora.

El contraste entre la población nativa y la explotación petrolera atrajo al cineasta pamplonés.

“En Arena me ayudaron a ordenar el material y mis ideas y a decidir qué incluir y qué no”. Y a ponerle título a la propuesta. “Cuando no sabía realmente qué contar con todo aquello, me di cuenta de que tenía que hacer un teaser para mostrar a posibles financiadores; a ese archivo lo llamé Película Nº 1”. En la productora de la Rochapea les pareció “muy coherente con lo que cuenta la película” y así se ha quedado. Y es que, la inocencia es un componente muy importante de esta historia. “Cuando fui hasta allí, tenía unos 24 años, quería acercarme a un mundo que me era extraño a través del medio audiovisual”, y lo que acabó registrando fue “una especie de diario del fracaso de una película”. Así, el filme al final se convirtió en una reflexión, con abundantes “momentos de autoparodia”, sobre “quiénes somos y cómo actuamos como creadores y agentes externos en una cultura que no es la nuestra”. 

Dos mundos opuestos

La del cineasta no es la típica peripecia que emprende alguien enamorado del Amazonas. “Ni siquiera conocía la zona antes, pero llegaron a mí los libros de Miguel Ángel Cabodevilla, que es de Pamplona, y me obsesioné porque es un mundo en el que suceden a la vez dos de las cosas más excepcionales y, a la vez, más humanas”. Por un lado, las personas que siguen viviendo aisladas, ocultas,arraigadas a la idea de tierra, comunidad, entorno”, y, por otro, la “explotación petrolera”, que es "un símbolo muy sencillo para entender lo que somos en Occidente”.

"Decidimos entonces ayudarle a contar esa historia. Nosotros tenemos ya 25 años de experiencia haciendo documentales, éramos el complemento perfecto para su entusiasmo”

Pablo Iraburu . Director creativo de Arena Comunicación Audiovisual

Ibarburu viajó con la idea de plasmar esa dicotomía y se dio cuenta de que allí era “un mero espectador”. “Tendemos a ir con cierto espíritu activista, a denunciar todas las injusticias que vemos, cosas que en nuestro lado del mundo se consideran atentados contra la naturaleza y contra la población”. Sin embargo, “te das cuenta de que es un mundo que se rige por otras normas, otros ritmos, y que tú no eres más que un cronista de tantos que han pasado por allí”. “Cuando llegas, quieres conocer gente, culturas, sitios... Y te das cuenta de que les da igual lo que tú quieras, con toda la razón, y que lo que importa es estar muy abierto a lo que ya es aquello y no tanto a lo que yo quiero”. Se trataba, pues, de reajustar expectativas y de ponerse “al servicio” de lo que la zona le podía ofrecer. Así alcanzó la que, seguramente, es la mayor enseñanza que le ha dejado la experiencia, “la importancia de mirar al otro” y “percatarte de que es exactamente igual que tú”

“Me fui a un lugar recóndito y encontré a gente que era mucho más parecida a mí de lo que pensaba”, insiste Ibarburu, y no esconde que lo pasó mal a nivel físico y mental. La sensación de soledad, “comer mal, caminar mucho, beber agua que no estás a costumbrado a beber aquí”; la pandemia, que se decretó cuando estaba en la región amazónica, y un gran vertido de petróleo que se produjo en la zona” no se lo pusieron fácil a este cineasta freelance que trabaja ofreciendo distintos servicios a productoras y haciendo videoclips, entre otras cosas.

Ahora, antes de partir hacia la India, opina que Película Nº 1, que ha contado también con el apoyo del Gobierno de Navarra, puede “funcionar bien" en España y en Europa. “Actualiza esa forma de contar que tenemos habitualmente”, y lo hace a través de la “autoparodia”, “riéndose del propio director” y cediendo el protagonismo a quien pertenece.

Feel Sales es la distribuidora internacional de un proyecto que ahora comienza su recorrido. “Luego podría seguir el circuito por festivales y, más adelante, terminar, seguro, en alguna plataforma digital”, concluye Pablo Iraburu.

Ibarburu comprendió que allí era "un mero espectador".