Aunque muchos ya estén haciendo quinielas para los Oscar tras ver a Angelina Jolie convertida en María Callas en Venecia, la estrella de Hollywood ha asegurado que lo único que le preocupa es “no decepcionar a los fans de María Callas y de la ópera”.

“El resto, si es resultado de mi trabajo, bienvenido sea, pero ante todo espero haber hecho algo que esté a la altura de lo que esta mujer merecía”, ha dicho Jolie en la rueda de prensa de presentación de María, dirigida por el chileno Pablo Larraín.

La película, que abrió este jueves la competición por el León de Oro en la Mostra de Venecia, narra la tumultuosa y trágica vida de una de las mejores cantantes de opera de la historia, imaginando cómo fueron sus últimos y solitarios días en París en la década de los 70.

Jolie ha confesado que descubrió la opera siendo adulta. “Me encanta toda la música pero de joven era más de The Clash y sigo escuchando a The Clash pero creo que cuando llegas a un nivel de dolor, desesperación y de amor en la vida, no hay nada como la ópera para expresar esos sentimientos”, aseguró.

La actriz y directora regresa al primer plano con el filme de Larraín después de unos años más dedicada a su familia, según ha explicado. El hecho de tener que cantar -su voz y la de la Callas se mezclan en la película- le puso “terriblemente nerviosa”, pero después de siete meses de ensayos se vio suficientemente preparada.

Le ayudó escuchar grabaciones en las que la verdadera Callas (1923-1977) explicaba la forma en que afrontaba su trabajo: “decía que lo primero era entender la música, ser disciplinada y hacer el trabajo como el autor lo concibió a base de practicar y solo al final puedes permitir que lo personal asome”.

Eso fue lo que hizo, guiada por Larraín, pero cuando le pidieron concretar qué cosas personales había puesto en su Callas evitó hacerlo. “Hay muchas cosas que no voy a decir aquí pero que posiblemente sabéis o imagináis”, señaló Jolie que dijo compartir con la soprano de origen griego “la vulnerabilidad”.

Jolie aseguró que ha reaprendido el significado de la palabra diva haciendo este filme. “A menudo la diva se hace de lo que perciben los otros, más que de lo que ella pensaba y sentía; María Callas era en realidad una trabajadora excepcional y disciplinada”.

‘El Jockey’

Por otro lado, El Jockey de Luis Ortega y coprotagonizada por Úrsula Corberó suelta las riendas de la identidad en Venecia. Los delirios de un vagabundo de Buenos Aires inspiraron a Luis Ortega para rodar este filme, una exploración surrealista de la identidad, la realidad y de “lo milagroso de la vida” que logró hipnotizar el jueves la carrera por el León de Oro del Festival de Venecia.

“Esta es una película atravesada por muchas preguntas. Cuando uno es más joven piensa que en algún momento va a entender algo pero al final llega a la conclusión de que nunca va a entender nada. Trata de eso, de la posibilidad de que no haya un centro en las personas, que no haya una identidad, y que de todos modos uno pueda observar y pasarla bien”, explicó el cineasta.

El Jockey es Remo Manfredini (Nahuel Pérez Biscayart), un legendario jinete de carreras sumido en una vorágine de autodestrucción que amenaza su carrera; su relación con su novia Abril (Úrsula Corberó) y hasta su propia vida. El día de la carrera más importante de su vida, que podría saldar sus deudas con su peligroso patrón Sirena (Daniel Giménez Cacho), el jockey sufre un accidente que lo postra en la cama de un hospital con heridas y daños cerebrales incompatibles con la vida.