Naturaleza en piezas de cerámica
La ceramista navarra Ana Gorriz abre hasta el 6 de septiembre su taller al público para mostrar sus obras, de marcada inspiración natural y fruto de una dilatada carrera experimentando con la tierra
Las formas de la naturaleza se materializan en piezas de cerámica en el taller de la artista navarra Ana Gorriz, ceramista con más de tres décadas de experiencia que ha decidido abrir las puertas de su entorno creativo hasta el próximo 6 de septiembre. Este espacio, ubicado en la calle Descalzos, 60 de Pamplona, alberga una colección de piezas únicas que reflejan su dedicación y conocimiento de la cerámica artesanal.
Gorriz, que lleva trabajando en su taller desde 1992, ha mantenido su espacio creativo generalmente cerrado al público, abriéndolo solo una vez al año. “Como soy muy ermitaña y tiendo a esconderme, de vez en cuando me obligo a mostrar mi trabajo”, comenta la ceramista. Esta muestra permite a los visitantes descubrir una trayectoria artística profundamente personal, en la que se refleja su amor por la naturaleza, algo que, según afirma, le viene de su infancia entre la tierra. “Mi padre era labrador y yo he jugado desde niña con las tierras, con los barros”, manifestó.
Relación con la naturaleza
Las piezas expuestas reflejan la profunda conexión de Gorriz con la naturaleza. Su obra se inspira en elementos como cortezas de árboles, hojas y otros componentes orgánicos, que se transforman en objetos que fusionan lo artístico con lo utilitario como platos, floreros, azucareros o boles. Entre las colecciones disponibles se encuentran series como Gusanos, Tesela y Cortezas, en las que explora la relación entre la forma y la función. Series con las que también busca “dar gracias de lo que nos rodea, porque no hay más casa que la naturaleza”, agregó. “Es un trabajo de observación, y de mucho amorcillo, sobre todo por la vida. Lo del arte es inherente a estar vivo”.
El taller de Gorriz, que solo se abre al público un mes al año, ofrece una muestra representativa de su trabajo. Los visitantes pueden encontrar una variedad de piezas, desde porcelanas y greses hasta refractarios, todos ellos elaborados con materiales preparados en el propio taller. La artista, además, emplea técnicas que prescinden del uso del torno, optando por métodos más manuales y experimentales, como el modelado a mano y la creación de moldes con cartón o escayola en una apuesta por dar más libertad a su proceso creativo.
Estos objetos, inspirados por elementos de la naturaleza, exploran también la relación que los humanos tienen con la naturaleza, desde las civilizaciones más primigenias hasta las más desarrolladas tecnológicamente. “Pueblos que ya están inmersos en la tecnología siguen usando hojas de palmera para envolver sus alimentos. Luego lo abren y comen de ella”, dijo, en relación a un plato de su creación en forma de hoja.
Una larga carrera
La artista comenzó su andadura en el mundo de la cerámica en los años 80, formándose en la Escuela de Artes y Oficios aplicados de Pamplona en esta especialidad, donde, en sus palabras, le enseñaron “a ser independiente en todos los sentidos. Empezar de cero y concluir”. Posteriormente, desarrolló sus primeros trabajos en el taller de Juanjo Moreno. Sin embargo, no fue hasta años después cuando comenzó a trabajar de manera más intensiva y en solitario en su propio espacio creativo.
Desde entonces, ha desarrollado una carrera marcada por la experimentación y la búsqueda constante de nuevas formas y materiales. Gorriz también dedica una parte significativa de su trabajo a la investigación de suelos y la química de los materiales, aplicando estos conocimientos a la cerámica. A través de un enfoque empírico, experimenta con diferentes combinaciones de minerales y tierras, logrando efectos visuales y texturales únicos en sus obras. Este proceso incluye la creación de cubiertas vítreas a partir de elementos naturales, que le permiten dotar a sus piezas de una capa protectora y decorativa al mismo tiempo. Su enfoque artesanal se distingue por el uso de tierras y arcillas recogidas directamente de la naturaleza por ella misma, las cuales procesa meticulosamente. “Cojo la tierra, la cribo, la observo, la pongo en agua para que la materia orgánica visible suba arriba, la quito, la seco y después la uso”, explicó. “Un ceramista conoce básicamente la química. Todo lo que usa son los elementos de la tabla periódica y sus compuestos, óxidos de cobalto, manadio, litio...” añadió.
Gorriz describe su trabajo como una “investigación empírica”, en la que se propone un reto, se enfoca en ello y produce un resultado. En este caso, una serie de objetos que primero imagina en su cabeza y luego dibuja sobre papel antes de elaborarlos, para corregirlos y asegurarse de que se puedan hacer. Todos ellos son fruto de retos qeu se pone la artista a sí misma, para su espíritu, que es, en palabras suyas, “insaciable”; un espíritu inquieto y con una gran sed de conocimiento. “Quiero saber si lo puedo conseguir, si lo que he pensado funciona o no”, subrayó la creadora.
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