Ya en los primeros meses y al igual que en pasados años, la situación de los distintos responsables de la Literatura resultaba complicada pero el esfuerzo por mostrar lo mejor de lo editado en 2024, logró rescatar clásicos y no tan clásicos de enorme interés. Austral inició el viaje presentando obras esenciales, como El jugador (F. Dostoievski) o La señora Dalloway recibe, de Virginia Wolf; y Akal, Carta al padre, uno de los textos con los que se ha conmemorado el centenario del fallecimiento de Franz Kafka.
Por su parte, el sello DeBolsillo hizo lo propio al reeditar La línea de sombra (Joseph Conrad) y Memoria de mis putas tristes, la última novela de Gabriel García Márquez hasta la publicación, este año, de su obra póstuma En agosto nos vemos, a cargo de Random House; Cátedra, por su parte, volvió a dar vida a todo un clásico: Laberinto de fortuna, presentada originariamente en 1444 por Juan de Mena.
En lo referente a la actualidad pura y dura, pura e imprescindible, 2024 inició su andadura de la mano de ensayos tan atractivos como Una red viva. La historia interna de nuestro cerebro en cambio permanente (Anagrama). Y... ¿qué hay de la nueva novelística? Txalaparta presentó Carne de perra, la primera y devastadora novela de la chilena Fátima Sime; el navarro Diego Galindo nos regaló la segunda parte de la trilogía De Soldado a Don: El ascenso de Giuliano (Círculo Rojo); y el sello asturiano Hoja de Lata publicó Sapukái, novela del periodista cultural bonaerense Guillermo Roz.
Segundo paso
A lo largo de los siguientes cuatro meses, el ensayo de interés siguió contando con su lugar en el mundo editorial, fruto del cual son trabajos como La imagen incesante (Jordi Balló/Mercè Oliva) y La democracia expansiva (Nicolás Sartorius), ambas de Anagrama; como Los dueños del planeta (Cristina Martín Jiménez, Booket) o Poder de la guerra, poder policial (Mark Neocleous, Katakrak). Eso sí: el año nos entristeció (y, ¡cómo!) al conocer la desaparición de librerías esenciales, como Abárzuza o Ménades en Iruña, como Irrintzi en Estella/Lizarra, pero, en lo referente al texto clásico y menos clásico, vieron la luz libros tan sugestivos como la Poesía completa de S. T. Coleridge (Cátedra).
En cuanto a la nueva novela, Los alemanes (Sergio del Molino) resultó ser el Premio Alfaguara de Novela y Elogio de las manos (Jesús Carrasco), el Biblioteca Breve de Seix Barral, presentados aquellos meses de 2024 en los que también aparecieron otras obras genéricas como las de la colección conmemorativa de los 60 años de Alfaguara. Son meses, esos, en los que también se presentó En el lado salvaje (Hoja de Lata), brutal novela de Tiffany McDaniel en la que la autora muestra virtudes propias de una escritora mucho más veterana de lo que apunta su edad.
Tercer paso
A mediados de año, aparecen novelas comerciales y equilibradas como Ansia (Henar Álvarez, Planeta) pero es la literatura local la que igualmente sorprende al lector y, de entre estas obras, interesaron e interesan Tierras del Conde (Txema Arinas, Vencejo Ediciones), Demasiados muertos (J. C. Gómez Martínez, Siníndice); Duración de un fantasma (Ismael Martínez Biurrun, Aristas Martínez) y la publicación independiente La última carta del cisne negro (Chuso Noval). Es, no obstante, La revelación (A. M. Homes, Anagrama), una de las citas ineludibles con la gran literatura nacida en 2024, relato que tendrá su extensión en lo que a calidad narrativa y compromiso se refiere: La Central, deÉlisabeth Filhol, también presentada por Anagrama.
Incluso la oferta clásica nos tenía preparada una gran sorpresa: la publicación, a cargo de Albo&Zarco, de una novela inédita en castellano de H. Rider Haggard; así es como lector y lectora podrá (y puede) leer El collar del hombre errante. La situación, no obstante, sigue siendo complicada y, por ello, destaca la sinceridad en su trabajo y en las entrevistas concedidas, de responsables como el de Harper Collins Brian Murray en referencia a sombras y luces como la censura o la Inteligencia Artificial.
Tramo final
En los últimos meses de 2024, destacan otras decisiones, como la de la editora gallega Kalandraka, desvinculada desde este año del premio Ciudad de Orihuela tras una decisión de Vox y PP respecto a Miguel Hernández; como la reedición, a cargo de Seix Barral, de Las hogueras, novela de Concha Alós ganadora del premio Planeta en 1964 y, pese a ello y a reivindicar el placer en momentos muy difíciles para la mujer en muchas latitudes, fue relativamente ignorada.
Acertadas son las decisiones que llevaron a la publicación de dos libros que recuerdan la represión fascista en dos escenarios diferentes: Asturias. Octubre 1934 (Paco Ignacio Taibo II, Hoja de Lata) y Milagro 1936 (Fco. Javier Nantes Vidal, Altaffaylla). ¿Más decisiones? La de los responsables del Premio Nobel de Literatura, que en 2024 ha reconocido la obra de la surcoreana Han Kang, de quien Random House ha editado recientemente La vegetariana y Actos humanos, así como la de los miembros del jurado encargados de señalar el Premio Cervantes 2024, en este caso recalando en Álvaro Pombo, de quien Anagrama ha presentado recientemente El exclaustrado.
En dicho trayecto final de este año, repitió Arturo Pérez-Reverte (La isla de la Mujer Dormida, Alfaguara); la irlandesa Sally Rooney (Intermezzo, Random House) y Julia Navarro (El niño que perdió la guerra, Plaza&Janés) son otras de las autoras destacadas del momento; y Planeta ha publicado una novela inédita de Julio Verne, Un cura en 1835, junto con una biografía, con motivo del 120 aniversario de la muerte del escritor de Nantes en 2025. ¿Ahí acaba todo? En absoluto.
Un mundo que ganar (Upton Sinclair, Hoja de Lata) es la nueva entrega de la saga de Lanny Bud; Los hechos de Key Biscayne (Xita Rubert) y Clara y confusa (Cynthia Rimsky) son los relatos premiados con el Herralde de Novela (Anagrama); Tirar del hilo (Teresa Moure, Txalaparta) y Luna (Carlos Bassas del Rey, Alrevés) son dos de las más interesantes narraciones acerca de las dificultades de la mujer para salir adelante en tiempos nada hermosos; y Zumalacárregui y la República de los Pirineos es el nombre del último libro del editor y autor navarro Jose Mari Esparza Zabalegi también para Txalaparta.