Arte vital, comprometido, valiente. Que se expande en grandes formatos o en el espacio público para interpelarnos sobre el mundo que habitamos.

Así es Fuera de Formato/ Formatutik kanpo, la exposición que habita desde este viernes 31 de enero la primera planta de la Sala de Armas de la Ciudadela.

Seis artistas navarros dan rienda suelta a su particular estilo y lenguaje y, en palabras de Pedro Salaberri –comisario de la muestra junto a Javier Manzanos–, “se salen del formato que se puede esperar en una exposición” en esta propuesta colectiva –o suma de seis propuestas individuales– en la que la pintura es la gran protagonista, junto a la instalación.

David Anocibar, María Azcona, Andrea Ganuza, Pedro Osakar, Carlos Puig y Juan Sukilbide nos invitan a adentrarnos en el arte navarro actual a través de sus singulares voces y propuestas, de las que puede disfrutarse hasta el 4 de mayo.

Desafiando los límites del espacio físico

La exposición, fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Pamplona y el Ateneo Navarro-Nafar Ateneoa, muestra “la vitalidad de las artes plásticas en nuestra comunidad”, tal y como se ha remarcado este viernes en la presentación, en la que, junto a artistas participantes, han intervenido la concejala de Cultura, Maider Beloki, y el comisario Pedro Salaberri.

“Esta es la cuarta vez que Ateneo y Ayuntamiento colaboramos para una exposición colectiva, y hemos querido dar voz a artistas con una acusada personalidad, autores de seis propuestas muy valientes”, ha dicho Salaberri, subrayando la oportunidad que brinda la muestra de conocer de cerca “la singularidad de cada uno de los artistas”.

Las hayas y los retablos son protagonistas de la expansión pictórica que ha realizado Carlos Puig (Pamplona, 1970), un artista que ha disfrutado de la experiencia de pintar en grandes formatos para esta ocasión, desafiando los límites físicos que le imponía su taller de trabajo. Ha elegido como motivos bosques de hayas por los que suele pasear y retablos: “Me atraen, me parece que tienen un punto en común, sobre todo para hacer una pincelada un poco suelta, y comparten una grandiosidad”, dice.

Los seis artistas navarros se expanden en grandes formatos o en el espacio público y nos interpelan sobre el mundo que habitamos

Juan Sukilbide nos coloca frente a una pintura vibrante y colorista, que se recrea en la abundancia y la superposición y que palpita también en lienzos de gran tamaño.

El estudio que el artista comparte con Marijose Recalde en Eraul “tiene bastante espacio y tengo la sensación de privilegio de tener esas condiciones, y el deber de aprovecharlas bien”, dice Sukilbide, que últimamente pinta paisajes con “montañas picudas relacionadas con las casas y sus tejados picudos”. “Para mí tiene que ver con las relaciones humanas, con la cercanía, o con las fronteras y las distancias”, dice el artista, celebrando la oportunidad que le da esta exposición de ver su obra “en vecindad” con la de otros artistas.

“Es muy importante y alentador para mí; la obra toma otra dimensión. Quizá por una cuestión de edad o de evolución, para mí ahora es muy valioso el compartir”, asegura.

Libertad en el espacio público

Andrea Ganuza (Pamplona, 1988), que viene del mundo de la ilustración y el cómic, ha vuelto a trabajar la pintura –el óleo en concreto– para este proyecto expositivo en el que hace un alegato contra lo establecido, en defensa de la libertad.

También se ha salido de los límites con una instalación a modo de “cómic roto” y expandido por las paredes. “En general me molestan mucho los sistemas de control, ya sea una línea que delimita una viñeta o un sistema policial”, dice la artista, que últimamente ha puesto el foco en cómo se mueven los cuerpos en las ciudades. “Yo he vivido en muchos sitios: Barcelona, Inglaterra, Colombia, Canadá... Ahora estoy en Iruña y me sorprende mucho que aquí la gente no baila. Y me pregunto por qué, si el problema es la gente, el espacio, el control..”. De esta inquietud nace su propuesta para esta exposición, en la que sueña con la selva como símbolo de libertad.

También a ha mirado a la libertad del ciudadano en el espacio público Pedro Osakar (Pamplona, 1965), quien presenta en Fuera de Formato / Formatutik, kanpo dos proyectos. Por un lado, Come en casa!, una instalación que el artista navarro realizó en el centro histórico de Granada –donde vive– y en la que subyace una crítica a la ocupación del espacio público por parte de la industria del turismo y al consumismo actual.

Andrea Ganuza se ha preguntado "por qué en Iruña la gente no baila", y de esa inquietud nace su obra, un alegato contra lo establecido 

“Es un proyecto que estuvo durante tres meses en la plaza de Bib-Rambla Granada y que plantea una crítica a la ocupación del espacio público”, dice Osakar, reflexionando que muchas veces no sabe si actúa “como ciudadano o como artista, o como ambos a la vez”. En ese espacio público instaló rótulos luminosos en los que se lee: Bebe agua!, Come pan!, Come fruta!, Come en casa!. “La gente se preguntaba, ¿qué es esto?, ¿quién lo ha puesto ahí?, ¿qué quiere decir? A ojos de los ciudadanos no era una instalación artística, y esas preguntas que genera la pieza para mí ya son suficientes”, asegura el artista.

La otra pieza que expone la realizó en Estados Unidos y consiste en rótulos de los dinner –restaurantes de carretera populares allí y con una estética muy pop– que el artista ha rescatado, distorsionado informáticamente y reproducido con los mismos materiales con los que están fabricados.

Retrato del natural en gran formato

David Anocibar (Munárriz, 1977) se centra en el diálogo como acto de comunicación esencial para comprender y enfrentar los retos del día a día. El artista ha experimentado con la técnica del retrato del natural con modelo en gran formato, y presenta tres grandes retratos con sugerentes poses que atrapan la mirada y el interés de quien los contempla.

Para el pintor ha sido todo un reto llevar su técnica al gran formato. “Estoy acostumbrado a solucionar la mancha de una manera, y claro, en el gran formato la distancia y el tamaño complican esa manera de entender la mancha. Ha sido un proceso de aprendizaje y de sufrimiento”, dice sobre estos retratos cuyas poses se le ocurrieron “al ver la película francesa Dialogando con la vida, en la que el protagonista sufre una pérdida importante”. “Me gustó mucho la estética, en toda la película se protegen con una capucha para pasar desapercibidos en muchas ocasiones. De manera que están cubriéndose para protegerse, pero al final se les ve”, como ocurre con sus retratados. 

Por último, María Azcona (Pamplona, 1991) revisita sus trabajos y apuesta por recapitular, revisar y ofrecer una nueva mirada, recreándose en los elementos formales y evitando la trascendencia en su pintura. “Hay en su obra una ingenuidad sabia, muchas referencias a la historia del arte que ella deja salir, una gran imaginación...”, dice Salaberri de estas pinturas en las que lo salvaje y lo onírico conviven con lo aparentemente ingenuo.

La exposición Fuera de Formato / Formatutik kanpo se puede visitar en la primera planta de la Sala de Armas, en horario de martes a sábado de 11.30 a 13.30 y de 18.00 a 20.30; y domingos y festivos, de 11.30 a 13.30 horas.