Kaos Urbano: “El punk y el rock siguen manteniendo viva su llama”
Sin perder un ápice de su mordacidad, pero añadiendo contenido más personal a sus textos, Kaos Urbano atraviesa el mejor momento de su carrera
Decía el viejo lema del punk que no había futuro, pero en el caso de Kaos Urbano, llevan casi 30 años y están en su mejor momento.
Pues la verdad es que sí, estamos viviendo el que creemos que es nuestro mejor momento después de muchos años de curro, de sufrimiento, de carretera, de viajes y de mil aventuras y desventuras. Desde hace unos años estamos luchando por hacer las cosas bien y por llegar a esta época de máximo disfrute. Es cuando más gente estamos moviendo, tanto en salas como en festivales, y también fuera de nuestras fronteras, en Latinoamérica. Estamos muy contentos.
¿A qué atribuye este repunte de los últimos años?
No te sabría decir a qué se debe exactamente. Nunca hemos dejado de hacer música, y al final puede conectar con el público o no. En los últimos años hemos escrito canciones que igual han sido más personales, y han conectado con mucha gente, con un público más amplio. Hemos conseguido mantener a los de siempre y atraer a las nuevas generaciones. A los conciertos viene gente muy diferente, desde gente de 15 años a gente de 50 y 60.
¿Cuesta mucho llegar a los jóvenes? Muchos de ellos están a otras músicas, el rollo urbano y demás.
Es verdad que, como bien dices, en los últimos años ha habido una tendencia por la cual muchos jóvenes se han ido por otros caminos, como la música urbana, el reggaetón, el rap, el trap… Pero creo que el punk y el rock siguen manteniendo viva su llama. En muchos aspectos, estamos viviendo un momento de mucha injusticia social, eso hace que muchos jóvenes conecten con nuestras letras. Creo que siempre va a haber juventud a la que le guste este estilo de música.
No sé si eso es buena señal, porque ustedes siguen denunciando las mismas cosas, y eso significa que la situación no ha mejorado en estos treinta años…
No solo es que no hayan mejorado; muchas cosas han ido a peor. No nos podemos olvidar de que ahora mismo hay gente en la cárcel por cantar cosas que son información contrastada. Es complicado, igual algunos aspectos sí que han mejorado mínimamente, pero en general vivimos momentos de desasosiego para la juventud, el futuro es muy incierto y no pinta bien. Es normal que la música con un mínimo de mensaje social, de derechos humanos y de justicia, conecte con los jóvenes.
Esa denuncia social es inherente al grupo. ¿Se podría entender Kaos Urbano sin ella?
No. Kaos Urbano nace en los noventa, en el seno del barrio obrero de Alcobendas, con cinco chavales bastante quemados por lo que estaban viviendo: pocas oportunidades, entorno precario, clase obrera explotada… Ahí nace la banda y toda la carrera ha girado en torno al apoyo a la clase obrera y a la justicia social.
Al margen de esas letras reivindicativas, últimamente también han escrito otras más personales, como la de Perdóname, madre, que creo que han calado mucho entre su público, ¿no?
Sí. Lo que ha pasado con esa canción ha sido algo catárquico, no nos podíamos imaginar que iba a funcionar como lo ha hecho. Se ha convertido en uno de los puntos álgidos de los directos, hemos visto de todo: abrazos, lágrimas, emociones… Cuando hablas de sentimientos personales, le llega más a la gente.
Está claro que a su público le ha gustado esa canción, pero, ¿le gustó también a sus madres? Ella eran las destinatarias de la letra.
(Risas) Sí, eso ha sido una pasada, desde el primer momento. Nosotros hemos vivido unas adolescencias complicadas por nuestro activismo político, con peleas, juicios, movidas… Hemos dado bastante castigo a nuestras madres y esto ha sido como una redención, pedir perdón a personas que no merecían pasarlo mal. Como dice la canción, en su momento es muy posible que ellas no no entendieran lo que hacíamos, pero creo que con el paso del tiempo lo han comprendido.
Esa variedad de registros en los textos también se hace presente en la música; hace unos días subieron a Instagram un fragmento de una cumbia que están grabando.
Sí (risas). No nos mola estar encasillados en un estilo musical. Aunque es evidente que tenemos una base muy marcada, siempre nos ha gustado jugar con otros estilos. En los últimos años hemos estado muchas horas ensayando y probando cosas. Tenemos un vínculo muy profundo con Latinoamérica, con México, con Chile, con Argentina… desde que hemos ido las primeras veces, siempre hemos escuchado música de allí que, desgraciadamente, no suele llegar aquí. Por ejemplo, la cumbia villera, que tiene mucho contenido político pero aquí no es muy conocida. Nos apetecía hacer algo de eso y no sabíamos cómo iba a reaccionar la gente, pero si haces música con el corazón, le llega a la gente.
También es cierto que ahora el público es más abierto, ¿no?
Sí, yo también lo veo así. Es lo que te decía: si la canción tiene alma, llega, y sí que la gente está más abierta a escuchar otros sonidos. Cuando pusimos el fragmento de la cumbia, nos mandaron muchos mensajes positivos. Y cuando la gente sepa las dos colaboraciones que tiene esa canción, que todavía no las podemos anunciar, va a flipar.
Creo que esa cumbia es uno de los tres singles que tiene previsto lanzar en los próximos meses. ¿Es así?
Sí. Hemos grabado tres temas nuevos, los estamos terminando ahora. En tierra de nadie, que forma parte de una trilogía junto con Nuestros mejores momentos y Perdóname, madre. Luego está la cumbia y otra que se llama Juegos peligrosos.
Creo que también tienen previsto regrabar algunas canciones antiguas de su repertorio.
Eso es. En septiembre entraremos al estudio para regrabar diez o doce canciones que para nosotros son muy especiales, pero que en su momento no pudimos grabar en las mejores condiciones. Queremos actualizarlas, darles el sonido de hoy en día.
También tienen en mente la grabación de un disco en directo, en febrero de 2026. No paran…
Sí, será la celebración de los 30 años del grupo, que se cumplen en enero. Lo haremos en Las Ventas y será muy especial, muy emotivo, con colaboraciones… Todo el año que viene estaremos celebrando el aniversario por todo el mundo.
Entre todos esos planes, el sábado estarán en la sala Tótem. ¿Cómo será el concierto?
El año pasado fue uno de los más intensos de nuestra historia. El año que viene irá por la misma línea con todo el aniversario. La idea era bajar un poco el ritmo este año, pero tampoco está funcionando mucho porque nos están llamando de muchos sitios. Estamos intentando dejar las salas para 2026, pero había cuatro ciudades, entre las que estaba Iruña, a las que queríamos volver ya. Para nosotros, las salas son una parte vital de nuestras giras. Estamos haciendo lo de siempre, en el mejor sentido de la palabra. Nuestros últimos conciertos están funcionando muy bien en todas partes.