Una ocupación expansiva es el título de la última producción realizada por la artista navarra Amaia Gracia Azqueta (Pamplona, 1985) en el marco de la beca con cesión de estudio de BilbaoArte en 2023-24, y su posterior estancia en los estudios de Otxarkoaga Opengela. Las obras, fruto de su investigación en torno a la escultura y la plasticidad de los materiales usados y emulados a partir de propuestas de la escultura clásica, el barroco y el renacimiento, dialogan entre sí generando un conjunto de piezas que funcionan a modo de instalación específica para el espacio que la alberga, la Sala Uribitarte40 de la Fundación BilbaoArte.
El proyecto, que se podrá ver hasta el 1 de junio, se completa con varias visitas guiadas en euskera y castellano, adaptadas a LSE (Lengua de Signos Española) el 30 de abril y el 14 de mayo a las 1900 horas. También se celebrará una colaboración y conversatorio con la diseñadora y creadora Miriam Ocáriz, con la moderación de la también navarra Mireya Martín Larumbe, el 8 de mayo a las 19.00 h.;,y la presentación de una monografía sobre la obra de Gracia Azqueta, el 22 de mayo a las 19.00 h., editada con motivo del proyecto junto a Juan Pablo Huércanos, subdirector del Museo Oteiza, comisario y autor del texto de la publicación. El acceso a la exposición y las actividades programadas es libre y gratuito.
Los pliegues de los mantos en las esculturas clásicas
Amaia Gracia Azqueta trabaja sobre las nociones de tiempo, temporalidad y resistencia, velocidad, perdurabilidad y su lógica dentro del arte contemporáneo.
Así, Una ocupación expansiva se vincula con las líneas de trabajo anteriores de la artista y evoluciona hacia nuevos parámetros. Su propuesta artística parte y da continuidad a Manto Flotante, un proyecto seleccionado en 2023/24 en la Fundación BilbaoArte bajo la modalidad de beca con cesión de estudio, que hace alusión a las masas de pliegues representadas en los mantos y tejidos de la escultura Renacentista y Barroca, o la escultura clásica grecoromana, de donde la artista parte como premisa a la nostalgia.
Este sentimiento de anhelo por el pasado y reflexión sobre el espacio temporal se inspira en la cultura japonesa y el término nagori, que es el poso que queda después de un acontecimiento, traducido en el contorno marcado en la arena consecuencia del rastro de agua y espuma que dejan sobre la superficie por acción de las mareas.
Una huella marcada sobre la anterior que a la artista le permite abordar conceptos abstractos como el tiempo o la temporalidad a través de lo sensible y los afectos. Algo que la artista conecta con lo autobiográfico, y le hace reflexionar sobre la naturaleza caduca y mortal del ser humano que sigue el curso lineal temporal en sentido único; o en el quehacer azaroso del arte, que para la artista es donde se encuentra “ese momento” que se vuelve acontecimiento en forma de idea, obra o proyecto, y mantiene al artista, al igual que se espera a que rompa la ola y deje su huella, en una continua labor, en una continua búsqueda y en una continua espera.

Modernidad líquida
Gracia Azqueta plantea la falta de estructura en la sociedad contemporánea y el uso del plástico como material líquido para tratar simbólicamente la temporalidad y la resistencia, en clara alusión a los escritos sobre la “modernidad líquida” acuñados por el sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico, Zygmunt Bauman (1925-2017).
En ese sentido, como añade Huércanos en su explicación, Una ocupación expansiva es un relato y una declaración de lo que acontece. Un conjunto de piezas que funcionan a modo de instalación de ubicación específica entre las que encontramos desde pequeñas fotografías realizadas con el móvil e impresas en formato de foto doméstica pertenecientes a la cotidianidad desde donde la artista entiende el sentido de la escultura; a grandes instalaciones como la realizada en colaboración la artista y diseñadora Miriam Ocáriz, en la que fusiona arte contemporáneo y moda, y ahonda en las propiedades plásticas de los ropajes representados en la escultura clásica. Además, también presenta un último grupo de piezas más experimentales realizadas en acetato de polivinilo, fibra de vidrio y estructuras de hierro que ocupan el espacio expositivo y conectan unas propuestas con otras, "al igual que fluyen las olas, pasa el tiempo, o se diluyen y mutan los conceptos en la era de la posmodernidad contemporánea", concluye el comisario.