El escritor, periodista y guionista gallego Manuel Rivas recibió este viernes el Premio CEDRO 2025 durante un acto celebrado en el Ateneo de Madrid, en el que advirtió de que “sin ética ni regulación, la IA puede ser un expolio cultural”.
En la novena edición de estos premios que otorga el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Rivas fue distinguido en reconocimiento a una trayectoria marcada “por su compromiso con la cultura y por su contribución a la defensa de los derechos de autor y la propiedad intelectual”. El acto contó con la presencia de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y de la vicedirectora de la RAE y presidenta de CEDRO, Carme Riera, quien destacó de Rivas su activismo con la defensa de la lengua gallega y de los derechos culturales y sociales, así como de los derechos de autor.
Claveles
El autor de El lápiz del carpintero o Los libros arden mal, que llegó al Ateneo repartiendo claveles rojos, reivindicó en su discurso que “defender el patrimonio intelectual es también defender una sociedad decente y una democracia avanzada”.
“Sin regulación estricta y sin una ética eficaz de la empatía, existe el peligro real de que los nuevos emporios tecnológicos, como la IA, propicien un gran expolio del patrimonio intelectual y creativo”, alertó el ganador del Premio Nacional de las Letras Españolas 2024.
Vanguardia
“España debe ser un espacio de vanguardia a la hora de regular el uso de las nuevas tecnologías y garantizar los derechos de los creadores en base al consentimiento, la transparencia y la remuneración”, precisó. En una era de “emergencia climática” y de “deshumanización impuesta a golpe de algoritmo”, Rivas reivindicó “el derecho a soñar, a descolonizar la imaginación, a mantener nuestra soberanía, el pensamiento critico, frente a los depredadores de la atención”. Carme Riera reiteró el compromiso de CEDRO con la defensa de la creación intelectual y la sostenibilidad de la cultura escrita e hizo un llamamiento a las autoridades para que “protejan la cultura escrita y a quienes la hacen posible”.
“Nuestras obras no son datos sin valor: son el fruto del talento, el esfuerzo y la profesionalidad de quienes las crean. Obviar esta realidad es poner en peligro nuestro patrimonio cultural”, subrayó. Riera pidió a la vicepresidenta del Gobierno su apoyo en la búsqueda de soluciones, y puso de ejemplo los países nórdicos, donde “se están desarrollando modelos de IA responsables”, basados en 3 principios: la autorización de los autores y editores afectados, una remuneración justa, y transparencia en los usos de las publicaciones que utilizan.