Dentro del programa de actividades del VI Centenario del fallecimiento de Carlos III el Noble, el Archivo Real y General de Navarra acoge la obra de creación de carácter multidisciplinar de la diseñadora de moda y artista Marina Almagro Bacáicoa. Con el título de Châtelaine. Mujer, naturaleza y patrimonio en el entorno de Carlos III. De la investigación a la creación artística, el proyecto, inspirado en los siglos XIV y XV, aborda de manera entrelazada los temas de mujer, jardín y arte a través de las disciplinas de moda, fotografía, vídeo, investigación histórica y narrativa.
La exposición es una muestra de pequeño formato, de acceso libre y gratuito, que permanecerá abierta en la galería baja del Archivo de Navarra todos los días del mes de mayo de 10:00 a 14:00 horas, en horario de mañana, y de 17:00 a 20:00 horas, en horario de tarde. Asimismo, se ha previsto la celebración de un encuentro con la artista, Marina Almagro Bacáicoa, que tendrá lugar el jueves 22 de mayo, a las 12:00h, en la sala de la tercera planta del Archivo Real y General de Navarra.
Una obra multidisciplinar
Châtelaine es una obra multidisciplinar resultado de un complejo proceso de aprendizaje, en la que su creadora, Marina Almagro Bacáicoa, refleja su necesidad de explorar y conocer en detalle el mundo que le rodea y su fascinación por la Edad Media. Partiendo de la historia del palacio de Olaz, de la vida de las mujeres medievales que lo habitaron en los siglos XIV y XV y de la observación de su jardín, surge un proyecto artístico que une moda, fotografía, video y narrativa y que aborda, entrelazados, tres temas: la mujer, el jardín y el arte.
De la consulta de la documentación medieval consultada en el Archivo Real y General de Navarra emergen del anonimato tres protagonistas, mujeres propietarias de los palacios de Olaz: Catalina, María y Lucía. En paralelo, la autora descubre la importancia y fragilidad de la naturaleza que rodeaba el palacio de Olaz, preservada hoy como jardín y pequeño bosque. Châtelaine se presenta, por tanto, como un homenaje a lo que pudo ser ese palacio, a las mujeres que lo administraron, a su entorno natural, perdido y en parte recuperado, y a las criaturas salvajes que lo habitan.
El proyecto se materializa en un vestido inspirado en el jardín medieval y en su relación con el bosque que lo rodea. Ambos se sintetizan en un collage digital de fotografías tomadas por la artista durante años en el palacio y su entorno. A ellas se unen imágenes captadas por una cámara de detección de fauna salvaje instalada en el bosque del jardín. El estampado se compone de 270 imágenes y ningún centímetro de su superficie es igual a otro.
El vestido busca a través del estampado el efecto de infinitud, profundidad e impacto visual de un tapiz del medievo. Inspirado en la saya y el brial, su presencia y corporalidad apelan a los códigos estéticos y materiales del vestido medieval. Superpuesto, un chaleco en tafetán de seda, que toma como referencia histórica el surcot femenino, el jubón masculino acolchado y la saya encordada, con cintas para ceñir. La propuesta emula el gesto de superponer prendas de diferente tipología creando un juego visual entre capas, concebidas como un todo, a través de aberturas y el uso de piezas en tejidos de otras calidades y colores, logrando un rico contraste visual. En la Baja Edad Media, la indumentaria se convirtió en moda, lienzo artístico y poderosa significación de quien la portaba.
Mujeres protagonistas
En la Edad Media, el término châtelaine designaba a mujeres que poseían y administraban un palacio y sus tierras. Ocupando el vacío que dejan sus maridos, sus historias nos acercan a vidas y costumbres que, a pesar de la distancia, rompen mitos y roles y son muy contemporáneas.