Su nuevo disco se titula Nos gusta ver arder, y realmente su música es bastante incendiaria…

Llevamos más de veinte años haciendo lo mismo, no hemos cambiado de estilo. Podríamos etiquetar nuestra música como punk rock, con ciertos toques melódicos y con letras que abordan los problemas sociales, aunque tratados desde nuestro propio punto de vista. Estamos dentro del punk y nuestros textos también van por ahí: con contestatarios, anti sociales, anti sistema…

Efectivamente, siguen el ideario punk: el disco tiene catorce canciones y no llega a la media hora.

Sí. Nunca hemos sido de hacer canciones largas, pero precisamente en este disco, al ser grabado con un guitarra menos, hemos sintetizado todavía más nuestro estilo.

¿El hecho de ser ahora un trío les ha hecho centrarse más en la esencia de la canción?

Sí, el contar con una guitarra menos te influye sobre todo a la hora de hacer los arreglos, que con esa segunda guitarra puedes hacer más melodías. En este caso, al ser un trío hemos ido más directamente a la raíz de la canción. Nos hemos centrado en eso, dándole presencia a las letras y los coros, y manteniendo la línea del grupo, que no ha cambiado en exceso. Cualquiera que escuche el disco nos va a identificar con lo que hemos hecho hasta ahora.

Han grabado el disco con Alberto Porres, en Estudios K, donde ya son habituales. ¿Cómo es trabajar con Alberto?

Sí, hemos grabado los seis discos con él. Podemos decir que nos conoce al dedillo y estamos muy cómodos con él. Solemos llevar las canciones ya bastante cerradas al estudio, pero, a la hora de grabar, la canción puede ir tomando otra forma y estamos abiertos a cualquier sugerencia, aunque tampoco pasa demasiado, porque llevamos todo muy machacado.

La mayor parte de las letras tienen un carácter muy reivindicativo. ¿Eso es algo inherente al grupo?

El 99 % de nuestras letras van en esa línea. Sí que nos gusta darle otro enfoque, meter humor y un poco de ironía, sin buscar ser tan crudos como el punk rabioso que mucha gente tiene en mente. Nosotros concebimos el punk como una música que debe tener mensaje, pero lo hacemos a nuestra manera.

Tienen también otro tipo de canción más festiva, como Montón en el callejón, que habla de lo que pasa en Sanfermines a las 8 de la mañana, aunque no precisamente en el encierro.

Sí, al final también hay otras canciones que tiene un toque más gamberrete, pero que también tienen su mensaje. En esa canción que comentas, por ejemplo, se expresa que la oficialidad de los Sanfermines no tiene nada que ver con la realidad de los Sanfermines, que va más orientado a lo que cantamos en esa letra. Por un lado está lo oficial y por otro lo real, ahí está la crítica.

Tienen otra canción que se titula Bandas tributo. ¿Qué opinan de ellas?

Hay muchos grupos que pensamos que las bandas tributo y los grupos de versiones, que para nosotros son lo mismo, están haciendo mucho daño a la escena de grupos con temas propios, porque están ocupando muchos espacios y cortan el oxígeno del resto de bandas. No hay que poner el foco solo sobre la gente que toca en este tipo de grupos, sino también sobre la gente que los consume y la gente que los programa, ya sea en salas o en fiestas de pueblos. Ahí hay un triángulo que está dificultando que otros grupos con canciones originales puedan tener una salida.

En la letra dicen que “no favorece a la creatividad”, pero realmente cada vez tienen más espacio ese tipo de bandas…

Sí. Yo creo que esto ha cambiado mucho generacionalmente. Ahora mismo, no hay fiesta de pueblo que no cuente con un grupo tributo o una banda de versiones. Igual la gente está buscando la canción conocida unida a la juerga. Estas bandas suelen hacer versiones de grupos de los ochenta y de los noventa, pero si esos grupos de los ochenta y de los noventa hubiesen hecho lo mismo en su momento con grupos de los sesenta, no existirían, nada de esto tendría sentido.

Ahora que van a presentar el disco en los conciertos, ¿los sienten como una competencia? ¿O van por circuitos diferentes?

Sí, totalmente, son una competencia. Para nosotros y para cualquier grupo que haga su propia música. En fiestas de cualquier sitio o en cualquier concierto que se organice, puedes ver que las bandas tributo están ahí, ocupando un espacio en el que podría estar un grupo tocando sus canciones. Eso te limita mucho. Hay sitios que antes llamaban a grupos originales que ahora llaman a grupos de versiones. También hay grupos originales que han visto que lo otro funciona y se han pasado al enemigo. A nosotros nos han llegado a llamar para tocar en sitios y luego han preferido contratar a algún grupo de versiones de La Polla, Cicatriz o Eskorbuto. Y miras sus calendarios y tienen cincuenta fechas, están en todas partes. Es increíble.

Volviendo al disco, la portada es de Joel Abad, que ha trabajado con grupos de primerísimo nivel internacional como Offspring o Bad Religion. ¿Cómo llegan a él?

Joel es un ilustrador catalán que lleva muchos años haciendo trabajos de este tipo. Yo conocía algunos, como una portada que hizo para Kaotiko. También ha hecho todos los carteles de la gira de NOFX, trabaja en Estados Unidos, en Sudamérica… Ahora mismo está en el top. Contacté con él, es un tío muy majo. Le gustó nuestra música y se animó, así que muy bien, ha quedado genial.

El disco se ha publicado también en formato físico. ¿Dónde se puede comprar?

Se puede comprar a través de nuestra tienda on line, en nuestras redes y en algunos bares de Pamplona como el Krawill y el Akelarre.