Les ha salido un disco muy cálido, y eso que lo grabaron en un lugar tan frío como Noruega. ¿Por qué eligieron ir allí?
Teníamos varias opciones de estudios. Fue como una especie de sueño que pensábamos que no iba a salir, pero les mandamos un correo, nos contestaron y nos cuadró lo que nos ofrecían. Nunca habíamos estado en Noruega, de hecho aprovechamos y fuimos juntos en la furgo desde Madrid, pudimos añadir el viaje a la experiencia del disco.
¿Pero por qué eligieron un estudio tan lejano? ¿Tenían referencia de algún artista concreto que hubiese grabado allí?
No por un artista en concreto, aunque luego hemos visto que han pasado por allí artistas muy guays. Está lejos, pero es asequible. Son estudios caros, pero no tanto como otros, que eran directamente una locura que no nos podíamos permitir. Lo conocíamos desde hacía años, es un estudio que tiene fama.
¿Cuánto tiempo estuvieron en el estudio?
Nueve días. No es mucho, pero gracias a Martín García, nuestro productor, hicimos un trabajo previo de preproducción muy grande y lo dejamos todo listo para ir allí y aprovechar al máximo. Es verdad que luego tuvimos que hacer sesiones de doce o quince horas, porque, para el disco que queríamos grabar, nueve días no es mucho, íbamos un poco justos.
Hay bastantes grupos que han incluido la palabra “hotel” en títulos de disco: The Doors, The Eagles, Wilco, Elvis, Sabina…¿Tenían en mente alguno de estos discos o ha sido casualidad?
Ha sido más casualidad. Creo que fue Nina la que sugirió el nombre, y nos gustó. Luego hemos caído en la cuenta de que hay otros nombres con la palabra hotel en su título. Es como formar parte de una comunidad (risas).
Lo primero que llama la atención en Hotel Morgan es que la mitad de las canciones son en castellano. ¿Cómo se produce el cambio?
En las giras de los otros tres discos hacíamos los tres temas que tenemos en castellano y te vas acostumbrando a ello; sobre todo Nina, que es la que escribe, y cada vez está más a gusto con el castellano. Lo implementas como una herramienta más. Por ejemplo, el blues que tenemos, me gusta que esté en castellano, porque es curioso escuchar algo tan folclórico como el blues, pero cantado en castellano lo hace más especial.
“Se trata de que la canción te llegue. Si el idioma te ayuda, perfecto, pero no tiene por qué ser lo esencial”
Otros grupos que se pasaron del inglés al español, como Sidonie o Love of Lesbian, dicen que eso les dio un plus para conectar con su público. ¿Lo ven así?
Mmmm… La verdad que no. La canción con más escuchas que tenemos es Sargento de hierro, que está en castellano, pero no creo que sea por esa razón. Lo que importa es el todo. Home también tiene muchísimas escuchas y está en inglés. Al final, se trata de que la canción te llegue o no te llegue. Si el idioma te ayuda, perfecto, pero no tiene por qué ser lo esencial. De chavales escuchábamos música en inglés que no sabíamos lo que decía, pero te entraba.
“Hay cosas producidas más al detalle y otras más libres en las que te dejas fluir. Nos gusta el contraste”
El álbum recoge todas las caras de Morgan; tiene canciones muy elaboradas y otras muy desnudas.
Sí, también nos gusta el contraste: hay cosas producidas más al detalle y otras más libres en las que te dejas fluir. Lo que nos gusta es buscar le punto intermedio. Algunas cosas las pensamos mucho y otras cosas, para que funcionen, lo que hacemos es no pensar. Me gusta que tengamos todavía ese punto de fluir y entender que hay canciones que necesitan una cosa y canciones que necesitan otra.
En cualquier caso, el grupo puede hacer cosas muy distintas, pero al final hay algo que las hace sonar a Morgan.
Sí, eso es importante. Tienes tu voz, pero aunque hables de diferentes temas, eres la misma persona y se te reconoce. La identidad del grupo es importante. Creo que sale sola, porque tienes tu manera de expresarte. Lo que da a las bandas su identidad es la espontaneidad y el ser como uno es, sin forzar.
Un grupo exitoso y "totalmente autogestionado"
El disco salió a la luz de una forma especial: primero se podía comprar el vinilo por adelantado en su web y mandaban un código de descarga, y meses más tarde lo subieron a las plataformas. ¿Es una forma de premiar al comprador del formato físico?
Cada banda tiene que adaptarse a sus circunstancias. Nosotros somos indies de libro, nos pagamos los discos, la promo… todo. Tenemos que encontrar la forma de que esto sea rentable para poder seguir haciéndolo. Lo de sacar el disco antes en nuestra web fue un poco accidental: teníamos el master terminado, pero tardaban dos meses en fabricar el vinilo y decidimos ponerlo a la venta. El que quiera que lo compre y el que no, que espere, porque luego va a estar en las plataformas. Es una manera de hacer valer tu trabajo, sin demasiada pretensión. Nos ayuda un montón, tanto para recuperar lo invertido en la grabación del disco, porque llevábamos sin tocar desde febrero de ese año, como para preparar la gira nueva: hay que hacer ensayos, comprar telones… No es para enriquecerte, sino para financiar. Hemos visto que la gente respondió muy bien y creo que en el futuro repetiremos. ¿Que a otra banda le interesa más salir directamente en plataformas porque igual así te meten en más listas de reproducción? Pues perfecto. Cada uno tiene que lidiar con sus circunstancias.
Dicen que son un grupo indie, que es un término que ya no se sabe muy bien qué significa…
Es verdad (risas).
…pero es cierto que son un grupo totalmente autogestionado. Entiendo que eso es así por decisión propia, porque, con el éxito que ha tenido Morgan, no les habrán faltado ofertas de discográficas, ¿no?
Si te digo la verdad, fue una decisión que tomamos al principio. Antes de grabar el primer disco no habíamos tenido ninguna oferta, como es lógico. Cuando lo lanzamos sí que tuvimos alguna, pero siendo una banda nueva, las condiciones que nos ofrecieron no nos cuadraban y pensamos que podíamos atrevernos a hacerlo nosotros mismos. Aprendimos cómo se hacía y hemos seguido así, pero te diría que no nos han hecho una oferta en los últimos cinco años. Igual es porque las propias discográficas piensan que es mejor dejarnos, que estamos bien como estamos… O que no van a hacer dinero con nosotros (risas).
En alguna ocasión han dicho que todavía no se ven como un grupo consolidado, que todavía contemplan la posibilidad de que las cosas se tuerzan y la música no pueda seguir siendo su actividad principal. ¿Eso es realmente así?
Sí. A ver, sí que considero que lo que nos ha pasado hasta ahora es increíble y que tenemos que estar contentos, pero pensar que el camino está hecho… No, no tenemos esa sensación. Sacas dos discos que a la gente no le gustan, empiezas a meter el 30% de público menos en los conciertos y, de repente, ya no te salen los números. Si se dan tres o cuatro cosas, puede dejar de ser tu actividad principal y tienes que adaptarte. No hay que dar nada por sentado, en la música estás siempre en el alambre. Hay bandas que están muy establecidas y casi sin disco te pueden hacer una gira, pero para llegar a eso nos queda mucho. A lo mejor no llegamos nunca. Pero como estamos ahora, yo me jubilo, estoy encantado. Vas justito, pero vas.
Bueno, ese hipotético momento parece lejano. Con el disco anterior estuvieron más de dos años de gira y con este les está yendo muy bien; en Baluarte quedan pocas entradas…
Sí, estamos súper contentos. Hemos hecho algunos cambios en el show, llevamos coristas, que nunca lo habíamos hecho en gira… Hay gente que nos había visto otras veces y que nos está diciendo que este es el que más les ha gustado. Estamos encantados con el show que tenemos y con la reacción del público, es una satisfacción muy grande, porque vemos que lo estamos haciendo bien y que esto tiene sentido.