Desde el 1 de julio y hasta el 1 de agosto. Es el tiempo que se concede cada año a los dos proyectos que se presentan a las residencias de investigación del Festival de Teatro de Olite. En concreto, en Tafalla Kulturgunea se ha abordado Oscopía: Creo con ciencia, creo conciencia, encabezado por Estefanía de Paz Asín, y, en Beire, Farmacia Marcial, de Amarga Teatro. De ambas propuestas se podrá ver alguna escena, apenas una pizca de lo que aun tienen por delante, en las muestras abiertas al público programadas esta semana.
Mujeres y salud
Oscopía desveló ayer en Tafalla apenas las raíces “de un gran árbol que no mostraré hasta 2027”, cuenta Estefanía de Paz Asín, que admite que ha puesto esa fecha un poco a ojo, ya que dependerá de cómo se encuentre de cuerpo y mente para continuar y acabar el proyecto. Y es que, este nuevo montaje de la creadora de La reina del Arga y Olvido Flores parte de una situación personal: la operación a la que tendrá que someterse en diciembre y en la que le extirparán el útero como consecuencia de un mioma de 17 centímetros que ha crecido durante años.
La actriz y productora tratará de darle la vuelta a su dolor “y convertirlo en creación”. El vínculo está en que el útero también es “un órgano creador” y, de esta manera, de Paz espera generar “una forma de sanar”. “Estaba buscando fuera un tema para mi nuevo espectáculo y resulta que lo tenía dentro”, comenta la intérprete, que en este caso, y como novedad, compartirá escenario con Nuria Merencio Fernández, su mano derecha en la compañía.
Livory Bárvez, que en la presentación del proyecto se presenta como “experto en tecnología y maquinaria oscópica e ilusionista contemporáneo”; Francisco Ortega, “especialista en inmortalizar momentos artísticos, médicos, esotéricos y místicos, y Xabier Irigibel Uriz, “asesor científico y responsable de lo extraño” completan el equipo que el martes mostró parte del proceso de trabajo de estas semanas en las que “he jugado con algunas maquinitas”, como un microscopio y otros artefactos con los que “hemos montado unas escenas y proyecciones para enseñar al público”.
El jueves, 31 de julio, a las 20.00 horas, tendrá lugar la segunda presentación del proyecto en la casa de cultura de Olite, aunque, en este caso, se proyectará el material grabado en el pase de Tafalla.
Durante el trabajo realizado hasta ahora, De Paz ha tratado de descifrar “cómo los cuerpos nos avisan de los problemas emocionales”, aunque la mayoría de las veces no les prestamos atención. En este proceso, “me ha explotado la cabeza” de rabia y emoción al comprobar algunos datos que ponen de manifiesto la desigualdad que ha existido y existe en términos de salud para hombres y mujeres. “¿Te puedes creer que hasta 1998 no se hizo una descripción detallada del clítoris?”, cuestiona, indignada. “Para algunos, parece que solo hemos sido un agujero para parir hijos”, continúa. Y aporta más ejemplos: “Los síntomas del infarto en hombres no tienen nada que ver con los de las mujeres, pero se sigue centrando toda la atención en los de ellos”. Toda esta información la ha obtenido de lecturas y de entrevistas de las que han salido testimonios como que “aun hay médicos que te dicen cosas como que eres muy vieja para ser madre y muy joven para tener la menopausia”. O que el dolor menstrual “no es nada”, mientras “patologizan el embarazo”. “Menos mal que cada vez hay más mujeres en esos puestos”, afirma la actriz, que aporta un último dato: “En un año se pueden llegar a realizar miles de estudios sobre la calvicie masculina y apenas una veintena sobre la endometriosis”. Queda claro, pues, que es urgente darle la vuelta a la situación.
Una distopía que resuena hoy
Por su parte, Natxo Lapieza y Rosa Beunza o, lo que es lo mismo, Amarga Teatro, han impulsado Farmacia Marcial, distopía que se ubica en un posible futuro, el de la II Guerra Civil Española, que suena demasiado cercano.
La primera muestra del proyecto la celebraron este lunes en Beire. “Teníamos un poco de miedo porque es una propuesta provocativa y no sabíamos cómo iba a responder la gente del pueblo”, dice Rosa Beunza. La preocupación fue en vano, porque “el público se divirtió mucho y estuvo muy a favor todo el rato”.
El punto de partida de la obra es el siguiente: “Imaginemos cómo sería la sociedad si gobernara la extrema derecha”, propone Lapieza. “No hay que irse muy lejos” para intuir cómo sería. A saber, “no tendría cabida el colectivo LGTBI+ y la gente no tendría derecho a amar a quien quisiera”.
La experiencia de la residencia está resultando “un gusto” porque “hemos podido investigar y trabajar sin buscar un resultado concreto”. También por el vínculo intergeneracional que han forjado en Beire. “Hicimos un vermut coplero en la plaza de la iglesia y vinieron niños, adolescentes y personas mayores”, apunta Lapieza. En aquella cita, “jugamos a la cápsula temporal y preguntamos a la gente cosas como qué derechos tenían tus abuelas que tú podrías perder”. Y las/os participantes aportaron fotografías, canciones y otros objetos. “Una profesora nos trajo pinturas porque le preocupa que la creatividad desaparezca como valor en un mundo gobernado por los ultras”, agrega Beunza, que conforma el equipo de la obra junto con Lapieza, Ariane Elizalde y Julio Montañana. Andrés Pérez se encarga del vestuario y la escenografía.

Sátira
Farmacia Marcial seguirá su gestación centrándose en llevar la investigación hacia la comedia musical. Y es que, este montaje quiere ser también un homenaje al teatro de principios del siglo XX, el del couplé, la sátira y la ironía. El género ínfimo. “Sin ofender a nadie, nos enfocaremos en el juego y el humor”, indican desde Amarga Teatro. Y esperan estrenar la obra a lo largo de este curso. Eso sí, este miércoles habrá una oportunidad más para degustar un poco de su proyecto. Será en la Casa de Cultura de Olite a las 20.00 horas.