Olvido Flores. Las Maravillas de Júpiter rescata la historia del Circo Anastasini, que tras llegar a Lodosa desapareció sin dejar rastro coincidiendo con el levantamiento golpista contra la República el 18 de julio de 1936. Esta función cuenta una historia amarga que mezcla poesía con circo y que lucha contra el olvido. El Festival de Teatro de Olite ofrecerá cuatro entregas de esta función en diferentes localizaciones. Mañana, 2 de agosto, se podrá disfrutar en San Martín de Unx a las 19.00, 19.35, 20.30 y 21.15 horas. El 3 de agosto llegará a Beire, el 4 de agosto a Tafalla y el 5 de agosto también se interpretará en Olite, todos con el mismo horario que en San Martín de Unx. Con una caravana, y encarnando a Olvido Flores, la multifacética artista Estefanía de Paz Asín dará a conocer una historia trágica y desconocida, tras el éxito de La Reina del Arga, su anterior trabajo, en el que cuenta la historia de la funambulista pamplonesa Remigia Echarren.

 Su nueva apuesta está inspirada en hechos reales, al igual que La Reina del Arga

–Sí, es más, encontré a los artistas del Circo Anastasini en el proceso de búsqueda de Remigia. Una historia me llevó a la otra. He hallado mi lugar rescatando a personajes reales que quedaron en el olvido.

¿Cómo ha sido el descubrimiento de la historia?

–Me tocó el corazón, como Remigia. Siempre he pensado que cuando una historia te pone los pelos de punta, ahí es. A raíz de contactar con diferentes historiadores, como Paco Roda o Jesús Nieto, M, que es experto en los Anastasini, me he acercado a los artistas y he ido conociendo sus distintas procedencias, el hallazgo de sus cuerpos 12 años después de su muerte y lo que más me marcó, que además de matarlos, hay a quienes los usaron para alegrar la guerra. 

¿Se ha desplazado a Lodosa?

–Sí, estuve visitando el archivo y a sus vecinos. Allí me contaron que al desaparecer los artistas, los animales quedaron abandonados y hay quienes tienen el recuerdo de ver en el pueblo a un elefante, o incluso hubo quienes, como un señor, adoptó a un tigre y lo tuvo en el huerto. 

¿Al dar a conocer la historia, se ha permitido reescribirla?

–He buscado rendir un homenaje a los artistas que asesinaron, represento su trágico final a través de una nana que les canto, cada vez que lo hago me emociono. Es la manera que he encontrado para desearles que descansen en paz. 

Una de las finalidades de la obra es que no caigan en el olvido.

–Es un regalo poder hacerlo. Además, la generación de los Anastasino se ha extinguido. Sigue vivo uno de los supervivientes, Renato, que significa renacer. Cuando lo descubrí pensé que es surrealista, fue mágico. Él continúa la dinastía, a pesar de haber vivido aquello con tan solo 3 años. 

Al ser una historia tan dura, ¿cómo consigue que sea apto para mayores de 8 años?

–El hilo conductor de la historia lo crean los objetos. Se convierten en personajes. Es decir, no deja de ser un teatro de objetos, y los objetos suavizan mucho la historia. Los más pequeños ven a una señora interactuando con objetos, son los adultos los que procesan la amargura de la trama.

El escenario en el que se desarrolla la obra es especial, una caravana que permite un aforo de 22 personas. 

–En la caravana se desarrolla la función, con el público dentro. Se llama Las Maravillas de Júpiter y además de convertirse en escenario, acoge a los espectadores. De este modo, el público forma parte de la historia, ya que durante 20 minutos comparte el espacio con la protagonista, Olvido Flores. La caravana es una feria rodante en la que me gustaría ir revelando diferentes maravillas, empezando por esta. 

¿Qué hay de la protagonista?

–Olvido Flores es una narradora que rinde homenaje a la memoria de estos artistas, que además de inocentes, han quedado en el olvido. Su historia es desconocida, y de algún modo es una forma de llevarles flores mediante la función. 

¿Qué objetivo persigue con la obra?

–Es esencial que conozcamos la historia de Navarra, y lo que le ocurrió al Circo Anastasini forma parte de nuestro pasado. A través de esta función quiero que muchas personas se acerquen a lo que ocurrió aquel 18 de julio de 1936.

¿Cómo espera la acogida del público de esta nueva propuesta teatral?

–Con mucha ilusión. Hay quienes me preguntan por redes sociales, e incluso quienes quieren venir a verla a Olite y me preguntan por las entradas. A partir de las 18.00 horas se venderán en la caravana, tanto en San Martín de Unx, como en Beire, en Tafalla y Olite. Allí les espero, para que descubran a Olvido Flores y a los 50 artistas de Anastasini.

Al haber conectado tanto a nivel personal con la función, ¿resulta difícil no llevársela a casa?

–Se me ha quedado grabada para siempre. Disfruto encontrando pistas, durante la representación de La Reina del Arga he ido descubriendo detalles, es una especie de yincana. Es gratificante y maravilloso. Aunque sea una historia triste es un regalo saber más sobre el circo. 

Hablando de nuevas pistas, ¿cómo reaccionó a la aparición de la foto de Remigia Echarren, protagonista de La Reina del Arga?

–Para mí fue como descubrir la mano de Irulegui. Cuando Javier Azqueta me llamó para comunicarme el hallazgo no me lo podía creer, por fin podía poner rostro a una mujer invisibilizada por un simple motivo de género. Me aseguré de que se trataba de ella a través de historiadores y ahora enriquece mi función, porque aporta información sobre la funambulista. Ahora el público y yo podemos poner cara a Remigia, conocerla más.

¿Cómo va este proyecto?

–Estamos teniendo una gran acogida. En Bertiz se podrá disfrutar de La Reina del Arga el 20 de agosto, además de una actuación sobre cuerda que revivirá a Remigia el 6 de este mes. También allí se están ofreciendo talleres de muñecas de trapo, forma parte del programa Kultur 2023. No paramos.

En cuanto a Olvido Flores. Las maravillas de Júpiter, ¿llegará a Pamplona?

–Estrenamos la obra en el festival literario infantil de la Txantrea hace meses en el Festival Brif Braf Bruf, y volveremos este verano con la caravana a la fachada del Gayarre desde el 30 de agosto hasta el 25 de septiembre.