Síguenos en redes sociales:

Música

¿Improvisación o variación?

¿Improvisación o variación?ARCHIVO

El ciclo de órgano Diego Gómez de Larraga llega a la edición número dieciocho con el mismo entusiasmo y buena organización de siempre. Lo abre el organista salmantino Jorge García Martín, que ha recorrido el teclado de gran diversidad de órganos y, además, es profesor de improvisación. Precisamente, el programa da especial protagonismo a la improvisación, cuya definición más general es: la creación de música en el curso de la interpretación.

Pero, claro, no debemos entender ese término como que todo lo interpretado se crea en ese momento. La improvisación incorpora elementos ornamentales, se da en la cadencia de los solistas en los conciertos, etc, pero siempre con algún tipo de punto de partida, y con unas reglas que definen el grado en el que un músico se aparta de una obra escrita o memorizada. En la música culta occidental, el papel fundamental que ha jugado la improvisación ha sido suplementar y variar las composiciones escritas (dicc. Harvard).

Por eso, quizás nos guste más el concepto de variaciones, porque, concretamente en este concierto, todas las improvisaciones (que gustaron mucho al público) partían de temas, muchos de ellos, reconocibles y ya fijados. Por otra parte, en la conversación entre Sánchez Verdú y el profesor y flautista Salvatore Sciarrino (Encuentros de Pamplona 72-22, Gob. de Navarra 2023), el maestro italiano nos dijo, textualmente: “La improvisación fue una enfermedad de juventud que no quiero que vuelva”, y, a sus alumnos, se la prohíbe (bueno, siempre ha sido un poco radical), prefiere que se fije todo en la partitura.

Sea como fuere, las cuatro improvisaciones, que nos hacen bucear entre la sonoridad de una rica registración para encontrar los temas de donde parten, resultaron agradables y entretenidas: La malagueña canaria es de danza graciosa; su melodía, que a mí me termina llevando a la Ritirata de Boccherini, es pegadiza, bien asentada en una mano izquierda muy rotunda. La de Gallardas de primer tono sobre la folía, es especialmente virtuosística; el organista lleva los remates de frase a un continuo adorno, sin que ni una nota se le escape.

El órgano responde bien a la velocidad que imprime. La de la Chacona galante contrasta con la anterior, es serena, a veces como un lamento, con el fondo de un tema del réquiem de Fauré. Y la de Larraga, buena villa de J. M. Muneta, (que no pudo asistir por su delicada salud), fue un brillante cierre del concierto, con exhibición de toda la trompetería y el tutti del instrumento, para una obra muy solemne, festiva y dentro de la órbita musical de Eslava.

XVIII Ciclo de Órgano ‘Diego Gómez’ de Larraga.

Jorge García Martín, órgano. Obras de Froberger, Correa de Arauxo, Rameau, Félix Máximo López y cuatro improvisaciones del propio organista (Malagueña, Gallardas, Chacona, y Larraga buena villa de J. M. Muneta). Iglesia de San Miguel. 19 de agosto de 2025. Entrada libre.

El resto del programa nos trajo el descubrimiento de Félix Máximo López, organista real, muy prestigioso en su tiempo (tiene un retrato en El Prado hecho por V. López, quien también pintó a Goya). García Martín interpreta dos sonatas que resultan una delicia: con mucho registro fuera, la primera, brillante; y muy original y juguetona la segunda con registros más tenues, donde sobresalían los trinos (incluido el registro de pájaros). Froberger abrió el concierto con la Tocata II, con trompetería extravertida; contrastando con el Tiento de duodécimo tono de Correa de Arauxo, muy melancólico y calmo; y el sonido sosegado y casi con sordina de una Allemande de Rameau.