Acaba de publicar un disco, ‘Nada es verdad’, todo está permitido. ¿Se miente mucho en las canciones?
–Más que las canciones, los que mienten son los consejos. Es los que me he ido comiendo toda mi vida, de todo el mundo, hasta que un día decidí que quizá, de todo lo que me habían dicho, nada era verdad. Entonces empecé a trabajar la parte dos, que es el todo está permitido, que era el hacer el disco a mi manera. Siempre me habían dicho que un disco lo tiene que hacer el productor, que un disco tiene que estar hecho de una manera determinada y que las canciones tienen que ser no sé cómo. Y un día dije: ‘Y si no, ¿qué pasa?’. Y ahí nació este disco. Tomé el título de un libro porque definía perfectamente el trabajo. Son canciones más caóticas, no todas tienen estribillo, hay alguna que dura un minuto… He sido libre para romper con todo lo que me habían ido metiendo en la cabeza durante todos estos años.
Efectivamente, la canción ‘Me caes fatal’ dura un minuto y seis segundos. Además, ha salido como single y creo que ha funcionado muy bien ¿no?
–Sí. El título también tiene su historia. En su momento hice una canción que se llamaba No me rayes y tuve una bronca horrible con el productor porque no me dejaba titularla así. Tuve que insistir mucho. Esta se llama Me caes fatal y ha sido como una liberación poner los títulos que me ha dado la gana. He hecho todo lo que mi niño interior no pudo hacer cuando empezó, porque yo quería entrar a la industria de la música y empecé a mirar cómo lo hacían los demás, pero creo que ha sido contraproducente. Es más divertido hacer caso a tu crío interior, que solo quiere hacer música y pasárselo bien. Luego ves que puedes hacer una cosa más extraña, como una canción tan cortita, y que funciona bien.
Ha dicho que el título lo tomó de un libro, y ese libro tiene un subtítulo bastante musical: ‘El día que Kurt Cobain conoció a los William Burroughs’.
–De pequeño era muy muy fan de Kurt Cobain y me acabé comprando sus diarios, viendo todas las entrevistas… Kurt mencionaba mucho a William Burroughs y me leí bastantes libros suyos; entré en la generación Beat, Kerouac y todos estos. Llegué a este libro hace unos diez años. Lo tenía en mi librería, me gusta guardar los libros que me cambian la manera de ver el mundo, y este era uno de ellos. Un día lo vi y sentí que el título encajaba a la perfección con este disco. Además, esta gente también era muy experimental en su trabajo. Siento que era un mantra que me ayudó mucho a funcionar.
Este es un disco hecho a solas y durante dos años. ¿Cómo ha sido el proceso?
–Ha sido absolutamente caótico porque no tengo ni idea de producir. Cuando empecé, pensaba que producir era otra cosa. Había un montón de procesos que no conocía y he tenido que aprender, han sido muchas horas trabajando en frente del ordenador. Por un lado ha sido muy duro por eso, un proceso súper denso. Pero por otro lado ha sido muy enriquecedor, porque creo que mi relación con el productor a partir de ahora va a mejorar, entiendo mejor su labor. He aprendido a ponerme en sus zapatos.
En estos dos años de trabajo solitario, ¿ha habido alguna persona que le ofreciera una perspectiva más externa?
–Un montón, muchísima gente. Tanto amigos como familia. Les pasaba canciones y les preguntaba qué les parecían. A la familia y los amigos les he tostado bastante. Los tengo a los pobres… Les debo una botella de vino a cada uno (risas).
Y ahora que el disco está ya en la calle, ¿qué reacciones está provocando?
–Está funcionando muy bien, la verdad. Estoy sorprendido. Me han llegado mensajes súper bonitos. Además, de gente que llevaba tiempo sin saber de ellos. Gente que se lo ha escuchado de arriba abajo y que le encanta el desarrollo del disco. Es que está estructurado de una manera que mola escucharlo entero. Es como un viaje. La canción de Mentiroso va como en una bala y no imaginaba que eso podía pasar. Yo apostaba por otras, pero la vida te da sorpresas.
En un disco tan personal, con episodios que le han sucedido y nombres propios, como en ‘Canción para Laura’, ¿juega a camuflar un poco lo que cuenta o prefiere ser explicito?
–Creo que me expongo bastante. Si no, no tendría gracia este trabajo. La función de los artistas es hacer que la gente se sienta más acompañada. Tocamos sentimientos que de otra manera igual la gente no habla. Cuando estás pasando un desamor, puede haber una canción bonita que te recuerda a lo que estás pasando y te sientes acompañado, de alguna manera. Si no me expusiera tanto, este trabajo no tendría sentido
Compone canciones, pero también escribe poesía y practica la fotografía, los vídeos… ¿Qué papel juega la música en su universo creativo?
–La música es una de las artes más complejas porque engloba poesía en las letras, teatro en el directo, cine en los vídeos, fotografía en las portadas… Me gusta mucho trabajar la parte creativa, por lo que la música me tiene bastante estimulado.
Si estamos ante un disco diferente, ¿la gira también lo será?
–Esta gira es una barbaridad. Muchas de las cosas que puedo contar son cosas técnicas que la persona que no se dedica a la música no va a entender. La persona que me haya visto antes y venga a vernos esta vez, va a flipar. Este año hemos puesto muchísimas cosas nuevas que creo que van a ser un camino bonito. El directo es... Estoy pensando cómo explicarlo sin tecnicismos. Creo que la gente se lo va a pasar increíble, el directo tiene todo ese juego de emociones que puede haber en la música: más euforia, más abajo, más arriba… Todos esos sentimientos, cada uno a su tiempo. Tengo un equipo que es espectacular, suena que da miedo. La de Pamplona va a ser una noche súper bonita. Además, me acompañan todos los hooligans, que son los amigos, me acompaña la familia… La gente piensa que no se ven las caras, pero desde arriba se ve cada cara.
¿Y se pone uno nervioso al ver a la familia y los amigos en la sala?
–No, porque es una noche de celebrar. Son muchos meses, muchos años de enseñarles canciones. Me han acompañado en todo el proceso. Mi mejor amigo tiene una función muy importante en el equipo. Ver a mi familia y amigos en el concierto hace que la noche sea más especial, una celebración.