Síguenos en redes sociales:

Fernando CayoActor

"El sistema es una alimaña, nunca tiene bastante"

El actor vallisoletano encabeza el reparto de 'Los lunes al sol', adaptación teatral de la película homónima que llega este viernes, 14 de noviembre, al Gayarre

"El sistema es una alimaña, nunca tiene bastante"marcosGpunto

Cuando la identidad se diluye en el trabajo que desempeñamos, ¿existimos cuando nos quedamos en el paro? Es una de las preguntas que se hace Los lunes al sol, adaptación a la escena del emblemático filme que refleja, de manera realista y conmovedora, las luchas diarias, la frustración y la desesperanza de quienes se han quedado varados tras ser expulsados de un mercado laboral feroz y en constante cambio. Mucho más actualmente, cuando la transformación digital y el implacable desarrollo de la inteligencia artificial agudiza en una parte importante de la población la sensación de quedarse atrás. Un vértigo que, como defiende el texto, solo se puede superar en comunidad. Y es que, esta obra “nos recuerda que debemos volver a mirarnos, a reconocernos, a apoyarnos...”, y a ser conscientes de que “solo juntos podremos sacar el barco de la arena”, subraya Javier Hernández Simón, que además de dirigir esta propuesta, se ha encargado de la adaptación junto a Ignacio del Moral, coautor del guión de la película junto a Fernando León de Aranoa.

En escena, un amplio reparto formado por Fernando Cayo, Mónica Asensio, Marcial Álvarez, José Luis Torrijo, Fermí Herrero, Fernando Huesca, César Sánchez, Lidia Navarro, al servicio de una historia que refleja una situación en la que todos podríamos caer si, un día, la ilusoria red de seguridad que creemos que nos sostiene desaparece bajo nuestros pies.

Vuelve al Gayarre y a Pamplona, teatro y ciudad que conoce bien.

Pamplona y el Gayarre son de esos imprescindibles en los que me siento como en casa. Además, en los últimos años he estado en distintos espacios, eventos y programaciones de la ciudad, y sé que el público es entendido y cariñoso y que hay un amor por la cultura y el teatro extraordinario. Así que vamos con muchas ganas.

Esta vez viene con ‘Los lunes al sol’, montaje teatral basado en una película que marcó un hito en 2002. ¿Cómo es esta versión sobre las tablas?

Lo fundamental es que Javier Hernández Simón, que es un director extraordinario, ha hecho una versión estupenda junto con Ignacio del Moral, que es uno de los guionistas de la película. Los dos han creado una puesta en escena con mucha potencia y energía, que es lo que, en mi opinión, distingue al teatro del cine. En el teatro tú estás trabajando para un público que está en la fila 7 o en la fila 30, así que el nivel de energía, de proyección y de implicación es mucho más alto. Los responsables de la adaptación lo han entendido perfectamente y han apostado por una propuesta vibrante, muy emocionante y al mismo tiempo muy divertida, porque las películas de Fernando León tienen ese punto de comedia social italiana de los años 60 que en este caso se ha potenciado mucho.

¿Y qué hay del argumento?

Esencialmente, la historia es la misma, pero luego todo es completamente distinto. Lo que dice el público es que a los 3 minutos de empezar la función se olvida totalmente de que existe una película sobre el tema, porque realmente lo que están viendo es otra cosa. Y eso es muy bonito; la verdad es que está siendo un proceso precioso. Además hay un trabajo de elenco muy fuerte. De hecho, nos acaban de dar el Premio José Struch del Teatro Principal de Alicante a todo el reparto de la función.

De algún modo, ¿ese trabajo en equipo refleja lo que cuenta la obra, esa apuesta por la cooperación?

Claro. La obra habla de la importancia de estar juntos en los momentos difíciles; de mantener el sentido de comunidad. Yo creo que la parte más positiva de la humanidad es lo luminosos que somos cuando nos juntamos y colaboramos para intentar crear un mundo mejor. 

España es un país solidario, como ha quedado demostrado en muchas emergencias y situaciones especiales. Sin embargo, parece que en el día a día nos olvidamos de eso y tendemos al individualismo.

Así es, sí. Cuando se estrenó la película, había todavía un sentido de clase, como dice Ignacio del Moral. Un sentido que quizás en este momento se ha perdido o se ha solapado a cambio de otras cosas; de manera que ahora tendemos más al individualismo. Cuando la realidad es que si no luchamos por las cosas juntos, no las vamos a conseguir. El sistema siempre pretende que estemos cada vez más solos, más desasistidos, para poder manejarnos mejor, pero, como sociedad y como ciudadanos, tenemos que estar atentos y participar. Porque en España hay un sentimiento de participación muy fuerte. Siempre se acentúan las cosas malas, pero yo soy un positivista total, colaboro con unas cuantas ONGs y me niego a quedarme solo con eso. En este país hay un voluntariado extraordinario y mucha gente que sabe que la clave de todo esto es estar juntos y ayudarnos. Es importante no olvidar que somos una potencia en solidaridad, en donación de órganos... y que hay millones de personas dedicadas a la ayuda a los demás.

“Este país es una potencia en solidaridad; hay mucha gente que sabe que la clave de todo esto es estar juntos y ayudarnos”

La película nos presentaba a una serie de personajes que, fruto de una reconversión, se habían quedado atascados, invisibilizados. Hoy la historia parece más vigente que nunca, sobre todo teniendo en cuenta que, en esta era de la tecnología, los cambios son cada vez más veloces, y esa sensación de quedarse atrás es muy notable para una parte de la población.

Sí, en aquel momento era la reconversión industrial, pero ahora mismo vivimos una reconversión digital que todavía es más fuerte. La entrada de la robotización y de la inteligencia artificial en los trabajos está implicando cambios constantes. No hay más que acercarse al centro de muchas ciudades para ver que comercios de toda la vida cierran porque la gente se dedica a comprar todo online. Este es un problema grave y afecta a todo el entramado social y económico.

Y los personajes se sienten invisibles, como si no existieran, porque han perdido el trabajo.

Uno de los temas principales de la función es cómo nos identificamos con nuestro trabajo y qué es lo que ocurre cuando este queda aparte. Cómo eres, qué quieres... Es decir, qué somos al margen de nuestra vida laboral. Muchas veces, en efecto, parece que si nos quedamos sin empleo y, por tanto, dejamos de ser una entidad productiva, no existimos. Pero se trata de preguntarse qué ocurre después; cómo somos como parejas, como amigos, como familia, como vecinos...

Una vez más, la comunidad.

Sí. Para mí, el teatro siempre debe tener un ingrediente crítico, de reflexión, y esta función lo tiene. Al mismo tiempo, creo que debe ser diversión en el más amplio sentido de la palabra. Y esta función es muy divertida. La gente se ríe mucho por esta forma de llevarse que tiene esta cuadrilla de amigos desempleados, de sus crueldades, de sus incapacidades, de sus frustraciones, y eso es divertido de ver. También es un montaje emocionante porque toca valores humanos, que es otro elemento imprescindible y que hace que a la gente le asome la lagrimita en muchos momentos del espectáculo.

PELÍCULAS, SERIES, CORTOMETRAJES, PODCAST

Fernando Cayo (Valladolid, 1968) ha estrenado este año dos películas como protagonista: El instinto, "con la que nos han dado un montón de premios a mí y a Javier Pereira", y Padres, con Natalia Verbeke. También La huella del mal, "que ha sido número uno de películas en Netflix durante los últimos meses". Asimismo, ha rodado la segunda temporada de Marbella, la primera de Oasis, y se ha implicado en varios proyectos de cortometrajes, porque "muchas veces nos olvidamos de que es muy necesario apoyar a la gente que está empezando". Y su última aventura creativa, "con la que estoy muy emocionado es el podcast Cayo Largo, que "está yendo muy bien". "Es un podcast de personas anónimas contando vidas extraordinarias, que era algo que quería hacer hace mucho tiempo, y ya tenemos muchos suscriptores". Un año completo en el que, como dice, ha podido "materializar algunos proyectos que había ido fraguando en los últimos tiempos".


Siguiendo con el reflejo del sistema productivo en la identidad individual, me viene a la mente el filósofo coreano Byung-chul Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, cuando habla de “la sociedad del cansancio”. ¿El agotamiento se ha convertido, como el miedo en otros momentos, en instrumento de control? ¿Estamos tan cansados que no podemos pararnos a pensar con sentido crítico y encima nos autoexplotamos? 

No tengo mucho más que añadir porque está muy bien expresado. En efecto, vivimos un momento de autoexplotación, de tecnofeudalismo, que es otra de las ideas filosóficas que han aparecido últimamente que me parece muy acertada. No hemos convertido en nuestros propios explotadores. Antes era el sistema, la fábrica o la empresa que fuera, y ahora mismo somos nosotros mismos ocultos bajo esas etiquetas de emprendedor o de autónomo heroico. Claro, es que el sistema es muy voraz, una alimaña que nunca tiene bastante. Hay una codicia institucionalizada que no tiene nada que ver ni con la razón ni con el sentido común, y lo importante es ser capaz de darse cuenta y de ver la vida con sentido crítico.

¿Cómo es el Santa de Fernando Cayo?

El diseño de personajes de esta función es totalmente distinto al de la película. Mi Santa tiene mucho que ver con las figuras sindicales que conocí cuando era joven, con esos revolucionarios de la última etapa del franquismo que conservaban un ímpetu, una fuerza y una convicción brutales. Todo esto, pasado por momentos muy divertidos, porque mi formación proviene sobre todo de la comedia y, tanto en mis espectáculos unipersonales como en otros trabajos, el elemento de la comedia es muy importante.

'Los lunes al sol', el viernes 14 en el GayarremarcosGpunto

17

Los personajes femeninos están más desarrollados.  

Están muy bien dibujados y con algunos elementos que los acerca a nuestra realidad actual. Desde luego, las figuras femeninas son la luz de la función.

Al final, este grupo de personajes tan diversos nos representan a todos.

Desde luego, todas las buenas funciones de teatro, igual que todas las buenas películas, reflejan en cada personaje distintas facetas de un solo individuo, que puede ser cualquiera de nosotros. Todos tenemos de todo en distintas medidas, cantidades y proporciones; sueños, frustraciones, luz, lucha, dolor, trauma... Y todas esas cosas están en cada uno de los personajes de la función. Con lo cual, todo el mundo se va a sentir reflejado o va a ver a gente que conoce y que forma parte de su vida. 

¿Qué está dejando Santa en el actor?

Este es uno de los trabajos más importantes de mi carrera. Siempre intento que cada trabajo nuevo sea un reto, y este es un 8.000 muy complicado. Aunque es una función muy coral, el personaje tira mucho; es el que está alimentando el fuego constante de la acción dramática, del conflicto y de la diversión. Es muy exigente, hay que ponerle mucha energía, tanto física como emocional, y estar muy concentrado. A cambio, me está dando una vinculación muy bonita con un reparto maravilloso de profesionales extraordinarios de toda la vida. Un equipazo. También el de producción, de GG, que son Carmen, Graciela y Tania. Para mí son las herederas de la gran maestra Concha Busto; las mejores distribuidoras y productoras que hay en este momento, y por eso estoy con ellas. Aman el teatro, les gusta lo que hacen y lo hacen muy bien. De hecho, Los lunes al sol posiblemente sea el espectáculo con la gira más potente en este momento. Arrancamos en octubre del 2024 y llegaremos hasta bien entrado el año que viene, y eso ahora mismo es una maravilla y una suerte.