El viernes se estrenó la segunda temporada de la serie de Berto Romero, Mira lo que has hecho, que también podría llamarse Nada es lo que parece porque uno no sabe si está ante una historia basada en la realidad o es pura ficción. Tampoco estaría mal si se titulara Esto ya lo he visto antes. No, no es que sugiera que es una copia de algo ya hecho aunque también es cierto que a ratos uno se encuentra pensando que los personajes de Berto Romero y Eva Ugarte se podrían alternar con los de Javier Gutiérrez y Malena Alterio de Vergüenza: puede que Movistar esté imprimiendo un sello propia a la ficción, quién sabe. Pero lo que intento decir al poner tantos títulos a la creación televisiva es que para ser una serie sobre la vida íntima de Berto como una estrella de la tele y del cine (ahí donde lo ven ya lleva cuatro filmes) es como si fuera un proyecto ambicioso camuflado en una realización simplista. Berto es un cómico al que ya le hemos visto manejar de todas formas posibles el directo: en escenarios teatrales, en platós de televisión, en los programas de radio. Y de alguna manera sus improvisaciones nos dan varias pistas cuando lo vemos actuar ahora más pendiente del guion asimilado que del público televisivo. Precisamente que no se note qué es lectura y qué improvisación es una de las magias que actores y creadores como Berto aportan al medio. Hoy es la gran noche del cine, la gala de los Oscar suele ser también un buen momento para disfrutar de un espectáculo grandioso a caballo entre un guion creativo y una interpretación magistral. O también de padecerlo si se convierte en algo previsible dentro de los rigores de un guion de hielo. Ese equilibrio entre la perfección y el abismo en el que los actores se mueven es el que da crédito al producto; sea un monólogo, una serie de las de la tele o la presentación de los premios en el Dolby Theatre de Hollywood de Los Ángeles. Feliz noche del cine a Berto y a Eva. A todos y a todas.