pamplona En su caso esto no supone ningún problema. Los 127 años que suman entre los dos les confieren una experiencia de valor incalculable a la hora de adoptar la elección más correcta en situaciones ambientales al límite de la resistencia humana. No son los himalayistas más fuertes físicamente ni pretenden comportarse como tales, pero siguen atrapados por la ilusión de la alta montaña igual que al principio. Es lo que les hace tan poderosos. Carlos Soria, de 72 años, y Juanito Oiarzabal, de 55, se conocen bien.

Coincidieron antes del verano en la ascensión al Lothse (la que motivó la fuerte polémica de ambos con Edurne Pasabán) y ahora vuelven a compartir una expedición, patrocinada por BBVA, que tiene como objetivo llegar a la cima del Dhaulagiri (8.167 metros). Para Soria supondría su duodécimo ochomil, con el añadido de que nueve de esas cimas las ascendió después de cumplir los 60 años (es el único en el mundo con este registro); mientras que en el caso del vitoriano, la ascensión constituiría su vigésimo quinto ochomil. No resulta nada complicado valorar el esfuerzo que ambos alpinistas están llevando a cabo. Cuando otros empiezan a buscar una acomodo definitivo para sus vidas, ellos dos siguen empeñados en subir más y más.

Oiarzabal y Soria ya se encuentran en el campo base junto a su equipo tras una aproximación de trekking que duró 10 días y fue bastante problemática. La mala climatología y el plante de gran parte de los porteadores amenazaron con torpedear una expedición, aunque por el momento todo marcha en los plazos marcados. Pero para Carlos , el Dhaulagiri no se trata de una ascensión más. "Es una montaña muy peligrosa. Ha cogido mala fama porque ha muerto mucha gente, varios españoles, pero por eso vamos a ir con todo el cuidado del mundo".

Y es que Carlos, apasionado de la montaña desde su adolescencia, se considera todo un privilegiado ya que nunca le han rescatado ni ha perdido ningún miembro. "Influye la suerte, pero hay que saber renunciar. Si no puedo, me doy la vuelta", explicaba en su web. territorio conocido En los próximos días, y si el clima lo permite, la expedición comenzará una dura ascensión que Soria ha intentado en su vida hasta en tres ocasiones y nunca ha completado. Si lo logra, solo le restarán el Kanchenjunga (8.485) y el Annapurna (8.091). Dos cimas que espera tener en su palmarés a los 74.

¿Que cómo es posible? Carlos da sus particulares claves: "Hay que tener ganas, preparación y actitud". Se trata de su cuarto intento a la cumbre del Dhaulagiri. La primera vez fue en 1988 pero recuerda la fatídica expedición de 2001, donde Pepe Garcés murió tras caerse en el descenso. Desde que tenía 14 años, Carlos lleva acudiendo a la montaña, su gran pasión. En 1973 intentó su primer ochomil (Manaslu) aunque no fue hasta 1990 cuando logró hacer cumbre en su primera gran cima (Nanga Parbat). Ha sido ahora cuando, gracias a su principal patrocinador, el BBVA, ha podido contar con su propio equipo expedicionario.

CON MÁS GARANTÍAS

"Y vamos a intentar aprovecharlo, como siempre que vamos a la montaña, pero con más garantías en esta ocasión. Seguro que con el equipo tan estupendo que tengo, nos va a salir muy bien. No cambia nada de nada, solo que por primera vez tengo la oportunidad de ir con mi propio equipo. Y, también, cuento con los recursos que necesito. Todo un lujo de expedición". Junto a él estará el incombustible Juanito Oiarzabal, su compañero en las últimas expediciones. Ya han demostrado que con un poco de suerte pocos retos se pueden escapar de su ambición y los dos saben de las dificultades de la ascensión.