en 1985 Tomás Labiano convirtió un terreno de uso rural en un campo de fútbol. Ante la falta de instalaciones deportivas, “y con la autorización del Ayuntamiento de la Cendea de Cizur, Gobierno de Navarra, Federación Navarra de Fútbol, Trofeo Boscos y torneos populares (Higa de Monreal, Valdizarbe), Paternáin se convirtió en una referencia para la mayoría de equipos de la Comarca de Pamplona sin instalaciones propias, o para aquellos a los que la hierba natural no permitía acoger los partidos de categorías inferiores.
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