- Nerea Pena siempre habla claro. Nunca se esconde. La eliminación de las Guerreras de los Juegos de Tokio, donde no pudieron clasificarse para los cuartos de final, ha sido todo un mazazo. Sobre todo, como dice, porque el objetivo mínimo para ella era solventar la fase de grupos. Pero no fue así. España empezó el torneo perdiendo ante Suecia, se recompuso ante la siempre aguerrida Francia con una victoria, corroboró su buen hacer frente a Brasil, pero cayó en un duelo clave ante Hungría y acabó perdiendo contra el Comité Olímpico Ruso, dependiendo así de las húngaras, quienes finalmente arrebataron el sueño olímpico. La primera línea navarra, que atiende a este periódico aún desde Tokio y tiene previsto descansar unos días en Navarra antes de incorporarse a su nuevo equipo, el Vipers Kristiansand noruego, hace autocrítica, personal y grupal, pero defiende también la entrega de la selección, el trabajo y la motivación, en lo que han sido sus segundos Juegos Olímpicos.

Ya han transcurrido unas cuantas horas desde la despedida de Tokio. ¿Cómo se siente?

-Jodida. Irte así, de esta manera... Ya dije que nuestro objetivo era pasar la fase de grupos y que con estos rivales iba a ser muy difícil. Pero marcharte del torneo con altos y bajos, dependiendo de otros equipos, hace que la sensación sea mala.

Carta de Nerea Pena tras los Juegos:

Dentro de que era un grupo complicado, ¿una de las lecturas positivas que se puede hacer es que se ha sabido competir en algunos partidos ante rivales con mucho potencial?

-Sí. Es verdad que vinimos a Tokio sabiendo lo que había y hemos competido todos los partidos como si fuesen finales. Hemos plantado cara a grandes selecciones que antes, a lo mejor, nos costaba más. Incluso, se ha ganado a equipos como Francia. Al final, cuando lo tienes en la mano, te la juegas contra Rusia, superior físicamente, con la historia en nuestra contra y encima haces un buen partido, te quedas con la sensación, al menos yo, de irte a casa habiéndolo dado todo. Completamente vacía. Eso, al final, da una gran satisfacción, por mucho que no haya sido suficiente y que el rendimiento del equipo haya estado por debajo.

¿Cree que las expectativas eran mayores?

-Las expectativas siempre son mayores, sobre todo cuando vienes de un Mundial en el que has ganado la plata. Todo el mundo piensa que te vas a colgar una medalla. Ya dije que, para mí, el objetivo era pasar la fase de grupos y no lo hemos conseguido. Al final, cuando tienes un objetivo y no lo logras, el resultado no es bueno. No voy a decir que es un fracaso, pero está claro que no es positivo. Te vas de aquí sin la meta que te habías marcado y, sobre todo, cuando lo has tenido al alcance. Si vienes a Tokio y ves que todo el mundo es superior a ti, que no tienes opciones, pues bueno. Pero no ha sido el caso. Desde mi punto de vista, cometimos un grandísimo error en el partido ante Hungría. Fue un duelo en el que no podíamos permitirnos lo que hicimos y es lo que nos ha dejado fuera.

¿Cuántas vueltas le ha dado a ese encuentro y también al último ante el Comité Olímpico Ruso?

-Para mí, el partido que nos daba el pase a cuartos era el de Hungría. Si tengo que elegir entre este último o Rusia como rival, prefiero Hungría mil veces. Después de este enfrentamiento, la sensación era de que habíamos fallado. Que era un partido que se tenía que haber ganado y no fue posible. Si vencíamos, nos plantábamos ante Rusia sabiendo que únicamente dependíamos de nosotras mismas pasando como segundas. En ese momento, salimos con todo. Nos dejamos todas las energías. Sabíamos que el equipo ruso es muy grande, muy fuerte, y nos cuesta mucho. Nos dejamos la piel. Pero prefiero no centrarme en un solo encuentro, sino en todo el Campeonato. Te analizas a ti misma y al equipo, qué es lo que ha funcionado y qué no. Y es un cúmulo de todo. Hay que hacer un balance global porque quieres hacerlo mejor y que esto no vuelva a pasar.

Y en ese análisis que hace, ¿dónde ve que pueden estar los fallos?

-Mi análisis ahora mismo es muy prematuro, pero hemos tenido errores en muchas facetas del juego. Desde mi punto de vista, hemos sido muy irregulares en muchos partidos. Hemos empezado prácticamente todos ellos por debajo y los primeros 15 minutos de los últimos tres encuentros han sido muy malos. Nos han condenado. Aunque hemos sabido remontar, eso nos obligaba a ir por detrás del rival. Además, hemos cometido muchas pérdidas de balón y aunque en comparación con la historia no son muchas más, nos han condenado. No nos podemos permitir ese tipo de cosas. Y en los partidos clave, ni en ataque ni en defensa hemos estado como teníamos que estar. A todo ello se le une, además, que el equipo cuenta con menos jugadoras en los Juegos y sabíamos que iba a ser todo mucho más complicado.

Le veo muy autocrítica.

-Por supuesto que sí. Este fallo ha sido nuestro, del equipo, de la delegación. Ha sido un palo muy gordo para todos nosotros y lo primero que hay que hacer es autocrítica. Primero me miro a mí misma y veo que mi rendimiento ha estado por debajo de lo que tenía que estar y lo sé, en ello tengo que centrarme, y lo mismo digo del equipo. No hemos estado a la altura de estos Juegos, en especial en el partido clave, que era lo que nos daba todo. Aun habiendo tenido opciones, sabíamos que iba a ser complicado y no ha podido ser.

Tras la eliminación, después de la derrota ante Rusia, se vio a Carmen Martín dirigiéndose al grupo. ¿Qué les dijo? ¿Cómo les alentó la capitana?

-En los momentos de prepartido y postpartido, Carmen es muy sentimental. Siempre saca mucha garra. Así como después del encuentro ante Hungría ya nos dijo que no habíamos sido nosotras, tras el de Rusia fue lo contrario: que lo habíamos dado todo, nos habíamos esforzado, pero no había sido suficiente y las rusas habían sido mejores. Aun así, que dependíamos del resultado entre Suecia y Hungría, y que habíamos sacado cuatro puntos muy importantes y debíamos confiar en ellos para pasar. Una de las cosas buenas de esta selección, de este grupo, es que hacemos una piña y lo que logró Carmen en ese momento fue hacernos sentir orgullosas del trabajo hecho, por mucho que no fuera suficiente y que los resultados no acompañasen.

Participó en Río de Janeiro y ahora en Tokio. La experiencia de dos Juegos Olímpicos no se la va a quitar nadie.

-La experiencia de estar aquí es una pasada. Y más en esta ocasión, que se ha alargado un año y que ha sido muy complicado. Ha sido difícil para todo el mundo. Una temporada de parones, de bajones, de alturas, de todo. El hecho de haber ido a Tokio y que se hayan celebrado los Juegos es todo un premio ya. Pero aquí también vienes a competir y al final te vas con el sabor amargo de que no has conseguido tu objetivo. Aunque estoy segura que, con el tiempo, valoraré el hecho de haber estado en Tokio.

¿Con qué momentos se queda?

-Lo especial para mí esta vez es que he podido vivir la ceremonia inaugural, cosa que en Río no pude. Fue algo maravilloso, aunque no pudiese haber público. Y, por supuesto, el competir. Estar en el pabellón, el ambiente y convivir en la villa con otros deportistas. Esa es la esencia de los Juegos Olímpicos. No sólo vivir la experiencia con tu deporte, sino también con el resto de deportistas.

"Veo que mi rendimiento ha estado por debajo de lo que tenía que estar y en ello debo centrarme"

"Creo que cometimos un grandísimo error en el partido ante Hungría, para mí el duelo clave"

"Lo especial en Tokio es que he podido vivir la ceremonia inaugural, cosa que en Río no pude"