A golpe de pedal en Altsasu

Esta vez la meteorología acompañó y este domingo se disfrutó de la Travesía BTT de Altsasu, 53 kilómetros y 1.200 metros de desnivel entre pistas, caminos, senderos, bosques y antiguas calzadas de arrieros en un entorno único en su máximo esplendor, con una paleta infinita de verdes salpicada de los colores de las flores.

“El recorrido es el mismo que el año pasado porque la gente no pudo disfrutar por la lluvia. Solo hemos hecho un pequeño cambio y no se pasa por el paseo de los robles milenarios porque es una zona de mucho paseante”, explicó José Antonio Imaz, coordinador de esta prueba no competitiva que organiza Barranka Txirrindulari Taldea.

Asimismo, había otro recorrido más corto de 46 kilómetros y sobre todo menos duro con un desnivel de 650 metros.

Participaron 345 bikers, cifra inferior a la de otras ediciones. El año pasado fueron 525. “Hemos estado valorando y también hemos hablado con otra gente. Nos han dicho que hay una bajada general, después del boom de la pandemia. Este año hemos cerrado la inscripción 15 días antes e igual nos ha penalizado“, apuntó Imaz.

Al mismo tiempo recordaba que hubo algún año en el que el mismo día se inscribieron 400 personas. “Era una locura. Hace falta tiempo para preparar avituallamientos y encargar camisetas”.

Lo cierto que esta prueba, veterana en Navarra con 28 ediciones, llegó a superar el millar de participantes en varias ediciones. El récord fue en 2006 con 1.302 bikers. “Nos sentimos cómodos con unos 500. Por ello establecimos el tope en 550”, observó Imaz.

Un recorrido y 4 opciones

Con salida y llegada en la plaza de Altsasu, el recorrido enlazó la villa con Etxarri Aranatz a través de pistas rápidas por la parte baja de Urdiain, Iturmendi y Bakaiku para volver por la calzada de Bernoa y subida a Intsusburu. De allí se descendió hacia las piscinas de Urdiain, donde estaba el primer avituallamiento.

Con fuerzas renovadas, se volvió a Altsasu por San Pedro y Usolarrain dirección Sorozarreta, Orobe y Auntzetxe y descenso por Ameztia.

El recorrido corto era el mismo pero sin los principales escollos, las subidas a Intsusburu y Auntzetxe. Así, se podían hacer cuatro variantes.

Aproximadamente la mitad eligieron la opción más larga porque se sentían con ánimo para seguir y también porque cada vez hay más bicis eléctricas. “La gran mayoría ha subido a Intsusburu, pero Auntzetxe hemos cortado al mediodía”, señaló Imaz.

Para que todo fuese rodado, trabajaron en torno a un centenar de voluntarios en diferentes tareas. Todos los participantes se llevaron una camiseta de la prueba y productos de la zona.