- Con el cansancio reflejado en sus rostros, pero con la felicidad de una medalla en sus maletas, Eduardo Gurbindo y Fermín Iturri regresaron ayer a su Pamplona natal después de proclamarse el domingo subcampeones de Europa. Esta vez no les acompañaba el tercero de los navarros que se ha colgado la plata, Sergey Hernández, quien optó por viajar el lunes por la noche, ya que al día siguiente debía poner rumbo hacia Lisboa para unirse a los entrenamientos del Benfica.

Jugador y técnico fueron recibidos por algunos de sus familiares en el andén de la estación pamplonesa. Iturri recibió el abrazo cariñoso de su padre José Antonio nada más apearse del tren, mientras que a Gurbindo le esperaban sus padres, Eduardo y Blanca, junto a su amigo José Ortega.

Tras un mes de estancia junto a los Hispanos cargado de partidos, entrenamientos, trabajo, competición y lucha al más alto nivel, los dos navarros reconocieron que ya estaban ansiosos por volver a casa. La estancia de Gurbindo en Navarra, no obstante, será muy corta, puesto que hoy mismo hará las maletas de nuevo para dirigirse a Rumanía, donde juega en el Dinamo Bucuresti. "Me hubiese gustado estar más tiempo, pero son unas horas que voy a aprovechar. Después de una vivencia tan intensa, con mucha carga física y emocional, siempre se agradece estar junto con la familia, aunque sea algo breve", comentaba.

Quien tampoco tenía mucha intención de descansar es Fermín Iturri, que ha vivido su primer Europeo de balonmano como analista de vídeos para el seleccionador, Jordi Ribera. Al técnico, de 26 años, ya le espera este fin de semana el partido de su equipo, el Primera Nacional del Helvetia Anaitasuna, contra el Egia y reconocía que estaba ya con "muchas ganas de ver a los chavales". "Ahora toca ir directamente al club y seguir trabajando. Mucha gente ha hecho un esfuerzo muy grande durante este mes para suplirme y ya me toca ir a trabajar con ellos", confesaba.

A partir de ahora deberán volver a una rutina que dejaron aparcada para disputar el Europeo de Hungría y Eslovaquia, al que España acudía como bicampeona tras cosechar sendos oros en 2018 y 2020. Esta vez, y con un equipo donde la veteranía iba de la mano de nuevos talentos jóvenes, los Hispanos se han alzado con una medalla de plata tras caer contra Suecia por un ajustado 27-26.

Que a nadie le gusta perder una final es evidente. El tercer oro consecutivo estaba al alcance de la mano. Pero si en algo coinciden Gurbindo e Iturri es que la presea de plata tiene un enorme valor. El lateral pamplonés lo tenía muy claro ya desde el domingo, cuando confesaba que para nada estaba triste, sino orgulloso y contento por lo obtenido. Ayer reiteraba sus palabras. "No nos podemos quejar, las cosas han ido muy bien. Hemos ido partido a partido, nos metimos en semifinales y ganamos a un equipo como Dinamarca, que para mí era todo un reto personal, puesto que jamás le había vencido. La final fue cuestión de dos o tres detalles y salió de cara para Suecia. Ya está. Enhorabuena para ellos y nosotros con una medalla de plata que todo el mundo valora enormemente", incidía.

Gurbindo regresaba a un Europeo después de estar ausente en el de Austria, Noruega y Suecia por una grave lesión de rodilla. El año pasado se enfundaba de nuevo la camiseta de la selección para los Juegos Olímpicos, donde se colgó un bronce, y ahora repite hazaña con una plata. Para él, por tanto, se trata de una medalla "especial". "Hace un año no esperaba nada de esto. No me imaginaba las cosas tan bonitas que iban a ocurrir en tan poco tiempo. Después de algo muy duro, conseguir todo esto hace que lo disfrute el doble".

La perspectiva es diferente para Fermín Iturri. El técnico navarro reconocía ayer que, transcurridas unas horas desde la final, "la percepción ha cambiado" y aunque ya valoraba la plata en cuanto se la colgó tras el partido, ahora ve con mayor amplitud de miras "el logro tan grande que hemos conseguido".

El entrenador del filial del Helvetia Anaitasuna ha vivido su primer Europeo como persona de confianza de Jordi Ribera. "Una experiencia increíble", según sus palabras. "Sólo el hecho de ir a un torneo así y trabajar con la selección era un sueño, pero haber jugado una final y acumular tantas experiencias ha hecho que todo sea mejor de lo que me podría esperar", confesaba.

Para Iturri, trabajar mano a mano con el seleccionador ha sido "una maravilla". "Es una persona que sabe mucho de este deporte, que confía en la gente que le rodea, en su staff. Además, poder disfrutar del mejor balonmano y verlo en directo ha sido un aprendizaje continuo. Como una master class acelerada en un mes", bromeaba.

Cerrada la etapa del Europeo, toca volver a los quehaceres diarios. Iturri, al frente del banquillo del filial del Helvetia. Gurbindo, aportando en el Dinamo Bucuresti, donde parece haber encontrado su sitio tras su experiencia frustrada en el Vardar macedonio. Otros retos y otras miras, pero que se sobrellevan mejor con una medalla plata europea en el bolsillo.

"Hace un año no me imaginaba las cosas tan bonitas que iban a pasar en tan poco tiempo"

Jugador de la selección española

"El Europeo ha sido una experiencia increíble. Una 'master class' acelerada en un mes"

Técnico en la selección española