- Óscar Rodríguez (Burlada, 6/5/1995) abrazó al 2020 con la ilusión de poder disfrutar de su primer año en la elite del ciclismo con el Astana. Sin embargo, la crisis provocada por el coronavirus le ha cambiado radicalmente sus planes. Su objetivo este año era disputar el Giro de Italia, que ha sido aplazado, aun sin fecha. Pero el ciclista de Burlada no pierde la esperanza de poder disputar finalmente la carrera. De momento, Óscar sigue con sus entrenamientos desde casa a la espera de que la situación le permita volver a la normalidad.

¿Cómo se encuentra?

-Mirándolo por el lado bueno estoy bien, tienes que verlo desde el lado positivo o te puedes volver loco, aunque igual lo acabo dentro de unos días (ríe). Estoy con mi pareja en Pamplona pasando estos días, es tiempo que aprovecho para estar con ella, ya que normalmente no tengo tanto.

¿Cómo hace para entrenar?

-Básicamente rodillo, pero sin volverme loco. No tenemos objetivos y no sabemos cuándo vamos a volver ni a entrenar, y menos a competir, así que no me estoy machacando demasiado estos días, no tendría sentido. Sí que desde el equipo nos han mandado un plan de trabajo, pero es básicamente es para no perder demasiado la forma, como si estuviésemos en pretemporada.

¿A qué más dedica su tiempo?

-Aprovecho para ver películas, que era algo que nunca me había gustado. No tengo mucho más que hacer. Estoy a veces algo con el ordenador, invierto en bolsa, me informo sobre la actualidad. Un poco de todo.

Tendrá ya unas ganas locas de salir con la bici.

-De salir en bicicleta y poder dar un simple paseo o cualquier cosa que permita hacer vida normal. Estar en casa tanto tiempo no es bueno, pero es lo que toca.

¿Cómo cree que toda esta situación le va a afectar a su rendimiento?

-Está claro que negativamente. Hay otros ciclistas fuera de España que pueden salir a la calle y entrenar. Pero aquí únicamente lo que se nos permite es el rodillo.

Este año era especial para usted al debutar en un World Team, ¿ha sentido en algún momento rabia o frustración por cómo está siendo?

-La verdad es que no. En realidad soy un afortunado. Tengo otro año firmado de contrato. Los que deberían estar más preocupados son los que tienen que renovar este, y las cosas para el deporte pintan un poco mal. Se está dejando de ingresar mucho dinero en patrocinios, por lo que, dentro de lo que cabe, me siento un afortunado. Es algo que desde luego no va a beneficiar a nadie.

Su objetivo este año era el Giro, que está aplazado sin fecha. ¿Cómo lo está gestionando con el equipo?

-Con filosofía. Es una pena que no se pueda hacer en las fechas en las que estaba previsto, pero ojalá pueda celebrarse más adelante, a final de año o cuando decidan, pero espero que no acabe suspendiéndose y finalmente se pueda disputar.

¿Qué cree que pasará con las grandes vueltas?

-La verdad es que no lo sé. El Tour es la más importante y la que, por necesidad, más se debería celebrar. Ojalá se acaben haciendo las tres, aunque sea con muy poco tiempo entre ellas. Pero está todo muy en el aire y no sé realmente que puede pasar al final. No sabemos lo que va a pasar la semana que viene a nivel laboral como para saber deportivamente lo que sucederá.

¿Cree que tendría sentido correr las grandes vueltas sin que apenas se puedan disputar otras que sirvan como preparación?

-Tiene sentido porque a nivel de repercusión no solo están las tres grandes, también las clásicas belgas, las clásicas del norte, los monumentos. Tienen sentido que acaben celebrándose por el retorno publicitario que generan y por el interés mediático que tienen. Sería una pena que carreras más pequeñas pagasen el no poder celebrarse por la celebración de estas, pero son las más importantes y las que más sigue la gente.

¿Cuál cree que es el mejor escenario posible para este año?

-El mejor escenario sería que el Tour se pueda correr. Ojalá se pueda cumplir. Aunque igual se celebre a puerta cerrada y sea un Tour descafeinado. Pero creo que es necesario que se celebre. Aunque un Tour a puerta vacía sería difícil hacerlo. Cerrar carreteras y cerrarlo todo sería algo complicado. Pero insisto, sería importante para el ciclismo que se acabe celebrando el Tour, aunque sería muy raro ver los puertos sin gente en las cunetas. Sería una imagen dantesca.

¿Qué le parece que finalmente se haya aplazado el Tour de Francia?

-Es la mejor solución que han encontrado viendo que a corto plazo no es viable correr el Tour. Las fechas (del 29 de agosto al 20 de septiembre) no están mal, a ver si se pueden de verdad cumplir y podemos alargar la temporada hasta diciembre y correr las principales carreras.

¿Cómo cree que está situación puede acabar afectando al ciclismo?

-Desde luego que de una manera muy mala. Ya hay equipos que han suspendido pagos, a otros nos han recortado el sueldo. Y si no se celebra el Tour, van a desaparecer bastantes equipos.

El equipo, de momento, les ha recortado un 30% el sueldo a los ciclistas, pero ¿sabe cómo van a gestionar la situación más a la larga?

-No hemos hablado más que sobre la rebaja de sueldo de momento. A veces sí que nos llegan mensajes de ánimo y para saber si estamos bien, pero a largo plazo no nos han dicho nada más.

Por último, ¿qué mensaje mandaría a la gente que está encerrada en sus casas?

-Sobre todo mucho ánimo, es lo que toca, quizá porque no se han sabido tomar las medidas oportunas antes, pero darles ánimo, todos estamos en las mismas condiciones.

"No tenemos objetivos, así que no me estoy machacando demasiado estos días, no tendría sentido"

Ciclista navarro del Astana