Y también nos robaron el fútbol. El nombre hace referencia a unas charlas que versaban sobre la preocupación por el aspecto social de este deporte, así como la implantación del fútbol moderno. Allí fue donde por primera vez, los protagonistas de esta historia conocieron la vida de un jugador palestino, que llevaba dos años en la cárcel y el cual decidió ponerse en huelga de hambre, lo que derivó en que no pudiera volver a dedicarse al fútbol de élite. “A raíz de escuchar esa historia nos empezamos a interesar por el tema del fútbol en Palestina. De cómo la ocupación israelí tenía influencia en el fútbol de este pueblo”, relata Joseba Zabalza, uno de los padres del proyecto Markaz Tulkarem: el retorno del equipo refugiado. Junto a Helena Bengoetxea (que no pudo estar en la entrevista) e Iván Pastor emprendieron entonces un viaje que les ha llevado a conocer de cerca la vida de un equipo de fútbol palestino, el Markaz Tulkarem, un conjunto de un campo de refugiados palestino. Después de un año de trabajo de campo, han recogido miles de historias y fotografías que ahora quieren plasmar en un libro y una exposición, para la cual necesitan una ayuda económica que esperan recaudar por medio del crowfunding en la página Goteo.

una aventura irrepetible “La idea original de empezar a hacer un libro fue de Joseba. El director de las jornadas en las que nos conocimos nos reunió a los tres y fue ahí donde comenzamos a hablar sobre el aspecto social del fútbol y de cómo este deporte puede cambiar aspectos sociales de la vida. Entendemos la parte negativa que hay en la frase el opio de pueblo, o el fútbol moderno, pero nosotros creíamos desde el principio en el lado social del fútbol y la relación que podía tener esto con el deporte en Palestina”, afirma Iván Pastor.

El equipo, formado por los tres integrantes, comenzó entonces una aventura que les llevaría a recopilar cientos de fotos, textos e historias del territorio árabe y de la influencia que tiene en él el fútbol. “En concreto queríamos que fuese solo un equipo y contar historias acerca de él”.

Fue entonces como Pastor, el más joven de los tres integrantes, viajó a Palestina para elegir el equipo.

markaz tulkarem Tras visitar y barajar decenas de equipos en Palestina, Pastor eligió al Markaz Tulkarem como centro del proyecto que iban a realizar. “Nosotros queríamos que el equipo representara bien la realidad del país. Fue entonces cuando comencé a visitar centros de refugiados palestinos y conocí de primera mano los conjuntos de esos lugares”.

La Premier League Palestina, así es como se llama oficialmente, posee dos ligas de doce equipos cada una. En una están los conjuntos que se encuentran dentro de la franja de Gaza, y en la otra, los que están dentro de Cisjordania. Al final de temporada, los líderes de las dos Ligas se enfrentan en una gran final, la cual no siempre se celebra. “Ha habido veces que la Policía no ha dejado pasar a uno de los equipos por la frontera. Había años en los que solo el mero hecho de que les dejaran pasar lo celebraban ya como una victoria”, relata Joseba Zabalza.

“Tristemente, los campos de refugiados son una realidad en Palestina. Elegimos el Tulkarem ya que además de ser un equipo humilde y modesto, tiene una comunidad negra muy importante en la ciudad. Son un gran ejemplo de integración”, afirma Pastor.

En la ciudad de Tulkarem existen dos equipos, el conjunto de la ciudad y el del campo de refugiados. “El equipo del campo tiene muchísimo más seguidores que el de la ciudad, es muy querido por todos los habitantes de Tulkarem”, asevera Pastor.

“Nos pusieron todas las facilidades, fueron muy amables con nosotros, han sido muy hospitalarios, no nos dejaban pagar ni una ronda”, bromea Zabalza.

Pero los tres implicados en el proyecto no contaban con un imprevisto que trastocó ligeramente sus planes: el Markaz Tulkarem descendió a Segunda División meses antes de comenzar el proyecto. “Todo el mundo nos decía que la afición se mantendría igual en Segunda, pero claro, no sabíamos si sería verdad”, relata Pastor.

Pero fieles a sus convicciones, decidieron que el Tulkarem fuera el equipo escogido para reflejar la vida de un conjunto en Palestina.

Y la jugada acabó en gol, nunca mejor dicho, ya que con una historia de película el equipo ascendió a Primera División y de ahí les vino el nombre del proyecto, El retorno del equipo refugiado. El Markaz Tulkarem llegó al último partido de Liga con la obligación de vencer el encuentro para lograr el ascenso. Pero los acontecimientos se torcieron para los palestinos y en el minuto 90 el empate lucía en el luminoso. “En el minuto 70 iban ganando ellos. Pero después de un gol en el 85, tres minutos más tarde llegó el tanto de la victoria: nos recordaba a Sabadell (ríen recordando la odisea por la que pasó Osasuna en aquel campo)”. Finalmente el Markaz Tulkarem retornó a la división de la que nunca debía haber bajado. “Hemos visto un milagro, nos decían”.

no es solo fútbol “El libro que queremos realizar no se centra solo en el fútbol, sino en la vida en un campo de refugiados y del fútbol en Palestina”, afirma Joseba Zabalza, quien ha sido el encargado de recoger el material fotográfico. Su compañero, Iván Pastor, fue el encargado de producir, como él dice, de encontrar el equipo y de elegir las localizaciones. Los textos los ha redactado Helena Bengoetxea. Ahora, la intención de los tres es recaudar dinero mediante crowfunding en la plataforma Goteo para poder publicar un libro y presentar una exposición que plasme todo el material recogido en su pequeña aventura. “Sobre todo queríamos recoger qué significa el fútbol para ellos. Allí lo viven mucho, les vale como válvula de escape ante la ocupación y represión que sufren en su propia tierra”.

una historia de violencia La vida en Palestina en los últimos 70 años es una historia de violencia y los autores del proyecto la han vivido de cerca. “ Una de las historias que más nos sobrecogió fue la de cómo pusieron el nombre al estadio. En una de las intifadas, había un jugador del Tulkarem que tenía orden de detención por la Policía israelí. Cuando los soldados fueron a detenerlo al propio estadio, aprovecharon cuando iba a sacar un córner para pegarle tres tiros y asesinarlo”, relata Zabalza.

“Durante todo el tiempo que hemos estado allí hemos escuchado historias terribles. Lo que viven es otro mundo. Hay datos que demuestran que el 40% de la población palestina ha estado en la cárcel”.