- El Consejo Superior de Deportes (CSD) desbloqueó ayer el conflicto que se vivía en el fútbol estatal al decidir que para la próxima temporada habrá un campeonato de Segunda con 22 equipos, como defendía LaLiga, en vez de los 24 que demandaba la Real Federación Española de Fútbol.

A la reunión celebrada en el CSD no acudieron Javier Tebas, presidente de LaLiga, ni Luis Rubiales, presidente de la RFEF. En su lugar lo hicieron Andreu Camps y Tomás González Cueto, por parte de la Federación, mientras que por LaLiga fueron Luis Gil y Mario Chaparro.

La convocatoria se produjo tras la petición de la presidenta del CSD, Irene Lozano, que instó por carta a los presidentes de la Federación y la Liga de fútbol a acudir a una reunión conducida por el director general de Deportes, Joaquín de Aristegui.

El objetivo de la convocatoria era alcanzar un acuerdo sobre el calendario de la próxima temporada y su fecha para el sorteo, que “en principio será el lunes 31 de agosto”, según informaron fuentes de la reunión, que también informaron de que el inicio de Liga está previsto para el 12 y 13 de septiembre.

En un principio LaLiga pretendía celebrar el sorteo para la próxima temporada de Primera y Segunda el 27 de agosto, mientras que la RFEF mostró su disconformidad con esta intención asegurando que no iba a reconocer “cualquier simulacro de sorteo que se organice desde la LNFP” al considerar que debían estar 24 equipos en Segunda en vez de 22.

La resolución del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que otorgó la competencia para decidir a LaLiga sobre el denominado Fuenlagate, el caso derivado del aplazamiento del partido entre el Fuenlabrada y el Deportivo y el consiguiente descenso a Segunda B del conjunto gallego, allanó el camino al organismo que preside Javier Tebas.

El Deportivo ha considerado “un atropello sin precedentes” la resolución del CSD, con la consiguiente ratificación del descenso del equipo gallego a Segunda B, advierte que se ha producido una “cacicada” y anuncia que acudirá a la justicia ordinaria para defender sus derechos.

En un comunicado, el club sostiene que con la decisión de no ampliar el cupo de equipos de LaLiga SmartBank a 24, como reclamaba el club, “se acaba una parte importante del recorrido de la justicia deportiva que ha optado por inhibirse por completo para tolerar una cacicada de peligrosas consecuencias futuras para todos los implicados”.

La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, también ha intervenido en el conflicto ha criticado al CSD. Rey, que mantuvo el miércoles una conversación telefónica con Irene Lozano, presidenta del CSD, recordó que “hubo una adulteración de la competición que perjudicó al Deportivo”, en referencia al aplazamiento de su partido con el Fuenlabrada en la última jornada de Segunda División, que se iba a disputar en horario unificado.

Rey consideró que el CSD “no está a la altura de las circunstancias” y avanzó que “el Ayuntamiento de A Coruña seguirá luchando para que se esclarezcan los hechos”.

Por su parte la Federación de Peñas del Deportivo considera que el descenso del conjunto gallego es “el mayor atropello de la historia de LaLiga” y abogan por estar “juntos” y animar “hasta el último minuto” al equipo para “conseguir lo antes posible el regreso a Segunda División”.

Competencia de LaLiga. El Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) decidió también que el Fuenlabrada siga en Segunda, dando la razón a LaLiga frente a la RFEF, que quería castigar al club madrileño por su viaje a A Coruña para jugar contra el Deportivo el pasado 20 de julio. El TAD considera que el protocolo establecido a consecuencia de la pandemia ha de resolverse a favor de LaLiga, “al ser ésta la competente en virtud del artículo 69 de sus Estatutos Sociales para ejercer la potestad disciplinaria respecto de presuntos incumplimientos de acuerdos válidamente adoptados por sus órganos internos”.