A los lectores más jóvenes les sonará a chino, pero hubo un tiempo en el que jugar el sábado por la noche era significado de partido grande. Innumerables resultaron las ocasiones en que el césped húmedo de Atotxa, iluminado por focos y rociado por un leve sirimiri, albergó batallas de las importantes, contra Barcelona o Real Madrid. Hoy es el día, sin embargo, en el que el fútbol moderno puede programarte en dicho horario un encuentro ante el Mallorca, con todos los respetos hacia el buen cuadro balear, o trasladarte sistemáticamente a la velada de los domingos esos duelos con mayor glamur. Así que seguro que Anoeta y su gente agradecen las circunstancias en que se juega hoy la contienda: con la Real bien situada, sin preocupaciones ajenas al fútbol, pudiendo dormir la mañana siguiente y con un puente festivo en perspectiva. Solo queda que el conjunto txuri-urdin, como hacía casi siempre hasta hace un par de décadas y como vuelve a hacer últimamente, convierta los 90 minutos en un quebradero de cabeza para los merengues. A partir de ahí, los detalles determinarán si se gana, se empata o se pierde.Una vez más, Imanol Alguacil restó ayer trascendencia a la lista de bajas. "No hay excusas", dijo en vísperas de recibir al líder de la Liga. No existe el encuentro propicio para prescindir de Aritz (sancionado), Nacho Monreal, Asier Illarramendi, Mikel Merino, David Silva y Carlos Fernández (lesionados). Pero un duelo en la zona alta de la tabla se afronta en peor tesitura aún sin la mencionada lista de ausencias, seis en total. Al menos le queda a Alguacil el consuelo de que las noticias respecto a la enfermería son positivas, si tomamos como referencia el partido copero de este pasado jueves. Caen de la expedición a las Canarias los potrillos Gaizka Ayesa y Jon Ander Olasagasti. Mientras, Igor Zubeldia y Beñat Turrientes, mejorados de sus problemas físicos, ingresan en una convocatoria que cuenta igualmente con Jon Guridi. El azpeitiarra se desplazó a Las Palmas, pero vio desde la grada el partido contra el Panadería Pulido, aquejado de una gastroenteritis.

Las mencionadas bajas de Mikel Merino y Silva van a dificultar por un tiempo los pronósticos respecto al once de Imanol. El oriotarra es un técnico con amplio repertorio de alternativas tácticas y de esquemas: cambia a menudo. Pero las ausencias de navarro y canario vienen a multiplicar las opciones de que una de las variantes resida en apostar de inicio por dibujos utilizados en menor medida. En este sentido, las circunstancias, las pistas y los precedentes apuntan a la posibilidad de un 4-4-2 con Isak y Sorloth en punta: la medular está algo debilitada en cuanto a número de efectivos, Alguacil pareció gestionar en la Copa los minutos de la dupla escandinava y en el recuerdo figura el partido contra el Sevilla en Anoeta (0-0 este septiembre), justo tras la primera lesión de Silva. Sin embargo, no puede ni mucho menos descartarse la continuidad de la estructura más habitual, un 4-3-3 de partida en el que Zubimendi, Turrientes o Guevara y Oyarzabal integrarían la medular. El resto serían los mismos que en Cornellà-El Prat, pero con Isak titular y Sorloth suplente.

En teoría, todo debería resultar más sencillo a la hora de vaticinar los planes de Ancelotti. Sin embargo, hablan en Madrid de posibles rotaciones en un equipo al que consideran fatigado. Habrá que ver qué importancia concede el técnico italiano al liderato del grupo europeo, por el que los suyos pugnarán el martes contra el Inter de Milán. Quizás llegue entonces la hora de repartir descansos, concentrando esfuerzos en la cita de Anoeta. Ante la Real, Carvajal y Rodrygo podrían relevar a Lucas Vázquez y Marco Asensio en la banda derecha, manteniéndose el resto del bloque. No está enamorando el Madrid con su fútbol, pero este se está demostrando muy eficiente. Si los blancos ganan en Donostia, abrirán hueco en la tabla clasificatoria.