Si hay una compra lógica por encima de todas en la gama de turismos de Mercedes-Benz, esa corresponde al Clase B. Sus usuarios y compradores demandan lo mismo que cualquier otro cliente de monovolúmenes compactos, pero además con todo lo que implica poseer un Mercedes hoy en día. Y eso es mucho, realmente muchísimo, así que son conscientes de que luego tendrán que pagarlo, pero les compensa, y sobradamente. Pues bien, por si todo lo que implicaba disfrutar de un Clase B de los anteriores fuera poco, en la firma germana le han dado una vuelta de tuerca más y lo han puesto al día para convertir a su modelo más práctico y funcional en un automóvil objeto de deseo.

La fórmula, al menos para sus ingenieros, no tiene secretos: consiste en adaptarse a las líneas de diseño de la gama, impregnarlo de más deportividad, incorporar toda la tecnología de conectividad y seguridad de sus modelos más prestigiosos, incrementar el equipamiento con dotaciones que en algunas ocasiones parecen de ciencia ficción, asistirlo con mecánicas de la máxima eficiencia y respeto medioambiental junto a prestaciones y consumos sobresalientes, además de elevar el placer de conducción y el gusto por el detalle un escalón más de su ya notable nivel. Disponible desde 33.375 euros, este compacto (4,419 metros de largura, 1,796 de anchura, 1,562 de altura, 2,729 de distancia entre ejes y 455 litros de maletero) brilla más que nunca en el firmamento de los vehículos inteligentes, esos que nos seducen con el uso diario además por su belleza exterior e interior.

Sus actuales argumentos -una lista interminable para la que se necesitarían varias páginas de periódico- son una reafirmación y puesta al día de las virtudes que han hecho de los Clase B todo un éxito. La casa alemana cita “su revolucionario sistema multimedia MBUX con inteligencia artificial, visualizaciones y animaciones de alta definición, mando fónico Hey Mercedes y pantalla táctil; su navegador con realidad aumentada opcional, el servicio de vehículo compartido entre particulares, los sistemas de seguridad y asistencia a la conducción más útiles y sofisticados heredados del prestigioso Clase S (conducción semiautónoma en determinadas situaciones), la mejorada aerodinámica (el CX pasa de 0,25 a 0,24), una optimizada habitabilidad con más espacio interior y la posibilidad de variar longitudinalmente la ubicación de la banqueta posterior para aumentar el maletero y de plegar el respaldo del copiloto para trasladar objetos de gran longitud; sus asientos eléctricos Energizing, que modifican levemente la inclinación de la banqueta y el respaldo según la recomendación de médicos especialistas; el tren de rodaje confort de altura rebajada, la amortiguación adaptativa regulable activa, Dynamic Select, la suspensión trasera multibrazo para elevar su dinamismo; así como el nuevo motor diésel transversal de dos litros OM 654, de 150 y 190 CV, que cumple la normativa Euro 6d que entrará en vigor en 2020, o el nuevo cambio de doble embrague de ocho marchas”. En definitiva, toda una revolución exterior e interior para el monovolumen compacto de Mercedes.

El capítulo mecánico inicialmente oferta seis propuestas, todas de cuatro cilindros: los gasolina B 180 (1.332 cc, 136 CV, 200 Nm, cambio manual de seis marchas y automático 7G-DCT de siete, 212 km/h y 5,7 litros de consumos medio), B 200 (1.332 cc, 163 CV, 250 Nm, caja manual de seis velocidades y 7G-DCT, 223 km/h y 6,0 litros de gasto medio) y B 200 4MATIC (1.991 cc, 190 CV, 300 Nm, tracción a las cuatro ruedas, 7G-DCT, 234 km/h y 6,7 litros de consumo promediado); y los diésel B 180 d (1.461 cc, 116 CV, 260 Nm, 7G-DCT, 200 km/h y 3,9 litros), B 200 d (1.950 cc, 150 CV, 320 Nm, nuevo cambio 8G-DCT, 219 km/h y 4,2 litros) y B 220 d (1.959 cc, 190 CV, 400 Nm, 8G-DCT, 234 km/h y 4,4 litros). Y seguro que llegarán más novedades para el Clase B, porque en Mercedes están que no paran.

MERCEDES-BENZ CLASE B