la semana pasada intentamos dejar claro cuándo procede sancionar una infracción por manos y cuándo se debe dejar seguir el juego a pesar de que el balón haya impactado en la mano de un jugador.

Hoy abordaremos la sanción disciplinaria que puede acompañar a la técnica, cuando el árbitro ha sancionado una falta por mano debe plantearse inmediatamente si la acompaña de una tarjeta y decidir el color de ésta.

La regla 12 refleja las tres situaciones en las que el árbitro debe amonestar por jugar el balón con la mano o el brazo:

1.- Interferir o cortar un ataque prometedor: cuando el árbitro considere que el jugador ha cortado con la mano una jugada que representaba una buena opción de ataque deberá amonestar al infractor, para ello evaluará factores como la distancia a la portería, el control del balón, el espacio para avanzar, el número de compañeros y adversarios o la dirección de la jugada.

2.- Marcar un gol con la mano o intentarlo: en este caso tendrá la misma sanción el intento que la consecución, también utilizar las manos en la jugada inmediata al gol.

3.- Intentar evitar un gol sin conseguirlo: cuando el jugador trate de evitar con la mano que el balón entre en su portería pero la jugada acabe en gol deberá ser amonestado. En el caso de conseguir su propósito y evitar el gol será expulsado.

Estas son las situaciones en las que el jugador será amonestado o expulsado, conviene reflejar algunas otras en las que no habrá sanción disciplinaria para evitar protestas infundadas. No se amonestará en los siguientes casos, entre otros:

Si un jugador se acomoda el balón con la mano en una jugada de ataque para facilitar su control.

Si un jugador corta con la mano un pase del equipo contrario no tratándose de una jugada que pueda considerarse ataque prometedor.

Si un jugador corta con las manos un centro al área donde lo esperan varios jugadores de ambos equipos.

Si se marca un gol con una mano que sea considerada involuntaria.

Esta es la teoría y bueno es conocerla, luego sobre el terreno y con el juego en movimiento todo se vuelve más complicado. Teoría y práctica no siempre coinciden y no sólo en el fútbol.

El autor es vocal de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol