Rita Martínez, Responsable de atención a las empresas de ANEFA (ASOCIACIÓN NACIONAL DE EMPRESARIOS FABRICANTES DE ÁRIDOS), ha explicado durante la jornada de este viernes por la mañana la importancia del sector minero, también, a la hora de hacer frente al reto demográfico que trata de diluir ese binomio que liga la despoblación con el entorno rural. Y es que la minería, ha señalado, “es el origen de todo y está en todos los sitios”.

Navarra es la duodécima Comunidad Autónoma por valor de la producción minera (44 millones de euros) y actualmente hay 67 explotaciones mineras, aproximadamente la mitad de minerales industriales (magnesita, sal gema, sal manantial) y de rocas ornamentales (arenisca) y el resto de productos de cantera (caliza, arenas y gravas, arcilla ofitas, yeso y margas, ha explicado Martínez, que ha señalado que se trata de un sector que genera 388 empleos directos. Los proyectos mineros más emblemáticos en el territorio son son los de Magnesitas de Navarra (magnesitas), en Zubiri, y el de Geoálcali (potasa), en Sangüesa y Javier.

Ha recordado que el pasado 2019 se desarrolló en Navarra la iniciativa MinerÉTICA 2019 “contribuyendo a la sostenibilidad local”, una iniciativa del Gobierno de Navarra en colaboración con las asociaciones mineras y empresas del sector con el objetivo de sensibilizar sobre la necesidad de los minerales en la vida cotidiana y su importancia en el futuro sostenible. Está previsto que cuando pase la actual situación vuelva a celebrarse en otras zonas de la Comunidad Foral y hoy en día, ha avanzado, continúa con acciones de divulgación en los centros escolares que lo solicitan.

“La industria minera juega un papel estratégico en toda Europa, presentando un gran potencial para contribuir positivamente al concepto de economía circular y a la conservación de la naturaleza, a través de la ejecución de los proyectos adecuados”, ha señalado. Y ha explicado que hoy en día se demuestra que es posible satisfacer las necesidades de acceso a los recursos, a través de la industria extractiva, evitando los efectos negativos sobre la naturaleza y la biodiversidad. “Pero yendo más allá, la industria extractiva no energética está haciendo un esfuerzo importante no sólo para reducir sus impactos, sino también para contribuir a la conservación de la biodiversidad, concretamente mediante una gestión adecuada durante la actividad, la rehabilitación de las explotaciones y, en su caso, la aplicación de medidas compensatorias relacionadas con la biodiversidad. La industria extractiva, con una adecuada planificación y gestión, no solamente es compatible con la biodiversidad, sino que tiene el potencial de crearla, antes, durante y después de las fases de extracción”.

DESARROLLO SOCIAL Y ECONÓMICO

Además de estar en el origen de las economías nacionales, ha dicho, la industria extractiva fomenta el desarrollo social y económico de las regiones en las que opera. “Efectivamente, el valor que crea la industria extractiva queda, en su mayor parte, en el entorno local inmediato de donde está ubicada y, dado que habitualmente, está en áreas poco desarrolladas, constituye una industria fundamental para fijar el empleo en zonas que de otra manera estarían más despobladas, peor atendidas y menos desarrolladas, algo que, sin duda, tendría un impacto negativo en la propia conservación de la naturaleza”.

Ha demandado iniciativas para mejorar el conocimiento que la sociedad tiene sobre la industria de Materias Primas Minerales, destacando su papel como suministradora de materias primas, creadora de riqueza y agente esencial para el mantenimiento del nivel de vida de los ciudadanos. “El sector, como motor generador de empleo, necesita medidas precisas para cubrir las necesidades futuras de formación y capacitación de las industrias de materias primas, incluyendo el envejecimiento de la población activa de las empresas”.