Desde los atentados terroristas en el World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 los controles de seguridad en los aeropuertos se endurecieron y a partir de entonces se fueron estableciendo nuevas medidas restrictivas para los pasajeros con la intención de evitar posibles riesgos. Entre ellas la de limitar la cantidad de líquidos que se llevan en el equipaje de mano. Así, desde entonces en los controles de seguridad no se permiten envases de líquidos que superen los 100 ml, que además deben ir separados en una bolsa de plástico transparente que hay sacar para que sea examinada.

Para evitar explosivos

El objetivo es evitar que entre esos líquidos pudieran camuflarse explosivos que pasaran como bebidas, productos cosméticos o perfumes. Con esa cantidad máxima se asegura que al menos no pueda introducirse una cantidad importante. Y además de los líquidos también hay que sacar y depositar en las bandejas dispositivos electrónicos como ordenadores portátiles, tabletas, teléfonos o baterías.

Situaciones que producen cierta incomodidad en los pasajeros que, por ejemplo, no pueden acceder a la zona de embarque con un botellín de agua que llevaran consigo, sino que deben comprarlo después del control de seguridad, o que se ven obligados a facturar la maleta si quieren realizar el viaje con un perfume o con una botella de vino que habían comprado previamente si no quieren que les sean requisados tras pasar por el escáner.

Los escáneres que cambiarán las normas

Todo ello puede tener las horas contadas. Esa limitación de la cantidad de líquidos en el equipaje de mano parece que se va a terminar al estar probando diferentes aeropuertos una nueva tecnología para inspeccionar el equipaje. Se trata de escáneres para tomografías computerizadas que permiten con rayos X generar imágenes volumétricas en tres dimensiones y en alta resolución, que evitarían tener que sacar tanto los líquidos como los dispositivos electrónicos de maletas, mochilas o bolsos.

Según anuncia el diario británico The Times, ese escáner lo está probando el aeropuerto de Londres y los principales aeropuertos del Reino Unido tienen de límite hasta mediados de este año 2024 para instalarlos, lo que permitiría llevar en el equipaje de mano recipientes con hasta dos litros de líquidos sin temor a perderlos. No es la única ventaja que llegaría con la adopción de esa nueva tecnología, ya que al no tener que sacar todos esos productos en los controles el trámite sería bastante más rápido y las habituales colas en los controles de los aeropuertos se reducirían notablemente.

Ya se está haciendo

Es algo que ya se ha hecho al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos (Chicago o Atlanta), que igualmente se ha desarrollado con éxito en algunos aeropuertos europeos (Amsterdam y Helsinki) y que Aena anunció que también probaría en Madrid y Barcelona durante este año, antes de extenderse a otros aeropuertos en 2025 y 2026.