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La 'tasa single': por qué los solteros tienen cada vez más difícil conseguir una hipoteca

Comprar una vivienda en solitario choca con los criterios tradicionales de la banca, que opta por endurecer los requisitos al considerar que hay un mayor riesgo de impago con un solo titular

La 'tasa single': por qué los solteros tienen cada vez más difícil conseguir una hipoteca

Comprar una vivienda nunca ha sido sencillo, pero ahora, hacerlo además en solitario, es un auténtico desafío. Con los precios inmobiliarios marcando en España máximos históricos y los salarios creciendo a un ritmo menor, asumir una hipoteca sin un segundo titular implica recorrer un camino mucho más complicado. Esta realidad, que afecta cada vez a más compradores, se resume en un concepto ya conocido en el ámbito financiero: la tasa single.

Los solteros, protagonistas

El perfil del comprador ha cambiado y cada vez son más las personas que compran una vivienda solas. Según los datos de iAhorro, las hipotecas con un único titular han pasado del 37,5% en 2022 al 45,03% en 2025, un aumento de más de siete puntos en solo tres años.

El retrato del comprador singlees muy concreto: edad media, 38 años; salario neto, unos 3.060 euros; contrato indefinido y antigüedad superior a siete años; ahorros de unos 87.000 euros y precio medio de la vivienda adquirida de unos 234.000 euros. Por lo general, se trata de personas solventes que buscan pisos de entre 50 y 60 m² en zonas urbanas y céntricas.

Una hucha, una calculadora y documentos junto a las llaves de una vivienda.

El riesgo para el banco

Pese a esta solvencia, los bancos no valoran igual una hipoteca en solitario que una firmada por una pareja. La razón es sencilla: la diversificación del riesgo. Con dos pagadores, la probabilidad de impago disminuye, mientras que con uno solo, cualquier contratiempo -una pérdida de empleo o una reducción salarial- tiene un mayor impacto.

De ahí surge la llamada tasa single, un concepto no regulado pero muy utilizado para describir las mayores exigencias que deben afrontar los solteros a la hora de contratar una hipoteca. No implica un coste extra ni intereses más altos, pero sí más filtros y un análisis más rígido a la hora de obtenerla.

A estos clientes singlese les exige más ahorros como colchón de seguridad, una mayor estabilidad laboral y un análisis exhaustivo de su historial financiero. Además, el banco limita el porcentaje de financiación al comprador, lo que le obliga a aportar más entrada, y suele fijar que la cuota mensual no supere el 30-35% de los ingresos, lo que en el caso de un solo salario reduce notablemente la capacidad de compra. En determinados casos, pueden pedirle avalistas.

Un fenómeno que supera las hipotecas

La tasa single no es exclusiva del mercado financiero, sino que también aparece en productos cotidianos o incluso en los seguros del coche. En este último caso, los solteros pueden llegar a pagar un 34% más de media al considerar las aseguradoras que un conductor sin cargas familiares presenta más riesgo que uno casado y con hijos, al que se le presume una mayor prudencia.

Cambio de criterios

Este auge de las hipotecas en solitario no parece ser una moda pasajera, ya que más del 28% de los hogares en España ya son unipersonales. Así, el reto para la banca es adaptar su actual análisis de riesgo, creado inicialmente para un modelo familiar, a una sociedad en la que el comprador individual va a ser cada vez más habitual.

A corto plazo no parece que la tasa single vaya a desaparecer. El sistema hipotecario seguirá priorizando la seguridad que aportan dos ingresos frente a uno, pero expertos y comparadores coinciden en que la situación podría cambiar si las entidades integran nuevos modelos de evaluación basados en comportamiento de pago, capacidad real de ahorro y estabilidad laboral demostrada.