Maquinando para el futuro
El Grupo Azkoyen ha superado una situación delicada con la crisis y sus tres líneas de negocio se sostienen sobre una apuesta decidida por la investigación y el desarrollo
el germen fue una máquina para pelar patatas y espárragos. Hoy, 70 años después y con un equipo humano de 800 personas (240 en Navarra), el Grupo Azkoyen se ha convertido en una multinacional con operaciones en más de 50 países de los cinco continentes y empresas en Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Reino Unido o Colombia. Y con su cuartel general en Peralta.
Desde aquí, por ejemplo, alumbraron una máquina de gasolina para mecheros en 1956, otra de chicles de colores de a dos pesetas, la primera máquina electrónica expendedora de tabaco en 1986 o las curiosas propuestas de la actualidad. Puedes tener tu propio restaurante gourmet en un solo aparato capaz de saciar hasta a 150 comensales a la hora que les plazca, elegir con el móvil un café al más puro estilo Starbucks o cuadrar la caja de tu empresa mediante un artilugio con el cerebro de un matemático y la velocidad de manos de un prestidigitador.
El camino no ha sido sencillo. Con la crisis la demanda cayó a lo bestia y sacudió los cimientos del grupo navarro (1,7 millones de pérdidas y más de 80 de deuda en 2010). Superados los temblores iniciales Azkoyen pisa de nuevo suelo firme. Puñado a puñado, su deuda se ha reducido hasta los 27,5 millones, y el pasado ejercicio presentó un beneficio neto de 3,7 millones. Un alivio.
algo más que tabaco Azkoyen es famoso por sus máquinas de tabaco (es líder europeo en este sector), pero su trabajo va más allá y su catálogo de vending es muy amplio. Además, la empresa se sostiene sobre otros dos pilares. Sistemas de selección, devolución y control de medios de pago y sistemas de seguridad y control de accesos mediante software y hardware. Tres líneas de negocio que apuntalan al grupo y le obligan a darle muchas vueltas a a la sesera para estar a la vanguardia tecnológica.
No se pueden escatimar recursos para lograrlo, y en Azkoyen lo saben. El área de I+D+i aglutina al 15% de la plantilla, con una inversión de unos 8 millones de euros anuales en los últimos ejercicios y un gasto sobre facturación del 7,8% (2013) y 6,6% (2014). Solo así se explica que Azkoyen haya lanzado 13 nuevos productos y mantenga 44 patentes activas.
tres propuestas El Button Gourmet es una súper máquina de vending, un catering automatizado diseñado para lugares de tránsito, disponible 24 horas y que puede albergar hasta 180 productos. Es la primera de las tres propuestas que Azkoyen ha parido en los últimos años de investigación.
La segunda se llama Button Barista App y destierra un mito extendido: el café de máquina es malo. Aquí uno tiene libertad para personalizar su dosis de cafeína. Muy cargado, con poca agua, tres gotas de leche, hasta arriba de espuma, sin azúcar... Especificas tus gustos en el móvil, el café se muele al instante y en un momento está listo. Se trata de trasladar a la máquina “la excelencia del café. Hay que servir muy buen producto y ofrecer al cliente una experiencia que justifique el precio”, argumenta Alberto Sánchez, director de la unidad de Vending, que destaca también el carácter estético de sus propuestas. “Está en nuestro gen”, dice.
cómo cuadrar la caja “Pertenezco a la tercera generación de una familia de hosteleros, y es la primera vez que cuadramos la caja”. La frase es de un cliente barcelonés, y con ella Estíbaliz Berrio, responsable de marketing de medios de pago de Azkoyen, resume las virtudes del cashlogy, una máquina que combina eficiencia y rapidez y elimina el 2% o 3% de descuadre de caja del que hablan las estadísticas (cifra que aumenta en las pequeñas empresas). Devuelve el cambio en diez ridículos segundos, evita complicaciones y su precio (alrededor de 6.000 euros), democratiza un producto que antes solo podía permitirse la banca.
Son tres propuestas, pero en Azkoyen dicen que habrá más porque seguirán apostando por la investigación. Maquinando máquinas como garantía de futuro.
Un aparato de altos vuelos
Nuevo producto. El ‘Cashlogy’, un dispositivo de pago automático de nueva implantación y con tres años de desarrollo a sus espaldas, se instaló el martes pasado en seis establecimientos hosteleros del aeropuerto de El Prat de Barcelona y en otros siete en Alicante. Cuando acabe marzo se habrán sumado los aeropuertos de Mallorca, Ibiza, Valladolid y Murcia, con un total de 24 máquinas en otros tantos establecimientos. “Uno de los objetivos en la rampa de lanzamiento de este producto era estar presentes en los aeropuertos. Empieza a ser una facturación significativa para un producto recién nacido, y es muy interesante por la tipología del cliente; exigente, de primera fila. Además, se trata de una ubicación emblemática por la que pasan miles de pasajeros al día”, resumió Eduardo Unzu, director general de Azkoyen, muy satisfecho con el lanzamiento.
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